Courtois asciende a héroe

El verano pasado, Zizou hizo un amago de intentar convencer al preparador de porteros de su anterior etapa, Luis Llopis, de dejar la Real Sociedad para volver a Valdebebas.

Carlos Forjanes
As
Dice el refranero arábigo que la paciencia, más que la madre de la ciencia, es la llave de toda solución. Zidane lo ha sido hasta ir encontrando métodos para exprimir su plantilla y lo ha sido también en construir la templanza de Courtois.


La confianza de un portero puede tardar años en levantarse y segundos en venirse abajo. Fede Valverde fue el MVP blanco de esta Supercopa, pero Courtois al fin es el portero por el que el Madrid le dio un portazo a Keylor. Zidane tardó poco en reconocérselo en la sala de Prensa del King Abdullah Stadium de Yeda. “Hay que felicitar a todos, pero también a Courtois. El mérito en la tanda de penaltis es suyo”, aseguró el marsellés. Una tanda que el portero belga había preparado al detalle con Roberto Vázquez, uno de los engranajes ‘invisibles’ del vestuario blanco.

El verano pasado, Zizou hizo un amago de intentar convencer al preparador de porteros de su anterior etapa, Luis Llopis, de dejar la Real Sociedad para volver a Valdebebas. No lo logró y el club optó, con el visto bueno de Zidane, por continuar con Roberto Vázquez al mando del grupo de guardametas. Un preparador prácticamente criado en La Fábrica (llegó a Valdebebas hace diez años tras formar parte del San Fernando de Henares y el Getafe) que se ha integrado como uno más en el staff afrancesado (Bettoni, Dupont y Hamidou) que rodea a Zidane.

Un muro. Courtois apenas ha encajado siete goles en quince partidos (0,46 tantos de promedio por encuentro) desde el día que se indispuso contra el Brujas. Incluso Simeone, con el que ha tenido algún desencuentro dialéctico, admitió que el portero blanco fue un gigante en Yeda: “En el tramo final llegaron atajadas muy buenas de su portero...”.

Este Madrid anémico ante el gol (“Cristiano, no olvidamos tus 438 goles en 450 partidos, eres irrepetible”, rezaba ayer una pancarta en el King Abdullah) y que no le encuentra el flujo sanguíneo a Jovic, sí ha cerrado las compuertas hacia su portería. Es hermético pero, cuando hay alguna fuga, Courtois la sella. Es otro y lejos queda un septiembre negro (PSG, Villarreal y Levante) en el que fue acribillado a goles y creció su nerviosismo y el de su entorno. De Yeda vuelve con una Supercopa y la vitola de portero, ahora sí, infranqueable.

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