La crisis del Milán no tiene fin

Ante el Atalanta, sufrió una de las más dolorosas derrotas en sus 120 años de historia: desde 1998 no encajaban un 5-0. Estás más cerca del descenso que de Europa.

Mirko Calemme
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Hubo un tiempo en el que el Milán llevaba en su camiseta, debajo del escudo, la frase “el club más titulado en el mundo”. La edad de Oro que marcó la era Berlusconi hoy parece un recuerdo lejano y melancólico: los rossoneri llevan seis temporadas seguidas sin clasificarse a la Champions y en este momento marchan décimos en la Serie A. Tienen más cerca la zona de descenso (+7 puntos) que a la Europa League (- 8), mientras que volver a jugarse la Orejona hoy es utopía (-14).


Este domingo, ante el Atalanta, los milanisti sufrieron una de las más dolorosas derrotas en sus 120 años de historia, se celebraron justo hace poco más de una semana: desde 1998 no encajaban un 5-0, en aquel caso ante la Roma. "Fue un desastre, un partido vergonzoso, una derrota patética", dijo Zvonimir Boban, Chief Football Officier del club, que dio la cara tras la humillación, como hizo obviamente Stefano Pioli.

El nuevo entrenador no consiguió cambiar el rumbo de la temporada: Giampaolo fue despedido con 9 puntos en 7 jornadas, él ha cosechado 12 en 10. No hubo viraje y ya todo el mundo, en Italia, critica las decisiones en el mercado de Boban, Maldini, Massara y Gazidis. Llegaron Leao, Bennacer, Duarte, Krunic, Rebic y Theo: el exmadridista fue la única buena noticia de la temporada con un rendimiento sobresaliente (será casualidad, pero en Bérgamo no estaba) y ya cuatro goles marcados. Los demás hasta ahora decepcionaron: la Gazzetta escribió que a varios rossoneri le habrían permitido entrar en Milanello “solo para atarle los cordones a los Pirlo, Seedorf, Kaká y Shevchenko”. Apostar por los jóvenes está bien (pronto podría llegar cedido Todibo), pero también se necesita experiencia y por ese motivo la directiva está intentando a toda costa convencer a Ibrahimovic, que pronto dará su respuesta definitiva. El regreso de Zlatan devolvería ilusión y esperanza a una hinchada que no levanta cabeza.

Las fiestas de los futbolistas enfurecen a los tifosi

Tras la humillante derrota del domingo, aparecieron en las redes sociales algunas imágenes de Rafael Leao bebiendo, bailando y fumando en una discoteca, algo que los tifosi no se tomaron bien. El delantero intentó justificarse ("El video que circula es viejo, gracias"), pero sirvió de poco. Tampoco hizo gracia que, en las mismas horas, se difundieron las fotos de la fiesta de cumpleaños de Davide Calabria, nire el 'me gusta' de Kessié a un post de Gómez, que celebraba el triunfo sobre los rossoneri.

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