Habló el general que pidió la renuncia a Evo Morales: “¿Cómo puede ser un Golpe de Estado? Yo no me he quedado de presidente”
Williams Kaliman aseguró que las Fuerzas Armadas tienen la potestad de “sugerir a las autoridades correspondientes alguna situación y principalmente si el Estado estaba en peligro”
Infobae
Williams Kaliman, el ex comandante de las Fuerzas Armadas bolivianas, negó que el haberle sugerido a Evo Morales que renunciara a la presidencia en medio de la agitación social que atravesaba Bolivia haya constituido un golpe de Estado.
“¿Cómo puede ser un golpe de Estado? Yo no me he quedado de presidente, nadie que sea militar se ha quedado de presidente”, indicó para ilustrar su postura en lo que fue su primer declaración pública desde aquellos sucesos, ocurridos el pasado 10 de noviembre.
En diálogo con la agencia Fides, Kaliman defendió su accionar en los momentos previos y posteriores a la renuncia del ex presidente boliviano, y hasta que fue relevado de su cargo por la presidente interina Jeanine Áñez, el pasado 13 de noviembre.
Además, indicó que permanecerá en el país para enfrentar una denuncia en su contra por “incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes” luego de que medios locales reportaran que se rehusó a sacar a los militares a las calles, a pesar de que la policía asegurara estar desbordada.
A la hora de justificar su decisión de recomendar la dimisión de Morales, Kaliman aseguró que la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas permite al mando militar “sugerir a las autoridades correspondientes alguna situación y principalmente si el Estado estaba en peligro”.
Nosotros solamente hacemos una declaración. Yo no saqué soldados, no fui y le apunté con tanques, no fui al Palacio. Es lo que la ley (orgánica) nos permite. Yo no me he quedado de presidente. Nadie que sea militar se ha quedado de presidente", graficó.
Y agregó: “Nos hemos enmarcado en la Constitución Política del Estado y principalmente en la ley orgánica de las Fuerzas Armadas y el manual del uso de la fuerza en conflictos sociales".
Además, Kaliman aseguró que de no haber obrado en la manera que lo hizo, los enfrentamientos que tenían lugar en el país desde las elecciones del 20 de octubre habrían dejado “muchas muertes” en el país.
Sin embargo, medios locales aseguraron que mientras la intensidad de los incidentes que siguieron a la renuncia de Morales aumentaba, Kaliman solo tomo la decisión de ordenar la salida de los militares a las calles luego de ser urgido por el resto del alto mando.
Kaliman junto a Evo Morales. Foto: REUTERS/David Mercado
Kaliman junto a Evo Morales. Foto: REUTERS/David Mercado
En consecuencia, un abogado denunció incumplimiento de deberes y cohecho, entre otros delitos. Para fundamentar su postura, indicó que de haber actuado el general con mayor celeridad, se podrían haber evitado “hechos vandálicos, saqueos y la quema de infraestructura”.
No obstante, Kaliman rechazó las acusaciones y anticipó que se quedará en el país para defenderse: “Creo que hemos contribuido a mantener la democracia, principalmente la unión de los bolivianos, y ahora me meten un juicio”. Y agregó: “Estamos listos para defendernos, vamos a ir donde nos convoquen”.
El comandante saliente ha sido protagonista de situaciones clave. En gran parte de su gestión se mostró como uno de los oficiales más leales a Evo Morales, a tal punto que en diversas circunstancias lo llamó “hermano Presidente” o también se declaró “soldado del proceso de cambio”, como llamó el mandatario renunciante a toda su gestión. En la línea de Morales, Kaliman expresó que las FFAA son “anticolonialistas”. Estas afirmaciones causaron críticas, considerando que la Constitución de Bolivia impide a los militares deliberar o hacer política.
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Williams Kaliman, el ex comandante de las Fuerzas Armadas bolivianas, negó que el haberle sugerido a Evo Morales que renunciara a la presidencia en medio de la agitación social que atravesaba Bolivia haya constituido un golpe de Estado.
“¿Cómo puede ser un golpe de Estado? Yo no me he quedado de presidente, nadie que sea militar se ha quedado de presidente”, indicó para ilustrar su postura en lo que fue su primer declaración pública desde aquellos sucesos, ocurridos el pasado 10 de noviembre.
En diálogo con la agencia Fides, Kaliman defendió su accionar en los momentos previos y posteriores a la renuncia del ex presidente boliviano, y hasta que fue relevado de su cargo por la presidente interina Jeanine Áñez, el pasado 13 de noviembre.
Además, indicó que permanecerá en el país para enfrentar una denuncia en su contra por “incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes” luego de que medios locales reportaran que se rehusó a sacar a los militares a las calles, a pesar de que la policía asegurara estar desbordada.
A la hora de justificar su decisión de recomendar la dimisión de Morales, Kaliman aseguró que la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas permite al mando militar “sugerir a las autoridades correspondientes alguna situación y principalmente si el Estado estaba en peligro”.
Nosotros solamente hacemos una declaración. Yo no saqué soldados, no fui y le apunté con tanques, no fui al Palacio. Es lo que la ley (orgánica) nos permite. Yo no me he quedado de presidente. Nadie que sea militar se ha quedado de presidente", graficó.
Y agregó: “Nos hemos enmarcado en la Constitución Política del Estado y principalmente en la ley orgánica de las Fuerzas Armadas y el manual del uso de la fuerza en conflictos sociales".
Además, Kaliman aseguró que de no haber obrado en la manera que lo hizo, los enfrentamientos que tenían lugar en el país desde las elecciones del 20 de octubre habrían dejado “muchas muertes” en el país.
Sin embargo, medios locales aseguraron que mientras la intensidad de los incidentes que siguieron a la renuncia de Morales aumentaba, Kaliman solo tomo la decisión de ordenar la salida de los militares a las calles luego de ser urgido por el resto del alto mando.
Kaliman junto a Evo Morales. Foto: REUTERS/David Mercado
Kaliman junto a Evo Morales. Foto: REUTERS/David Mercado
En consecuencia, un abogado denunció incumplimiento de deberes y cohecho, entre otros delitos. Para fundamentar su postura, indicó que de haber actuado el general con mayor celeridad, se podrían haber evitado “hechos vandálicos, saqueos y la quema de infraestructura”.
No obstante, Kaliman rechazó las acusaciones y anticipó que se quedará en el país para defenderse: “Creo que hemos contribuido a mantener la democracia, principalmente la unión de los bolivianos, y ahora me meten un juicio”. Y agregó: “Estamos listos para defendernos, vamos a ir donde nos convoquen”.
El comandante saliente ha sido protagonista de situaciones clave. En gran parte de su gestión se mostró como uno de los oficiales más leales a Evo Morales, a tal punto que en diversas circunstancias lo llamó “hermano Presidente” o también se declaró “soldado del proceso de cambio”, como llamó el mandatario renunciante a toda su gestión. En la línea de Morales, Kaliman expresó que las FFAA son “anticolonialistas”. Estas afirmaciones causaron críticas, considerando que la Constitución de Bolivia impide a los militares deliberar o hacer política.