Médicos usaron una combinación letal de elementos para hacerle una cirugía a una mujer: la prendieron fuego y murió
El hecho tuvo lugar en Rumania. Los cirujanos desinfectaron a la mujer con un producto que contenía alcohol y luego usaron un bisturí eléctrico. El contacto entre ambas produjo la combustión
Infobae
Una mujer de 66 años entró al quirófano en la capital rumana de Bucarest para tratarse por un cáncer pancreático. Pero al salir del procedimiento su riesgo de vida había aumentado drásticamente, aunque por una causa distinta: la habían prendido fuego. Y una semana después, murió.
El hecho fue confirmado por el ministro rumano de salud, Victor Costache. Explicó que el equipo médico había usado para desinfectar a la paciente un producto que contenía alcohol, y luego un bisturí eléctrico. El contacto entre ambos produjo la combustión. “Se prendió como una antorcha”, dijo el político rumano Emanuel Ungureanu en sus redes sociales al referirse a la situación, citando fuentes del hospital Foreasca.
Una de las enfermeras vertió un balde con agua sobre la paciente, pero esta ya había sufrido quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo. La familia de la víctima indicó que los médicos les habían descrito la situación como un “accidente”, pero no les informaron de la gravedad real del hecho. “Nos enteramos de algunos detalles por televisión. No estamos haciendo acusaciones, pero queremos entender lo que pasó”, dijo uno de ellos a la prensa local.
En tanto, el ministro Costache prometió investigar el incidente, al que describió como traumático. “Esperamos aprender de él. Tanto yo como el equipo del ministerio de Salud que coordino vamos a hacer todo lo posible para encontrar la verdad”, agregó.
Por su parte, el vice ministro Horatiu Moldovan fue crítico con el equipo que llevó a cabo el procedimiento y agregó: “Los cirujanos deberían haber sabido que está prohibido usar un desinfectante con alcohol en los procedimientos en los que se usan bisturís eléctricos”.
Rumania es el país de la Unión Europea que destina el menor porcentaje de su PBI en políticas de salud. También tiene el índice de mortalidad infantil más alto del continente, producto a su vez de una infraestructura hospitalaria deficiente y falta crónica de personal médico.
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Una mujer de 66 años entró al quirófano en la capital rumana de Bucarest para tratarse por un cáncer pancreático. Pero al salir del procedimiento su riesgo de vida había aumentado drásticamente, aunque por una causa distinta: la habían prendido fuego. Y una semana después, murió.
El hecho fue confirmado por el ministro rumano de salud, Victor Costache. Explicó que el equipo médico había usado para desinfectar a la paciente un producto que contenía alcohol, y luego un bisturí eléctrico. El contacto entre ambos produjo la combustión. “Se prendió como una antorcha”, dijo el político rumano Emanuel Ungureanu en sus redes sociales al referirse a la situación, citando fuentes del hospital Foreasca.
Una de las enfermeras vertió un balde con agua sobre la paciente, pero esta ya había sufrido quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo. La familia de la víctima indicó que los médicos les habían descrito la situación como un “accidente”, pero no les informaron de la gravedad real del hecho. “Nos enteramos de algunos detalles por televisión. No estamos haciendo acusaciones, pero queremos entender lo que pasó”, dijo uno de ellos a la prensa local.
En tanto, el ministro Costache prometió investigar el incidente, al que describió como traumático. “Esperamos aprender de él. Tanto yo como el equipo del ministerio de Salud que coordino vamos a hacer todo lo posible para encontrar la verdad”, agregó.
Por su parte, el vice ministro Horatiu Moldovan fue crítico con el equipo que llevó a cabo el procedimiento y agregó: “Los cirujanos deberían haber sabido que está prohibido usar un desinfectante con alcohol en los procedimientos en los que se usan bisturís eléctricos”.
Rumania es el país de la Unión Europea que destina el menor porcentaje de su PBI en políticas de salud. También tiene el índice de mortalidad infantil más alto del continente, producto a su vez de una infraestructura hospitalaria deficiente y falta crónica de personal médico.