Kempes levantó la Copa del Mundo por primera vez 42 años después de ganarla

El 'Matador' ganó el Mundial de 1978 y fue máximo goleador del torneo. Sin embargo, nunca llegó a levantar el trofeo. La FIFA se lo permitió el pasado lunes.

Agustín Martín
As
25 de junio de 1978, en Buenos Aires. Argentina y Países Bajos se juegan la gloria: ambos han llegado a la final del Mundial. Son, con pocas dudas, las dos mejores selecciones del torneo. El partido se juega en un Monumental abarrotado, con más de 70.000 hinchas en las gradas. El ambiente era caliente, pero el pueblo confiaba en una albiceleste que había sido capaz de derrotar a potencias como Hungría o de golear a grandes equipos como Perú.


El partido empezó con gol de Mario Alberto Kempes para adelantar al anfitrión en el 38'. En el tramo final del partido, Dick Nanninga empató el duelo y forzó la prórroga. Si la tensión era alta antes del comienzo del partido, en el tiempo del desempate se volvió insoportable. El juego era duro y poco vistoso, con dos equipos que tiraban de las últimas fuerzas que les quedaban para conseguir el sueño.

En el minuto 105, justo antes del primer tiempo, el Monumental se vino abajo: Kempes apareció de nuevo en carrera y, tras marcharse de dos futbolistas con un eslalon infernal, definió con algo de fortuna y puso por delante a Argentina. A cinco minutos del final, y tras una tremenda jugada del Matador, Bertoni sentenció la final poniendo el 3-1 en el marcador y dándole a la Albiceleste el primer Mundial de su historia.
Kempes nunca tocó la Copa

Con el pitido final, jugadores y afición se volvieron locos. La invasión de campo fue instantanea. Daniel Passarella, capitán argentino, levantó la Copa a hombros de los hinchas, dejando algunas fotos para el recuerdo. Todos querían tocar el trofeo, que iba pasando entre jugadores y dirigentes presentes en el estadio. Sin embargo, hubo alguien que ni siquiera llegó a rozarlo: Mario Alberto Kempes. El que había sido mejor jugador del partido y máximo goleador del torneo con seis tantos no tuvo la oportunidad de levantar lo que tanto le había costado conseguir.

El detalle curioso es que fue pichichi de aquel Mundial sin haber marcado gol en ninguno de los tres partidos de la primera fase. Anotó cuatro en la segunda y dos más en la final. La superstición cuenta que fue por su bigote: arrancó el torneo con él y, notando que no le salían las cosas, decidió afeitárselo. Entonces, las pelotas empezaron a entrar.

Más de 20 años después, en una entrevista para el Gráfico, Kempes explicó por qué no llegó a tocar el trofeo. "No pude saludar a Videla (máximo mandatario argentino). Pero no por nada en especial, sino por el tumulto que había. Yo era el último en la fila. El desborde era tal que no pude llegar hasta donde entregaban las medallas. Si ni siquiera toqué la Copa", aseguró.

"Ni esa noche ni nunca porque al día siguiente se la llevaron y no la vimos más. Era imposible llegar a la Copa, estaban todos desesperados. La única copa que pude tocar fue una de chocolate que me mandaron de una confitería de Bell Ville, una réplica de la del Mundial...", bromeó.
Su sueño se cumplió 42 años después

El fútbol, como todo en la vida, siempre te devuelve lo que te quita. El pasado lunes 20 de enero, Kempes tuvo la oportunidad que no le dieron en Buenos Aires aquel 25 de junio de 1978. Lo merecía y se lo permitieron: acudió al Museo de la FIFA en Zúrich y la organización le permitió levantarla, besarla y, aún más importante, recordar aquella hazaña.

Compartió el momento en sus redes sociales con una foto y un emotivo texto. "Llego el día que después de 42 años finalmente pude tenerla en mis manos. Cuando ganamos el mundial no la pude tocar. Gracias al Museo por permitirme estar con ella un rato. La emoción, los latidos del corazón al acercarme a ella no se los puedo transmitir con palabras. Volvieron a mi memoria todas las imágenes de aquella gran final donde nos coronamos campeones", comentaba.

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