El triunfo de Johnson confirma el Brexit: estas son las consecuencias en el fútbol, F1...
El resultado de las elecciones en el Reino Unido con la victoria de Boris Johnson allana el camino para que se lleve a cabo la salida de la Unión Europea.
Alberto P. Sierra
As
La mayoría conseguida por Boris Johnson en las elecciones de Reino Unido de este 12 de diciembre deja clara la intención de buena parte de los votantes de seguir con el Brexit, proceso que ha defendido el candidato conservador, de nuevo, Primer Ministro. Este resultado refrenda la opinión que el 23 de junio de 2016 ya defendieron un 51,9% de votantes que quieren que Reino Unido abandone la Unión Europea.
El 31 de enero termina la última prórroga concedida por la UE en un proceso rodeado de bastante incertidumbre que en el deporte también se verá afectado. Las dudas sobrevuelan a un fútbol dividido mientras la Fórmula 1 aparece como la peor parada en este asunto.
Una vez el Brexit se lleve a cabo, buena parte de los jugadores extranjeros pasarán a ser considerados foráneos, lo que generará problemas tanto a los que ya están como a las nuevas llegadas. Los nuevos jugadores que lleguen desde Europa tendrán que regirse por las normas para extranjeros de la FA, que prepara un nuevo reglamento de cara a una situación totalmente distinta a la actual. A día de hoy, la FA exige a estos jugadores de los diez primeros países del ranking FIFA un porcentaje de minutos con la selección para poder fichar por un club inglés.
Frente a este nuevo escenario, la FA defiende un sistema en el que se trate de brindar "mejores oportunidades a los jóvenes jugadores ingleses" y lleva todo este proceso abogando por medidas proteccionistas para el jugador nacional con la intención de aumentar su cupo hasta 13 de manera obligatoria en las plantillas de 25 jugadores, algo que no gusta nada en la Liga ni los clubes que también verían afectados sus intereses en el mercado.
La justificación para la nueva norma es la aplicación de las pautas que se han dado de cara a los trabajadores extranjeros y un mayor desarrollo de los jóvenes ingleses que, suponen, gozarían de más minutos y una mejor evolución hasta la élite con el aumento de presencia en plantilla. Según informó AS, esta medida obligaría a los clubes de la Premier a una posible marcha de hasta el 65% de jugadores considerados foráneos.
La Premier, con algunos miembros posicionados de manera pública contra el Brexit, se han mostrado contrarios a esta medida asegurando que no hay evidencia que demuestre que una menor llegada de jugadores extranjeros y la entrada de más jugadores nacionales eleve la calidad de los segundos. Evidentemente, el mercado de fichajes de la Premier, uno de los que más dinero mueve anualmente, también se vería fuertemente restringido en lo que respecta a llegadas.
En esta guerra que determinará el futuro del fútbol profesional inglés, la FA cuenta con el apoyo del Gobierno mientras la Premier se ha alineado con la EFL, gestora del resto de divisiones profesionales del fútbol inglés, y la Liga escocesa.
El Brexit sí determinaría notablemente el fútbol base ya que obligaría a formarse a los jugadores de Reino Unido en territorio nacional hasta los 18 años, impidiendo su salida hacia academias de otros países. Además, sus canteras tampoco podrían captar jugadores hasta que superen esa edad. Ahora, ambas operaciones se pueden realizar desde que los jugadores cumplen 16 años, como pasó con los fichajes de Cesc Fàbregas por el Arsenal o la marcha de Jadon Sancho al Borussia Dortmund.
A esta ampliación de las restricciones a la hora de acometer fichajes habría que incluir la prohibición de entrada al país a quien tenga antecedentes penales. Con la normativa europea se aplicaba un criterio más laxo que permitía la entrada con antecedentes sin no suponía un peligro para la seguridad nacional.
A falta de un acuerdo necesario entre FA y las principales Ligas profesionales, en lo más inmediato, la Eurocopa, no se esperan problemas de visas ni accesos para ningún jugador, entrenador o miembro de las selecciones participantes.
