Melbourne vibra con el show de Kyrgios y su duelo con Nadal
Nick Kygios ganó a Karen Khachanov en el segundo partido más largo de lo que va de torneo (4h:26) con todo su extravagante repertorio. "Es una de mis más grandes victorias".
Nacho Albarrán
As
La Melbourne Arena vibró este sábado con el show de Nick Kyrgios. A pesar de su comportamiento, muchas veces fuera de lugar, el público australiano se lo pasa en grande con su paisano, que ganó en una batalla épica y divertida a Karen Khachanov. Fue el segundo partido más largo de lo que va de Open de Australia (4h:26) y se resolvió en el superdesempate después de otros tres tie-breaks: 6-2, 7-6 (5), 6-7 (6), 6-7 (7) y 7-6 (8).
Kyrgios ofreció todo su extravagante repertorio: sacó por abajo (a cuchara), hizo willys (golpear la bola para que pase por debajo de la piernas) de frente y de espaldas, amagó con lesionarse, discutió con el juez de silla, se pegó con la raqueta en la cabeza, rodó por el suelo, se hirió por ello la mano derecha y no paró de hablar y de cabecear lamentando su suerte. En ocasiones se manejo con esa indolencia desesperante que alterna con golpes de una precisión y belleza innegables (97 winners, 33 de saque directo). A todo esto respondió Khachanov con entereza y mucho mérito porque venía de disputar y ganar el encuentro más largo (4:34 contra el sueco Ymer).
Con dos sets de ventaja y el partido encarrilado, el de Camberra se complicó la vida y estuvo cerca de perder después de haber desperdiciado un punto de partido en el tercer parcial. En el cuarto tiró por la borda otro y sufrió hasta ese superdesempate donde tuvo un minibreak en contra. Al final, se dejó caer sobre la pista, exhausto, y después balbuceó ante las preguntas de legendario Jim Courier. "Esto es de locos, y vosotros, tíos, habéis estado otra vez increíbles", dijo en agradecimiento a la hinchada aussie, muy animada al ser sábado noche. "Es épico, no sé que pasa aquí, pero es una de las victorias más grandes de mi carrera". En Melbourne ya se frotan las manos en espera de su duelo contra Nadal, en octavos. "Rafa es un jugador asombroso, aunque sólo pienso en mis piernas, que están muy pesadas y en comer un poco. Él es un campeón y espero dar todo lo que pueda y que sea suficiente. Lo que más me preocupa ahora es recuperarme bien", dijo Nick sobre el que será el octavo enfrentamiento entre ambos (4-3 para el balear).
Nacho Albarrán
As
La Melbourne Arena vibró este sábado con el show de Nick Kyrgios. A pesar de su comportamiento, muchas veces fuera de lugar, el público australiano se lo pasa en grande con su paisano, que ganó en una batalla épica y divertida a Karen Khachanov. Fue el segundo partido más largo de lo que va de Open de Australia (4h:26) y se resolvió en el superdesempate después de otros tres tie-breaks: 6-2, 7-6 (5), 6-7 (6), 6-7 (7) y 7-6 (8).
Kyrgios ofreció todo su extravagante repertorio: sacó por abajo (a cuchara), hizo willys (golpear la bola para que pase por debajo de la piernas) de frente y de espaldas, amagó con lesionarse, discutió con el juez de silla, se pegó con la raqueta en la cabeza, rodó por el suelo, se hirió por ello la mano derecha y no paró de hablar y de cabecear lamentando su suerte. En ocasiones se manejo con esa indolencia desesperante que alterna con golpes de una precisión y belleza innegables (97 winners, 33 de saque directo). A todo esto respondió Khachanov con entereza y mucho mérito porque venía de disputar y ganar el encuentro más largo (4:34 contra el sueco Ymer).
Con dos sets de ventaja y el partido encarrilado, el de Camberra se complicó la vida y estuvo cerca de perder después de haber desperdiciado un punto de partido en el tercer parcial. En el cuarto tiró por la borda otro y sufrió hasta ese superdesempate donde tuvo un minibreak en contra. Al final, se dejó caer sobre la pista, exhausto, y después balbuceó ante las preguntas de legendario Jim Courier. "Esto es de locos, y vosotros, tíos, habéis estado otra vez increíbles", dijo en agradecimiento a la hinchada aussie, muy animada al ser sábado noche. "Es épico, no sé que pasa aquí, pero es una de las victorias más grandes de mi carrera". En Melbourne ya se frotan las manos en espera de su duelo contra Nadal, en octavos. "Rafa es un jugador asombroso, aunque sólo pienso en mis piernas, que están muy pesadas y en comer un poco. Él es un campeón y espero dar todo lo que pueda y que sea suficiente. Lo que más me preocupa ahora es recuperarme bien", dijo Nick sobre el que será el octavo enfrentamiento entre ambos (4-3 para el balear).