Locura Doncic: récord de triples (8) y triunfo ante Damian Lillard
El base anota cinco puntos seguidos para poner en pie al American Airlines Center y resolver un partido que le acerca aún más a sus primeros playoffs NBA.
Juanma Rubio
As
Los Blazers, que habían ganado en Dallas en su único duelo directo con los Mavs (quedan ahora dos en Portland) y venían de sumar, seguramente, su mejor victoria de la temporada en Houston, se agarraron al partido como buenamente pudieron después de zozobrar en el tercer cuarto (91-76), de quedarse muy pronto sin CJ McCollum por una lesión de tobillo y de tener entre algodones hasta el salto inicial a Damian Lillard, enfermo. En busca de buena sensaciones sostenidas (una quimera en los últimos meses) que les permita coger una racha en la que puedan recordar (aunque el roster es muy distinto... y no precisamente mejor) al finalista de Conferencia de la pasada temporada, los de Terry Stotts llegaron 115-109 a los últimos 3:41 y ahí, precisamente, entraron en barrena, fallando a cada ocasión de estrechar el cerco. Y tuvieron muchas. El marcador no se movió durante dos minutos y medio, exactamente hasta que Luka Doncic dijo ya está bien. El esloveno cerró el partido y desató la locura en el American Airlines Center con cinco puntos seguidos en dos jugadas marca de la casa, una penetración usando el corpachón como escudo y un triple después de un stepback que le dejó a nueve metros del aro. Pan comido.
En una temporada en la que sus únicos lunares, por buscarlos, han sido algunos errores decisivos en finales igualados y unas cuantas noches francamente malas en el triple, Doncic no solo firmó una línea estadística monstruosa, otra más (35 puntos, 8 rebotes, 7 asistencias) sino puso la puntilla tras unos minutos en los que no encontraba soluciones (su equipo vivió durante un gran tramo del último cuarto de dos canasta de Seth Curry) y cerró la noche con un 8/12 en triples. Su tope en convertidos estaba en 7, así que toca actualizar otro dato en los hitos de su carrera. Algo que, en realidad, hay que hacer prácticamente cada noche. Y los Mavericks (27-15) empiezan a tener más de un pie en playoffs. Los Blazers son, precisamente, el noveno del Oeste, y los tienen ya a ocho partidos y medio. Una distancia que solo un cataclismo podría desmontar, ya cerca del parón del All Star. Una noche feliz, que empezó torcida: después de parecer a punto de volver en Sacramento y quedarse sin jugar a última hora, Kristaps Porzingis fue esta descartado desde la hora de comer, un claro retroceso, por esa rodilla que no termina de curar. El letón lleva diez partidos fuera y los Mavs han ganado cinco, los cuatro últimos seguidos.
Lillard acabó con 34 puntos y 10 asistencias, pero vio como Doncic hizo lo que él suele, sentenciar. Carmelo Anthony metió 22 puntos y Whiteside 21 con 18 rebotes y 5 tapones, pero estos Blazers no se pueden permitir quedarse sin una pieza porque se caen irremediablemente. Esta vez fue la lesión de McCollum la que trastabilló a un equipo para el que todo son problemas pero que, gracias a las cosas del Oeste de este año, siguen a dos partidos del octavo puesto a pesr de su 18-25. El partido, fue en realidad, una cuestión de matemáticas: igualado (con ventaja para los Mavs) en el rebote y sin mucha diferencia en las pérdidas, los Blazers perdieron aunque anotaron cinco canastas más con mejores porcentajes (43.8%-51,8%). La cosa estuvo, esto es 2020, en el triple: 20/47 de los Mavericks, 9/30 de los Blazers. Una diferencia de 33 puntos que resultó definitiva y en la que a Doncic le ayudó, sobre todo, Tim Hardaway Jr, que acabó con 29 puntos y un 5/8 desde la línea de tres. Entre base y alero, 13 triples por los 9 totales de su rival. Jaque mate.
Exhibición, canastas decisivas con el público en pie, su mejor marca en triples... una noche más en la oficina para Luka Doncic, que está firmando un curso de ensueño y que ganó un partido que valía, en realidad y con un poco de perspectiva, un pedacito del billete a sus primeros playoffs. Lo tiene muy, muy cerca. Casi en la mano.
