El ayatollah Khamenei dijo que el ataque de Irán es “una bofetada en la cara” de los estadounidenses, pero que “no es suficiente”
El líder supremo iraní pidió el retiro de las tropas norteamericanas de la región, frente a un grupo de personas que pedía “muerte" a EEUU e Israel
Infobae
El líder supremo iraní, el ayatollah Alí Khamenei, describió el ataque de misiles sobre las bases estadounidenses en Irak como una “cachetada en el rostro” de los estadounidenses, y añadió que la respuesta militar no bastaba.
“La noche pasada, se dio una bofetada en la cara” de los estadounidenses, dijo el líder en un discurso difundido por la televisión. El miércoles de madrugada, Irán disparó varios misiles contra bases de Irak donde están estacionadas las tropas de Estados Unidos, indicaron responsables en Teherán y en Washington.
El guía de la teocracia persa pidió que se responda por la muerte de Qassem Soleimani, general muerto el 3 de enero en un bombardeo estadounidense cerca del aeropuerto de Bagdad. Su declaraciones llegan después de que hubiera pedido una “severa venganza” por la muerte del general.
“Tal acción militar no es suficiente, la presencia corrupta de EEUU debe terminar”, añadió.
Khamenei denunció que los norteamericanos llevaron a la región de Medio Oriente “guerra, sedición y destrucción”, ante una multitud que en varias ocasiones gritó “Muerte a EEUU” y “Muerte a Israel”.
Según el Pentágono, los bombardeos fueron contra dos bases, la de Ain al Assad y otra en Erbil, en las que permanecen tropas estadounidenses, y todavía se están evaluando los daños. Según medios de propaganda iraníes, hubo “decenas de bajas”.
El líder supremo elogió la figura de Soleimani, a quien calificó de “valiente” y de “gran combatiente y revolucionario”, comprometido con la Revolución Islámica y el legado del ayatollah Ruhollah Khomeini. “Pudo frustrar los complots ilegítimos de EEUU en Asia Occidental”, aseveró en su alocución, citando supuestas conspiraciones estadounidenses en Irak, Siria y el Líbano. También afirmó que “los enemigos se sentían débiles frente a Soleimani” y que es “injusto e infundado” que EEUU lo acuse de ser un terrorista cuando se dedicó a apoyar la lucha en Irak y Siria contra el grupo yihadista Estado Islámico.
Por su parte, el presidente Hassan Rohani también se pronunció tras el ataque. “Los estadounidenses habían calculado mal y creían que con el asesinato del gran estratega iraní podrán generar discrepancia en Irak y facilitar su desintegración, sin embargo, todo juega en su contra; se fortaleció la unidad entre los iraquíes, que piden, por unanimidad, la salida de las fuerzas estadounidenses del país”, indicó en una sesión de gabinete.
“EEUU debe recibir la respuesta de los países de la región. Los estadounidenses cortaron la mano de Soleimani, y la venganza es cortar los pies de EEUU de la región”, añadió el mandatario aludiendo a la expulsión de las tropas estadounidenses de Medio Oriente.
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El líder supremo iraní, el ayatollah Alí Khamenei, describió el ataque de misiles sobre las bases estadounidenses en Irak como una “cachetada en el rostro” de los estadounidenses, y añadió que la respuesta militar no bastaba.
“La noche pasada, se dio una bofetada en la cara” de los estadounidenses, dijo el líder en un discurso difundido por la televisión. El miércoles de madrugada, Irán disparó varios misiles contra bases de Irak donde están estacionadas las tropas de Estados Unidos, indicaron responsables en Teherán y en Washington.
El guía de la teocracia persa pidió que se responda por la muerte de Qassem Soleimani, general muerto el 3 de enero en un bombardeo estadounidense cerca del aeropuerto de Bagdad. Su declaraciones llegan después de que hubiera pedido una “severa venganza” por la muerte del general.
“Tal acción militar no es suficiente, la presencia corrupta de EEUU debe terminar”, añadió.
Khamenei denunció que los norteamericanos llevaron a la región de Medio Oriente “guerra, sedición y destrucción”, ante una multitud que en varias ocasiones gritó “Muerte a EEUU” y “Muerte a Israel”.
Según el Pentágono, los bombardeos fueron contra dos bases, la de Ain al Assad y otra en Erbil, en las que permanecen tropas estadounidenses, y todavía se están evaluando los daños. Según medios de propaganda iraníes, hubo “decenas de bajas”.
El líder supremo elogió la figura de Soleimani, a quien calificó de “valiente” y de “gran combatiente y revolucionario”, comprometido con la Revolución Islámica y el legado del ayatollah Ruhollah Khomeini. “Pudo frustrar los complots ilegítimos de EEUU en Asia Occidental”, aseveró en su alocución, citando supuestas conspiraciones estadounidenses en Irak, Siria y el Líbano. También afirmó que “los enemigos se sentían débiles frente a Soleimani” y que es “injusto e infundado” que EEUU lo acuse de ser un terrorista cuando se dedicó a apoyar la lucha en Irak y Siria contra el grupo yihadista Estado Islámico.
Por su parte, el presidente Hassan Rohani también se pronunció tras el ataque. “Los estadounidenses habían calculado mal y creían que con el asesinato del gran estratega iraní podrán generar discrepancia en Irak y facilitar su desintegración, sin embargo, todo juega en su contra; se fortaleció la unidad entre los iraquíes, que piden, por unanimidad, la salida de las fuerzas estadounidenses del país”, indicó en una sesión de gabinete.
“EEUU debe recibir la respuesta de los países de la región. Los estadounidenses cortaron la mano de Soleimani, y la venganza es cortar los pies de EEUU de la región”, añadió el mandatario aludiendo a la expulsión de las tropas estadounidenses de Medio Oriente.