Arturo Vidal y la junta rompen la baraja a espaldas de Valverde

El chileno denuncia al club por impago y todo apunta a una salida beneficiosa para todos menos para el entrenador.

Santi Giménez
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En plenas vacaciones de Navidad, con el equipo clasificado para octavos de la Champions, líder en la Liga y cuando todo parecía controlado de cara a un mercado de invierno en el que únicamente se contemplaba la cesión de Aleñá al Betis y otra posible, pero remota, de Todibo al Milan, Arturo Vidal ha roto la baraja y ha hecho añicos la planificación del técnico de cara a la segunda fase de la temporada.


Puede que a la junta, este desbarajuste generado por la demanda del chileno contra el club por valor de 2,4 millones no le vaya mal porque en el palco no le hacen ascos a la venta del centrocampista, pero para el técnico es una nueva herida provocada por el fuego amigo.

Como ya informó este diario, la situación de Vidal había creado un debate entre el técnico y la junta. Mientras que Valverde, con la aquiescencia de la secretaría técnica, consideraban a Vidal como un jugador necesario -y más cuando Aleñá se va cedido al Betis- en la directiva ven al chileno como un activo con el que hacer caja. El Inter ofrece 12 millones por él y a la puja se ha sumado la Juve, equipo en el que ya militó entre 2011 y 2015, que según informó Sky Sports habría llamado al Barcelona para consultar las condiciones actuales del chileno, a quien se traspasaría por una oferta superior a los 20 millones de euros.

El caso estalló el viernes por la noche cuando el diario ABC adelantó que Arturo Vidal había denunciado al Barcelona ante la Comisión Mixta de la Liga y la AFE por el presunto impago de 2,4 millones de euros en conceptos de bonos que según él fueron alcanzadas la pasada temporada y que todavía no le han sido retribuidas. Por contra, el club azulgrana considera que no le corresponde abonar dicha cantidad y que el futbolista está haciendo una mala interpretación de las cláusulas de su contrato. Además, en el seno del Barcelona consideran que es una maniobra del jugador para forzar su salida.

Los abogados del chileno interpusieron una demanda el pasado 5 de diciembre reclamando esta cantidad porque considera que es la que le corresponde al haber jugado el 60 por ciento de los partidos oficiales. El Barça se defiende diciendo que sólo se contabiliza como partido jugado ése en el que el jugador ha disputado al menos 45 minutos y según sus cálculos, el chileno no alcanza el mínimo para recibir la variable.

Lo que realmente es sorprendente es que ambas partes no hayan llevado esta negociación de puertas adentro y que el pleito haya acabado siendo público con denuncias cruzadas coincidiendo con la inminente apertura del mercado. Puede que ambas partes estén interesadas en escenificar una ruptura, pero parece que nadie ha contado con la opinión de los técnicos, que apostaban por la continuidad de Vidal.

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