Longaric: "Esperemos que Argentina cumpla con las normas de asilo"

En México, el exPresidente dirigió las movilizaciones de sus seguidores como el cerco a las ciudades para que no pasen alimentos ni combustibles.

Página Siete Digital
La canciller del Estado, Karen Longaric, pidió al gobierno argentino que cumpla con los convenios internacionales sobre asilo y refugio político para evitar que Evo Morales realice declaraciones políticas que contaminen el proceso electoral en curso.


"Esperemos que Argentina cumpla con normas de asilo y no, como ocurrió en México, donde Evo Morlales tenía micrófono abierto para hacer política" dijo la jefa de la diplomacia boliviana en conferencia de prensa en Palacio Quemado.


Las declaraciones fueron realizadas después de que Evo Morales llegó esta mañana a Argentina acompañado del exvicepresidente Álvaro García Linera, la exministra de Salud Gabriela Montaño, el excanciller Diego Dary y el exembajador de Bolivia en la OEA, José "Gringo" Gonzáles.

Morales se quedará en ese país como refugiado político y según el canciller argentino, Felipe Solá, el compromiso es que exMandatario no realice declaraciones políticas.

Longaric explicó que el exPresidente "no puede realizar ninguna manifestación de carácter político, está inhibido de ello, así como de hacer actos políticos que debiliten o desestabilicen al gobierno boliviano, ni puede abandonar territorio argentino”


Según Zolá, "el reglamento (que se aplica a un refugiado político) exige una serie de pautas, como dejar asentado dónde va a fijar domicilio. Además, queremos de Evo el compromiso de no hacer declaraciones políticas en la Argentina. Es una condición que le pedimos nosotros". No obstante, hace instantes Morales desde Argentina mediante un tuit indicó que seguirá "luchando por los más humildes y para unir a la PatriaGrande".

Según Longaric, si Morales tiene el status de refugiado político, “puede movilizarse por diferentes territorios, pero siempre le estará prohibido hacer manifestaciones de carácter político”.


En México, donde tenía la condición de asilado político, participó en charlas, conferencia de prensa y dirigió las movilizaciones de sus seguidores mediante teléfono como el cerco a las ciudades que dejó sin comida ni combustibles a las ciudades de La Paz y El Alto, principalmente. Este comportamiento mereció la protesta escrita del gobierno de Jeanine Añez.

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