¿El Real Madrid abandonará La Liga? Su presidente esboza una salida
Tariq Panja
Infobae
Hace poco tiempo, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, sostuvo conversaciones con funcionarios de algunos de los principales clubes de fútbol de Europa, así como con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para hablar sobre su visión del deporte. Su propuesta, según gente familiarizada con lo sucedido en esas reuniones, se trata de un innovador cambio en los juegos de poder de los clubes.
Una competencia de élite que reuniría a los clubes más ricos del mundo, sin ataduras con sus ligas domésticas, para un nuevo torneo con una duración de una temporada completa. Las ligas domésticas quedarían despojadas de sus marcas más importantes e históricas y de miles de partidos en los máximos circuitos que son mucho menos valiosos para todos, desde los patrocinadores y las televisoras hasta, tal vez más importante, los aficionados.
Con el financiamiento en proceso y la influencia del Real Madrid respaldando la empresa, y con los funcionarios que comienzan a esbozar el marco de un nuevo calendario para el fútbol mundial que entrará en vigor después de 2024, el proyecto de una superliga europea podría estar más cerca que nunca.
Según gente familiarizada con las conversaciones, en el centro del plan de Pérez se encuentra su viejo deseo de que los equipos más grandes de Europa, como el suyo, se separen de las ligas domésticas y conformen una competencia europea de élite que se jugaría durante una temporada completa.
La versión actual del plan tendría dos divisiones de veinte equipos cada una, compuestas casi de forma exclusiva por clubes provenientes de las cinco ligas más importantes de Europa: Inglaterra, España, Francia, Alemania e Italia. A algunos clubes les han dicho que, de acuerdo con proyecciones, podían esperar una duplicación de sus ingresos si dejan sus ligas domésticas para unirse al nuevo proyecto. Se mantendría el concepto de promoción y descenso —un elemento habitual del fútbol en el mundo que recompensa el éxito y castiga el fracaso—, pero solo entre las dos divisiones.
Lo más probable es que la propuesta enfrente una resistencia feroz. De entrada, cualquier competencia de ese tipo diezmaría el valor de los partidos de las ligas domésticas y, al quitar a los mejores equipos, también se podría destruir el valor de la Liga de Campeones, el campeonato de clubes más rico del mundo y el motor financiero del órgano rector del fútbol europeo, la UEFA.
Pérez, quien como presidente del Real Madrid se convirtió en miembro fundador de una nueva asociación mundial de clubes internacionales cuando fue creada el mes pasado en las oficinas generales de la FIFA en Zúrich, se rehusó, por medio del club, a ofrecer comentarios sobre su propuesta. Sin embargo, durante su visita a Zúrich, Pérez habló sobre sus ideas con Infantino, quien invirtió buena parte del último año en que se aceptara su propia idea sobre cómo rehacer el fútbol de clubes.
En esencia, la visión de Infantino para el fútbol de clubes se ha enfocado en la creación de un nuevo Mundial de Clubes de 24 equipos que comenzará a jugarse en 2021, pero también tiene una visión más amplia para que la FIFA, el órgano rector del fútbol mundial, tenga un mayor control sobre el fútbol de clubes.
Por ejemplo, apenas la semana pasada, propuso la idea de invertir cientos de millones de dólares en una liga panafricana, un mecanismo para aumentar la calidad en ese continente y también para detener la fuga global de talentos hacia Europa. El presidente de la FIFA también ha sostenido reuniones con las asociaciones nacionales de Asia sobre la posibilidad de la creación de ligas regionales y subregionales en ese continente, además, ha conversado con el presidente Donald Trump sobre la calidad del deporte en el máximo circuito del fútbol estadounidense.
“Una de las labores del presidente de la FIFA es escuchar las perspectivas de las partes interesadas sobre temas relevantes para el fútbol”, mencionó la FIFA en un comunicado en respuesta a los cuestionamientos sobre las conversaciones que Infantino ha sostenido con Pérez y otros actores en torno a los cambios en el juego de clubes. “La FIFA cree que un diálogo abierto y constructivo entre diferentes miembros de la comunidad del fútbol es esencial para encontrar el equilibrio adecuado y las mejores soluciones para el futuro del juego. La FIFA (incluido su presidente) se ha reunido con clubes de fútbol de todo el mundo con el fin de discutir los mecanismos para que el nuevo Mundial de Clubes de la FIFA sea un éxito sobresaliente, en particular, desde un punto de vista deportivo”.
