Eriksen, al Inter: el tiempo le desesperó y dio la razón a Zidane
El fichaje interista hizo cuanto estuvo en su mano por jugar en el Madrid, pero el técnico francés descartó su fichaje, decisión de momento acertada.
Mario Cortegana
As
Christian Eriksen (27 años), se puede seguir diciendo ahora que él no lo va a soltar como un tópico en una presentación con el Real Madrid que no se producirá, soñaba con vestir de blanco. El nuevo fichaje del Inter esperó para ello hasta que no ha podido hacerlo más y, consciente de que Zidane no le quería, incluso teniendo un preacuerdo con el club madridista, ha aceptado la propuesta interista.
Las intenciones de Eriksen quedaron bien a las claras en verano, cuando estuvo muy cerca de irse al Manchester United en las horas previas al cierre del mercado en Inglaterra. Fuentes de la operación informaron a AS que el acuerdo era prácticamente inminente, pero el trato se vino abajo inesperadamente por el jugador. Hubo dos motivos en aquella maniobra que pilló con el pie cambiado en Old Trafford: no quería, por motivos personales, vivir en Reino Unido (Italia, y en concreto la Juventus, era su otro gran deseo) y, sobre todo, prefería quemar sus balas respecto a su llegada al Madrid.
Desde el final de la ventana de traspasos en Inglaterra hasta que acabó la de España, Eriksen mantuvo la fe en que en los despachos del Madrid convencieran a Zidane de la conveniencia de su refuerzo, por su fútbol y por tratarse de una oportunidad de mercado. El danés conocía de primera mano que Zizou había parado su traspaso. El francés no se movió de ahí y para el por entonces aún jugador del Tottenham se abrió un periodo de incertidumbre.
Si la duda de qué pasaría con su futuro no preocupaba en exceso a Eriksen, es porque contaba con la ventaja de acabar contrato en 2020. Levy tenía que aceptar un precio razonable por él, finalmente de unos 20 millones de euros, o el Tottenham le vería salir gratis en julio. Su marcha de Londres es el resultado del agotamiento de la paciencia de Eriksen y de una elección de Zidane respaldada por el paso del tiempo: el danés es un jugador muy interesante y a precio de ganga, pero el Madrid ha sabido manejarse a la perfección sin él.
Mario Cortegana
As
Christian Eriksen (27 años), se puede seguir diciendo ahora que él no lo va a soltar como un tópico en una presentación con el Real Madrid que no se producirá, soñaba con vestir de blanco. El nuevo fichaje del Inter esperó para ello hasta que no ha podido hacerlo más y, consciente de que Zidane no le quería, incluso teniendo un preacuerdo con el club madridista, ha aceptado la propuesta interista.
Las intenciones de Eriksen quedaron bien a las claras en verano, cuando estuvo muy cerca de irse al Manchester United en las horas previas al cierre del mercado en Inglaterra. Fuentes de la operación informaron a AS que el acuerdo era prácticamente inminente, pero el trato se vino abajo inesperadamente por el jugador. Hubo dos motivos en aquella maniobra que pilló con el pie cambiado en Old Trafford: no quería, por motivos personales, vivir en Reino Unido (Italia, y en concreto la Juventus, era su otro gran deseo) y, sobre todo, prefería quemar sus balas respecto a su llegada al Madrid.
Desde el final de la ventana de traspasos en Inglaterra hasta que acabó la de España, Eriksen mantuvo la fe en que en los despachos del Madrid convencieran a Zidane de la conveniencia de su refuerzo, por su fútbol y por tratarse de una oportunidad de mercado. El danés conocía de primera mano que Zizou había parado su traspaso. El francés no se movió de ahí y para el por entonces aún jugador del Tottenham se abrió un periodo de incertidumbre.
Si la duda de qué pasaría con su futuro no preocupaba en exceso a Eriksen, es porque contaba con la ventaja de acabar contrato en 2020. Levy tenía que aceptar un precio razonable por él, finalmente de unos 20 millones de euros, o el Tottenham le vería salir gratis en julio. Su marcha de Londres es el resultado del agotamiento de la paciencia de Eriksen y de una elección de Zidane respaldada por el paso del tiempo: el danés es un jugador muy interesante y a precio de ganga, pero el Madrid ha sabido manejarse a la perfección sin él.