En medio de las tensiones regionales, Vladimir Putin se reunió con Bashar al Assad en una visita sorpresa a Damasco

Aunque no se informó oficialmente de ninguna conversación sobre la muerte del general iraní Qassem Soleimani en Irak la semana pasada, el encuentro podría reafirmar una estrategia internacional ante la escalada. El miércoles el presidente ruso viajará a Turquía, donde se reunirá con el presidente Recep Tayyip Erdogan

Infobae
El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió este martes en Damasco con Bashar al Assad, en su primera visita a la capital siria en nueve años de guerra, coincidiendo con un contexto de tensiones regionales crecientes entre Irán y Estados Unidos.


Se espera que la muerte del general iraní Qassem Soleimani, muerto el viernes pasado en un bombardeo estadounidense, tenga consecuencias en todo Oriente Medio. Soleimani era el artífice de la estrategia militar iraní en la región, y un gran aliado del poder de Damasco en el conflicto que devasta Siria desde 2011.

Durante su visita sorpresa a Damasco, Putin se reunió con el presidente Al Assad en un centro de mando de las fuerzas rusas y elogió los “inmensos” progresos realizados por el país en guerra.

Los dos mandatarios asistieron a una presentación del comandante de las fuerzas rusas desplegadas en Siria, según la presidencia, que publicó fotos del apretón de manos entre los dos líderes.

Tras el encuentro, que curiosamente no se realizó en el palacio presidencial como suele ocurrir, Putin caminó junto al líder sirio por Damasco. Visitaron la simbólica capilla de San Juan el Bautista en la mezquita de los Omeyas de la capital damascena y dejó su firma en el libro de visitas, tal y como mostraron las imágenes difundidas por la Presidencia.

En el tour religioso, acudieron después a la Catedral mariamita de Damasco, sede de la Iglesia Griega Ortodoxa de Antioquía, donde Putin encendió unas velas junto a Al asad para conmemorar la Navidad Ortodoxa.

La intervención militar rusa junto al régimen sirio, en otoño de 2015, cambió el curso de la guerra en Siria y permitió que las tropas gubernamentales sumaran victorias frente a rebeldes y yihadistas.

“Durante su encuentro con Assad, Putin señaló que hoy podemos constatar el inmenso camino que ha sido recorrido hacia la restauración del Estado sirio y su integridad territorial”, dijo Dmitri Peskov, vocero del Kremlin.

“Putin subrayó además que estaba claro que la paz volvía a las calles de Damasco”, agregó, citado por las agencias rusas.

“Los presidentes Al Assad y Putin han abordado en su encuentro de hoy los últimos desarrollos en la región y han tratado los planes para acabar con el terrorismo que amenaza la seguridad de los ciudadanos sirios en Idlib”, informó por su parte un comunicado de la Presidencia siria.

Contexto regional explosivo

Por su parte, Assad agradeció al mandatario ruso la ayuda de su país y sus soldados en el “combate contra el terrorismo y a favor del retorno de la paz a Siria”, añadió, y destacó que el presidente sirio también felicitó a Rusia por la Navidad ortodoxa, que se celebra el 7 de enero.

En diciembre de 2017, Vladimir Putin visitó la base militar de Hmeimim, en el noroeste de Siria, la mayor que tiene Rusia en este país.

Pero esta visita del dirigente ruso se produce en un contexto regional especialmente convulso, tras la muerte del general Soleimani, que estaba al frente de la unidad Al Quds, una fuerza especial de los Guardianes de la Revolución, encargada de las operaciones en el exterior.

Los combatientes de su unidad jugaron un papel ineludible para apoyar y consolidar el poder de Bashar al Assad.

Según lo informado por las fuentes oficiales, no hubo ningún comentario sobre la muerte del comandante Soleimani el pasado día 2 en Bagdad, aunque los medios internacionales especularon con el diseño de una estrategia regional.

El régimen controla ya dos tercios del país, incluyendo los alrededores de la capital y grandes ciudades como Alepo, antaño pulmón económico del país.

El conflicto en Siria, que estalló en marzo de 2011 con la represión de las manifestaciones prodemocracia, se transformó en una compleja y cruenta guerra que implica a grupos yihadistas y potencias extranjeras.

Hasta ahora ha dejado un dramático reguero de 380.000 muertos y millones de refugiados y desplazados.

Con Irán, pero también con Turquía -apoyo tradicional de los rebeldes-, Rusia puso en marcha el llamado proceso de Astaná para negociar los avances del conflicto, que poco a poco fue eclipsando los diálogos auspiciados por la ONU.

El miércoles, Putin visitará Turquía para asistir a la inauguración de un gasoducto. En principio, se reunirá con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y probablemente conversarán sobre el conflicto sirio.

En el encuentro de este martes, también afirmaron que han abordado “la situación en el norte de Siria y las medidas que Turquía” está tomando allí, sin dar más detalles. Turquía ha ocupado una extensa área en el norte y noreste de Siria, que estaba anteriormente controlada por los kurdos, quienes a su vez acabaron pidiendo ayuda a Damasco y los rusos para desplegar sus tropas y combatir a los turcos.

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