Revive la sociedad Kroos-Ramos

El alemán sirvió el 0-1 al camero en Mendizorroza. Es el gol 12 que logran así y no pasaba desde febrero de 2018... El binomio fue clave en la última Liga y la Duodécima.

Carlos Forjanes
As
Kroos y Ramos son los Simon&Garfunkel de este Real Madrid moderno. Uno pone la voz (sus centros) y el otro su guitarra, en forma de cabezazos. De la bota derecha del alemán al camero, y gol. Una cantinela que se ha convertido en una de las armas menos visibles, pero más efectivas, del Madrid de Zidane. En Vitoria sirvió para el 0-1 del camero que puso los cimientos de un triunfo al estilo Alavés o, al menos, de la misma manera que ganaron precisamente los albiazules al Madrid en la 18-19: a balón parado y de cabeza.


La sociedad Kroos-Ramos renace (Modric también ha aparecido en ocasiones como guest star) y sus acciones vuelven a cotizar. No lograban un gol desde el 3 de febrero del año pasado, en el 2-2 ante el Levante. Mismo modus operandi. Balón parado más testarazo del capitán madridista.

Casi un año y diez meses más tarde, ha vuelto un binomio que fue elemento de peso para la última Liga blanca y la Duodécima, en la 2016-17. Aquella campaña el dueto consiguió siete tantos, entre ellos uno esencial en Nápoles, con el Madrid acorralado en la vuelta de octavos de la Champions. Si Paul Simon y Art Garfunkel superaron los cien millones de discos vendidos, el flamenco germánico que se traen entre Kroos y Ramos se cuantifica en goles...
Con su amigo ‘Antonio’

En total han conseguido 12 dianas siguiendo una conexión que en Mendizorroza agradeció Ramos ‘limpiándole’ simbólicamente la bota a su compañero, en reconocimiento por el balón medido que había recibido. “Gracias, Antonio”, le diría. Ése es el apodo de Kroos entre la muchachada española del vestuario. Kroos, aún con sus hábitos autóctonos (cena a las 18:30 horas), es un alemán españolizado tras pasar sus veranos en Mallorca y en Valdebebas se une al rondo de los jugadores españoles. Ahí hace camaradería con Ramos.

Garfunkel se divorció musicalmente en 1970 de Simon (“Creé un monstruo”, dice aún hoy), pero el Madrid puede estar tranquilo. Kroos se ha recuperado de su bajonazo deportivo de la temporada pasada (está a una asistencia de su mejor cifra en el Madrid, siete) y Ramos superó su amago de marcha a China del verano pasado. Hay sociedad aún para rato.

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