La F1, la gran afectada en el mundo del motor
Dentro del motor, la Fórmula 1 se vería especialmente afectada por el Brexit. De hecho, puede ser uno de los deportes que más pague sus consecuencias porque la base del Mundial se asienta en el Reino Unido. Siete de las diez escuderías que forman la parrilla tienen su sede operativa allí y además se nutren de la industria local para fabricar los 20.000 componentes que conforman un monoplaza, por lo que un cambio en la política de fronteras o los aranceles y aduanas puede afectar muy negativamente.
Esta es la relación de los equipos y sus sedes: Mercedes en Brackley y Brixworth, Renault en Enstone, McLaren en Woking, Red Bull en Milton Keynes, Racing Point en Silverstone, Williams en Grove y Haas en Banbury. Además, Honda tiene un centro de operaciones en Milton Keynes y Pirelli, que diseña sus neumáticos en Milán y los fabrica en Turquía o Rumanía, también opera en la ciudad de Slough. Se cifra en 6.500 los empleos directos del 'Gran Circo', de los cuales unos 4.200 están en Reino Unido, según 'Racefans'.
Mientras la F1 ve como se avecina "la madre de todos los desastres", como calificó Toto Wolff, el jefe de Mercedes, las consecuencias del Brexit, desde el otro lado del mundo del motor, el del motociclismo, la preocupación no alcanza ni de lejos esas cotas. Si el Mundial de F1 está fuertemente conectado al Reino Unido, en el de MotoGP las conexiones son más bien escasas. Todos sus equipos oficiales se reparten entre Europa (Italia con Ducati y Aprilia, y Holanda con KTM) y Japón (Honda, Yamaha y Suzuki).
Por lo que el desarrollo de los equipos, incluso en las otras categorías de Moto2 y Moto3, no se vería afectado. Tampoco en la parte de los principales suministradores: neumáticos (Michelin es francesa), suspensiones (Öhlins, sueca y WP, austriaca) o frenos (Brembo, italiana). Lo que sí tiene Gran Bretaña en MotoGP es un gran premio en Silverstone (el de 2020 será el 30 de agosto) y un piloto, Cal Crutchlow, en la categoría reina (además de otros como Lowes, Dixon o McPhee en las demás), pero a priori se quedarían fuera de las consecuencias del Brexit.
Alberto P. Sierra
As
La mayoría conseguida por Boris Johnson en las elecciones de Reino Unido de este 12 de diciembre deja clara la intención de buena parte de los votantes de seguir con el Brexit, proceso que ha defendido el candidato conservador, de nuevo, Primer Ministro. Este resultado refrenda la opinión que el 23 de junio de 2016 ya defendieron un 51,9% de votantes que quieren que Reino Unido abandone la Unión Europea.
El 31 de enero termina la última prórroga concedida por la UE en un proceso rodeado de bastante incertidumbre que en el deporte también se verá afectado. Las dudas sobrevuelan a un fútbol dividido mientras la Fórmula 1 aparece como la peor parada en este asunto.
Una vez el Brexit se lleve a cabo, buena parte de los jugadores extranjeros pasarán a ser considerados foráneos, lo que generará problemas tanto a los que ya están como a las nuevas llegadas. Los nuevos jugadores que lleguen desde Europa tendrán que regirse por las normas para extranjeros de la FA, que prepara un nuevo reglamento de cara a una situación totalmente distinta a la actual. A día de hoy, la FA exige a estos jugadores de los diez primeros países del ranking FIFA un porcentaje de minutos con la selección para poder fichar por un club inglés.
Frente a este nuevo escenario, la FA defiende un sistema en el que se trate de brindar "mejores oportunidades a los jóvenes jugadores ingleses" y lleva todo este proceso abogando por medidas proteccionistas para el jugador nacional con la intención de aumentar su cupo hasta 13 de manera obligatoria en las plantillas de 25 jugadores, algo que no gusta nada en la Liga ni los clubes que también verían afectados sus intereses en el mercado.
La justificación para la nueva norma es la aplicación de las pautas que se han dado de cara a los trabajadores extranjeros y un mayor desarrollo de los jóvenes ingleses que, suponen, gozarían de más minutos y una mejor evolución hasta la élite con el aumento de presencia en plantilla. Según informó AS, esta medida obligaría a los clubes de la Premier a una posible marcha de hasta el 65% de jugadores considerados foráneos.