Infobae
Hace poco tiempo, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, sostuvo conversaciones con funcionarios de algunos de los principales clubes de fútbol de Europa, así como con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para hablar sobre su visión del deporte. Su propuesta, según gente familiarizada con lo sucedido en esas reuniones, se trata de un innovador cambio en los juegos de poder de los clubes.
Una competencia de élite que reuniría a los clubes más ricos del mundo, sin ataduras con sus ligas domésticas, para un nuevo torneo con una duración de una temporada completa. Las ligas domésticas quedarían despojadas de sus marcas más importantes e históricas y de miles de partidos en los máximos circuitos que son mucho menos valiosos para todos, desde los patrocinadores y las televisoras hasta, tal vez más importante, los aficionados.
Con el financiamiento en proceso y la influencia del Real Madrid respaldando la empresa, y con los funcionarios que comienzan a esbozar el marco de un nuevo calendario para el fútbol mundial que entrará en vigor después de 2024, el proyecto de una superliga europea podría estar más cerca que nunca.
Según gente familiarizada con las conversaciones, en el centro del plan de Pérez se encuentra su viejo deseo de que los equipos más grandes de Europa, como el suyo, se separen de las ligas domésticas y conformen una competencia europea de élite que se jugaría durante una temporada completa.
La versión actual del plan tendría dos divisiones de veinte equipos cada una, compuestas casi de forma exclusiva por clubes provenientes de las cinco ligas más importantes de Europa: Inglaterra, España, Francia, Alemania e Italia. A algunos clubes les han dicho que, de acuerdo con proyecciones, podían esperar una duplicación de sus ingresos si dejan sus ligas domésticas para unirse al nuevo proyecto. Se mantendría el concepto de promoción y descenso —un elemento habitual del fútbol en el mundo que recompensa el éxito y castiga el fracaso—, pero solo entre las dos divisiones.
Lo más probable es que la propuesta enfrente una resistencia feroz. De entrada, cualquier competencia de ese tipo diezmaría el valor de los partidos de las ligas domésticas y, al quitar a los mejores equipos, también se podría destruir el valor de la Liga de Campeones, el campeonato de clubes más rico del mundo y el motor financiero del órgano rector del fútbol europeo, la UEFA.
Pérez, quien como presidente del Real Madrid se convirtió en miembro fundador de una nueva asociación mundial de clubes internacionales cuando fue creada el mes pasado en las oficinas generales de la FIFA en Zúrich, se rehusó, por medio del club, a ofrecer comentarios sobre su propuesta. Sin embargo, durante su visita a Zúrich, Pérez habló sobre sus ideas con Infantino, quien invirtió buena parte del último año en que se aceptara su propia idea sobre cómo rehacer el fútbol de clubes.
En esencia, la visión de Infantino para el fútbol de clubes se ha enfocado en la creación de un nuevo Mundial de Clubes de 24 equipos que comenzará a jugarse en 2021, pero también tiene una visión más amplia para que la FIFA, el órgano rector del fútbol mundial, tenga un mayor control sobre el fútbol de clubes.
Por ejemplo, apenas la semana pasada, propuso la idea de invertir cientos de millones de dólares en una liga panafricana, un mecanismo para aumentar la calidad en ese continente y también para detener la fuga global de talentos hacia Europa. El presidente de la FIFA también ha sostenido reuniones con las asociaciones nacionales de Asia sobre la posibilidad de la creación de ligas regionales y subregionales en ese continente, además, ha conversado con el presidente Donald Trump sobre la calidad del deporte en el máximo circuito del fútbol estadounidense.
“Una de las labores del presidente de la FIFA es escuchar las perspectivas de las partes interesadas sobre temas relevantes para el fútbol”, mencionó la FIFA en un comunicado en respuesta a los cuestionamientos sobre las conversaciones que Infantino ha sostenido con Pérez y otros actores en torno a los cambios en el juego de clubes. “La FIFA cree que un diálogo abierto y constructivo entre diferentes miembros de la comunidad del fútbol es esencial para encontrar el equilibrio adecuado y las mejores soluciones para el futuro del juego. La FIFA (incluido su presidente) se ha reunido con clubes de fútbol de todo el mundo con el fin de discutir los mecanismos para que el nuevo Mundial de Clubes de la FIFA sea un éxito sobresaliente, en particular, desde un punto de vista deportivo”.