Tuchel se enfrenta a la gestión de egos en París

París, AS
Thomas Tuchel se encuentra actualmente en una de las situaciones más difíciles desde que llegó a la capital francesa. El técnico del PSG tiene a mitad de temporada un problema con el que no contaba, y se trata de la gestión de Kylian Mbappé, que ha mostrado su disconformidad al ser sustituido en los dos últimos encuentros.

El PSG es uno de los equipos más complicados de Europa. Desde que fuera adquirido por el fondo catarí QSI, por el equipo parisino han pasado varios entrenadores que han sufrido la complejidad de gestionar un vestuario repleto de estrellas a nivel mundial. Desde que Carlo Ancelotti saliera del club, no ha habido un técnico que se haya asentado en el vestuario.
El primero que se vio sacudido por la altivez de la plantilla del PSG fue Laurent Blanc. El 4-3-3 con el que jugaba el ex-seleccionador francés era innegociable y acarreaba un serio problema en ataque. Ibrahimovic se convirtió inamovible como delantero centro, por lo que tuvo que reciclar a Cavani de extremo izquierdo para tener contento al jugador sueco. La decisión no gustó mucho al uruguayo, llegando a rumorearse que quería cambiar de aires en las temporadas en las que coincidió con Ibrahimovic en París.

Tras no pasar de cuartos de final, el siguiente de la lista fue Unai Emery, al que se le acumularon los problemas nada más llegar al banquillo. Tras perder 6-1 en los octavos de final de la Champions contra el Barcelona, la prensa indicó que varios jugadores, entre ellos Thiago Silva, se quejaron del planteamiento defensivo que el técnico utilizó en el Camp Nou. Continuó una temporada más, pero los contratiempos no cesaron.

Tras incorporar a Mbappé y Neymar hace dos temporadas, el PSG contaba con uno de los mejores planteles actuales del fútbol mundial. La calidad de la plantilla era extraordinaria, pero el problema volvió a ser la vanidad de las estrellas. En un partido contra el Lyon, Cavani falló un penalti, pero la imagen controvertida se produjo antes de la pena máxima, en la que se le pudo ver discutir con Neymar. La imagen dio la vuelta al mundo y durante toda la temporada Emery tuvo que lidiar con una situación muy difícil en el vestuario.

Emery fue muy criticado por su gestión con Rabiot. El actual jugador de la Juventus le pidió no jugar de pivote defensivo, a lo que el entrenador accedió, y puso a jugar con Lo Celso de pivote defensivo, pagando con esa errónea decisión la eliminación de los octavos de final de la Champions League contra el Real Madrid.

Tuchel solventa lo de Rabiot, pero se encuentra con Mbappé

A Tuchel no le tembló el pulso para dejar a Rabiot fuera del equipo por no querer renovar. Los problemas comenzaron en un partido en el Velódrome, en la que el mediocentro y Mbappé llegaron tarde a la concentración del equipo y el técnico alemán decidió dejarles en el banquillo. Aquello influyó en Mbappé -que no se vio indiscutible en el equipo-, pero fue la excusa perfecta para no volver a convocar a Rabiot con el PSG.

Los constantes cambios de sistema de Tuchel tampoco han pasado desapercibidos para el equipo. Su obsesión por variar la táctica a lo largo de un partido ha llevado a varios jugadores a verse desconcertados, como Kurzawa, que en un Nantes-PSG fue al banquillo a hablar con el segundo de Tuchel y comentarle que "él no sabía jugar de mediocentro. Problema que ha solventado esta temporada, asentando el 4-3-3 en el equipo, pese a que continúa cambiando de posición a los jugadores, como por ejemplo, Marquinhos, de central a pivote; o Draxler, que siendo extremo izquierdo sigue sin rendir en el centro del campo.

Los problemas se han acumulado en la presente temporada en París. La frustrada salida de Neymar de la capital francesa en verano han provocado problemas en el Parque de los Príncipes, muchos de cuyos aficionados no paran de pitarle en cada partido y no olvidan la traición de querer volver al Barcelona. Por otra parte, a Tuchel se le pregunta con frecuencia por Cavani en cada rueda de prensa. Y es que el máximo goleador de la historia del PSG ha perdido la titularidad en favor de Icardi y, la semana pasada, el técnico respondió a los medios que "es mejor jugar tres minutos que nada", algo que no sentó nada bien en el entorno del uruguayo.

Por último, Tuchel tendrá que solventar un último problema, y es el de Kylian Mbappé. En el último partido de los parisinos en Montpellier, el campeón del mundo salió muy enfadado tras ser sustituido una vez más por el entrenador, con el que llegó a discutir en el banquillo. Tuchel ha pedido respeto por las decisiones que toma, algo que no parece gustar al delantero, que todavía no ha dado respuesta a la oferta de renovación que tiene sobre la mesa y al que le asaltan las dudas sobre si continuar en un proyecto en el que no cuenta con el respaldo que el jugador que merece.

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