Juanma Rubio
As
Los Blazers, que habían ganado en Dallas en su único duelo directo con los Mavs (quedan ahora dos en Portland) y venían de sumar, seguramente, su mejor victoria de la temporada en Houston, se agarraron al partido como buenamente pudieron después de zozobrar en el tercer cuarto (91-76), de quedarse muy pronto sin CJ McCollum por una lesión de tobillo y de tener entre algodones hasta el salto inicial a Damian Lillard, enfermo. En busca de buena sensaciones sostenidas (una quimera en los últimos meses) que les permita coger una racha en la que puedan recordar (aunque el roster es muy distinto... y no precisamente mejor) al finalista de Conferencia de la pasada temporada, los de Terry Stotts llegaron 115-109 a los últimos 3:41 y ahí, precisamente, entraron en barrena, fallando a cada ocasión de estrechar el cerco. Y tuvieron muchas. El marcador no se movió durante dos minutos y medio, exactamente hasta que Luka Doncic dijo ya está bien. El esloveno cerró el partido y desató la locura en el American Airlines Center con cinco puntos seguidos en dos jugadas marca de la casa, una penetración usando el corpachón como escudo y un triple después de un stepback que le dejó a nueve metros del aro. Pan comido.
En una temporada en la que sus únicos lunares, por buscarlos, han sido algunos errores decisivos en finales igualados y unas cuantas noches francamente malas en el triple, Doncic no solo firmó una línea estadística monstruosa, otra más (35 puntos, 8 rebotes, 7 asistencias) sino puso la puntilla tras unos minutos en los que no encontraba soluciones (su equipo vivió durante un gran tramo del último cuarto de dos canasta de Seth Curry) y cerró la noche con un 8/12 en triples. Su tope en convertidos estaba en 7, así que toca actualizar otro dato en los hitos de su carrera. Algo que, en realidad, hay que hacer prácticamente cada noche. Y los Mavericks (27-15) empiezan a tener más de un pie en playoffs. Los Blazers son, precisamente, el noveno del Oeste, y los tienen ya a ocho partidos y medio. Una distancia que solo un cataclismo podría desmontar, ya cerca del parón del All Star. Una noche feliz, que empezó torcida: después de parecer a punto de volver en Sacramento y quedarse sin jugar a última hora, Kristaps Porzingis fue esta descartado desde la hora de comer, un claro retroceso, por esa rodilla que no termina de curar. El letón lleva diez partidos fuera y los Mavs han ganado cinco, los cuatro últimos seguidos.
Lillard acabó con 34 puntos y 10 asistencias, pero vio como Doncic hizo lo que él suele, sentenciar. Carmelo Anthony metió 22 puntos y Whiteside 21 con 18 rebotes y 5 tapones, pero estos Blazers no se pueden permitir quedarse sin una pieza porque se caen irremediablemente. Esta vez fue la lesión de McCollum la que trastabilló a un equipo para el que todo son problemas pero que, gracias a las cosas del Oeste de este año, siguen a dos partidos del octavo puesto a pesr de su 18-25. El partido, fue en realidad, una cuestión de matemáticas: igualado (con ventaja para los Mavs) en el rebote y sin mucha diferencia en las pérdidas, los Blazers perdieron aunque anotaron cinco canastas más con mejores porcentajes (43.8%-51,8%). La cosa estuvo, esto es 2020, en el triple: 20/47 de los Mavericks, 9/30 de los Blazers. Una diferencia de 33 puntos que resultó definitiva y en la que a Doncic le ayudó, sobre todo, Tim Hardaway Jr, que acabó con 29 puntos y un 5/8 desde la línea de tres. Entre base y alero, 13 triples por los 9 totales de su rival. Jaque mate.
Exhibición, canastas decisivas con el público en pie, su mejor marca en triples... una noche más en la oficina para Luka Doncic, que está firmando un curso de ensueño y que ganó un partido que valía, en realidad y con un poco de perspectiva, un pedacito del billete a sus primeros playoffs. Lo tiene muy, muy cerca. Casi en la mano.