Griezmann evita el ridículo total
Un Barça nefasto se aprovecha de la falta de VAR para eliminar en el descuento a un Ibiza que desnudó al equipo blaugrana.
Santi Giménez
As
Dos goles de Griezmann en el arreón final del partido, el segundo de ellos en el minuto 94 y en posición dudosa, permitió a Setién seguir vivo en la Copa tras ganar al Ibiza por 1-2. Pero el nuevo proyecto del Barça sigue sin entusiasmar y le falta mucho rodaje. El partido de los blaugrana fue absolutamente impresentable ante un Segunda B que rozó la proeza ante un transatlántico que rozó la tragedia.
El efecto Setién quedó seriamente en entredicho en una de las peores primeras horas de partido que se le recuerdan al Barcelona en mucho tiempo. El nuevo técnico, fiel a sus convicciones, eligió de salida un dibujo revolucionario. Pero igual el partido ante el Ibiza, de Segunda B, le sirvió para darse cuenta de que la vaca no da para más. Y él desde el primer día dejo claro que es un experto en vacas.
Planteó una defensa de tres centrales con un Lenglet que cada día que pasa es más alfeñique, acompañado de Sergi Roberto y Junior, dos desastres. De ahí para delante, una serie de peloteros que tuvieron la pelota la mayoría del tiempo pero que consiguieron que Pablo Alfaro, técnico local, se planteara cambiar al portero porque en 45 minutos no le dispararon ni una vez. Fati y Pérez perdían todos sus duelos, De Jong no aparecía, el partido no le interesaba lo más mínimo a Griezmann y Rakitic. Y Riqui Puig era un drama hasta en defensa, donde se arrugó ante el remate de Pérez que supuso el primer gol del Ibiza tras tocar en Caballé.
Con el 1-0, el Ibiza vivió como un obispo. El Barça no le hacia ni cosquillas mientras que a la contra Rodado marcó un tanto justamente anulado por empujón a un Lenglet más flojo que unas natillas caducadas y Raí minutos después disparó al poste para que Neto rechazara el posterior disparo a boca de cañón de Rodado. Un desbarajuste total de un Barça en barrena al que le quedaban 45 minutos para evitar un ridículo mayúsculo. El ridículo a secas no se podía solucionar por mucho que se remontara.
Para intentar la remontada, Setién aportó un retruécano a su sistema introduciendo a Alba por Carles Pérez, con lo que el Barça jugaba con cuatro laterales. Un despiporre que trató de remediar retirando a Riqui por Arthur. El cambio se notó porque a los dos minutos el brasileño conectó con De Jong, que sirvió a Griezmann la asistencia del gol del empate. Era el primer disparo entre los tres palos del Barça en 70 minutos y quedaban por delante 20 para maquillar el bochorno. Y para ayudar a la causa, Setién dio entrada a Arturo Vidal a falta de diez minutos para el final.
Un final que se alargó por seis minutos que le sirvieron al Barcelona para definir el partido en otra arrancada de Griezmann en posición discutible, pero no había VAR que corrigiese el presunto error, de la misma forma que el gol de Griezmann no destierra la sensación de bochorno del equipo blaugrana.
Santi Giménez
As
Dos goles de Griezmann en el arreón final del partido, el segundo de ellos en el minuto 94 y en posición dudosa, permitió a Setién seguir vivo en la Copa tras ganar al Ibiza por 1-2. Pero el nuevo proyecto del Barça sigue sin entusiasmar y le falta mucho rodaje. El partido de los blaugrana fue absolutamente impresentable ante un Segunda B que rozó la proeza ante un transatlántico que rozó la tragedia.
El efecto Setién quedó seriamente en entredicho en una de las peores primeras horas de partido que se le recuerdan al Barcelona en mucho tiempo. El nuevo técnico, fiel a sus convicciones, eligió de salida un dibujo revolucionario. Pero igual el partido ante el Ibiza, de Segunda B, le sirvió para darse cuenta de que la vaca no da para más. Y él desde el primer día dejo claro que es un experto en vacas.
Planteó una defensa de tres centrales con un Lenglet que cada día que pasa es más alfeñique, acompañado de Sergi Roberto y Junior, dos desastres. De ahí para delante, una serie de peloteros que tuvieron la pelota la mayoría del tiempo pero que consiguieron que Pablo Alfaro, técnico local, se planteara cambiar al portero porque en 45 minutos no le dispararon ni una vez. Fati y Pérez perdían todos sus duelos, De Jong no aparecía, el partido no le interesaba lo más mínimo a Griezmann y Rakitic. Y Riqui Puig era un drama hasta en defensa, donde se arrugó ante el remate de Pérez que supuso el primer gol del Ibiza tras tocar en Caballé.
Con el 1-0, el Ibiza vivió como un obispo. El Barça no le hacia ni cosquillas mientras que a la contra Rodado marcó un tanto justamente anulado por empujón a un Lenglet más flojo que unas natillas caducadas y Raí minutos después disparó al poste para que Neto rechazara el posterior disparo a boca de cañón de Rodado. Un desbarajuste total de un Barça en barrena al que le quedaban 45 minutos para evitar un ridículo mayúsculo. El ridículo a secas no se podía solucionar por mucho que se remontara.
Para intentar la remontada, Setién aportó un retruécano a su sistema introduciendo a Alba por Carles Pérez, con lo que el Barça jugaba con cuatro laterales. Un despiporre que trató de remediar retirando a Riqui por Arthur. El cambio se notó porque a los dos minutos el brasileño conectó con De Jong, que sirvió a Griezmann la asistencia del gol del empate. Era el primer disparo entre los tres palos del Barça en 70 minutos y quedaban por delante 20 para maquillar el bochorno. Y para ayudar a la causa, Setién dio entrada a Arturo Vidal a falta de diez minutos para el final.
Un final que se alargó por seis minutos que le sirvieron al Barcelona para definir el partido en otra arrancada de Griezmann en posición discutible, pero no había VAR que corrigiese el presunto error, de la misma forma que el gol de Griezmann no destierra la sensación de bochorno del equipo blaugrana.