La Premier, con algunos miembros posicionados de manera pública contra el Brexit, se han mostrado contrarios a esta medida asegurando que no hay evidencia que demuestre que una menor llegada de jugadores extranjeros y la entrada de más jugadores nacionales eleve la calidad de los segundos. Evidentemente, el mercado de fichajes de la Premier, uno de los que más dinero mueve anualmente, también se vería fuertemente restringido en lo que respecta a llegadas.
En esta guerra que determinará el futuro del fútbol profesional inglés, la FA cuenta con el apoyo del Gobierno mientras la Premier se ha alineado con la EFL, gestora del resto de divisiones profesionales del fútbol inglés, y la Liga escocesa.
El Brexit sí determinaría notablemente el fútbol base ya que obligaría a formarse a los jugadores de Reino Unido en territorio nacional hasta los 18 años, impidiendo su salida hacia academias de otros países. Además, sus canteras tampoco podrían captar jugadores hasta que superen esa edad. Ahora, ambas operaciones se pueden realizar desde que los jugadores cumplen 16 años, como pasó con los fichajes de Cesc Fàbregas por el Arsenal o la marcha de Jadon Sancho al Borussia Dortmund.
A esta ampliación de las restricciones a la hora de acometer fichajes habría que incluir la prohibición de entrada al país a quien tenga antecedentes penales. Con la normativa europea se aplicaba un criterio más laxo que permitía la entrada con antecedentes sin no suponía un peligro para la seguridad nacional.
A falta de un acuerdo necesario entre FA y las principales Ligas profesionales, en lo más inmediato, la Eurocopa, no se esperan problemas de visas ni accesos para ningún jugador, entrenador o miembro de las selecciones participantes.
La F1, la gran afectada en el mundo del motor
Dentro del motor, la Fórmula 1 se vería especialmente afectada por el Brexit. De hecho, puede ser uno de los deportes que más pague sus consecuencias porque la base del Mundial se asienta en el Reino Unido. Siete de las diez escuderías que forman la parrilla tienen su sede operativa allí y además se nutren de la industria local para fabricar los 20.000 componentes que conforman un monoplaza, por lo que un cambio en la política de fronteras o los aranceles y aduanas puede afectar muy negativamente.
Esta es la relación de los equipos y sus sedes: Mercedes en Brackley y Brixworth, Renault en Enstone, McLaren en Woking, Red Bull en Milton Keynes, Racing Point en Silverstone, Williams en Grove y Haas en Banbury. Además, Honda tiene un centro de operaciones en Milton Keynes y Pirelli, que diseña sus neumáticos en Milán y los fabrica en Turquía o Rumanía, también opera en la ciudad de Slough. Se cifra en 6.500 los empleos directos del 'Gran Circo', de los cuales unos 4.200 están en Reino Unido, según 'Racefans'.
Mientras la F1 ve como se avecina "la madre de todos los desastres", como calificó Toto Wolff, el jefe de Mercedes, las consecuencias del Brexit, desde el otro lado del mundo del motor, el del motociclismo, la preocupación no alcanza ni de lejos esas cotas. Si el Mundial de F1 está fuertemente conectado al Reino Unido, en el de MotoGP las conexiones son más bien escasas. Todos sus equipos oficiales se reparten entre Europa (Italia con Ducati y Aprilia, y Holanda con KTM) y Japón (Honda, Yamaha y Suzuki).
Por lo que el desarrollo de los equipos, incluso en las otras categorías de Moto2 y Moto3, no se vería afectado. Tampoco en la parte de los principales suministradores: neumáticos (Michelin es francesa), suspensiones (Öhlins, sueca y WP, austriaca) o frenos (Brembo, italiana). Lo que sí tiene Gran Bretaña en MotoGP es un gran premio en Silverstone (el de 2020 será el 30 de agosto) y un piloto, Cal Crutchlow, en la categoría reina (además de otros como Lowes, Dixon o McPhee en las demás), pero a priori se quedarían fuera de las consecuencias del Brexit.