Agónico triunfo del Nápoles para acabar con su crisis
Primera victoria para Gattuso, que tumbó el Sassuolo. Los napolitanos remontaron en una gran segunda mitad con Allan y un gol en propia puerta de Obiang sobre la bocina.
Mirko Calemme
As
Tras dos meses de polémicas y sufrimiento, el Nápoles volvió a ganar un partido en la Serie A en el estadio del Sassuolo: una victoria merecida pero agónica, al estilo de Rino Gattuso, que en diez días revolucionó el equipo regresando al 4-3-3 de Sarri. Los abrazos que recibió de sus jugadores tras el enfrentamiento demostraron que ya los ha conquistado.
Los de De Zerbi viven un gran momento de forma (a principio de mes pararon a la Juventus con un empate en Turín) y lo demostraron nada más comenzar, con un testarazo de Locatelli que Mario Rui quitó de la línea de gol. Los neroverdi empezaron con gran intensidad (aunque Manolas, con otro cabezazo, tocó el larguero) y el gol del 1-0 fue natural consecuencia de lo que se vio en el primer tramo del partido: lo marcó Traoré, que aprovechó un centro de Kyriakopoulos, un fallo defensivo de Mario Rui y una mala salida de Meret. En la reanudación, como ocurrió ante el Parma, los sureños cambiaron de cara. Allan, en el 57’, puso las tablas con un golazo rabioso, aguantando la presión de dos defensas en el área, tras un pase vertical de Zielinski, y disparando a la escuadra.
A partir de ahí los napolitanos se desataron: Mertens (que empezó en el banquillo y sustituyó a un gran Milik) rozó el poste varias veces, Locatelli le quitó a Insigne un balón de la línea de gol y un gran Callejón golpeó el larguero y, luego, el VAR le anuló un tanto por un fuera de juego de pocos centímetros.
El triunfo, merecido, llegó como tenía que llegar para pasar página: en la última jugada, Obiang desvió un córner en propia puerta para anticipar a Elmas, desatando la celebración de un Nápoles que está demasiado lejos de los puestos de Champions (11 puntos), pero que a partir de hoy puede comenzar a soñar con una remontada complicada, pero no imposible. La terrible crisis que llevó al despido de Ancelotti, quizás, ya ha pasado.
Mirko Calemme
As
Tras dos meses de polémicas y sufrimiento, el Nápoles volvió a ganar un partido en la Serie A en el estadio del Sassuolo: una victoria merecida pero agónica, al estilo de Rino Gattuso, que en diez días revolucionó el equipo regresando al 4-3-3 de Sarri. Los abrazos que recibió de sus jugadores tras el enfrentamiento demostraron que ya los ha conquistado.
Los de De Zerbi viven un gran momento de forma (a principio de mes pararon a la Juventus con un empate en Turín) y lo demostraron nada más comenzar, con un testarazo de Locatelli que Mario Rui quitó de la línea de gol. Los neroverdi empezaron con gran intensidad (aunque Manolas, con otro cabezazo, tocó el larguero) y el gol del 1-0 fue natural consecuencia de lo que se vio en el primer tramo del partido: lo marcó Traoré, que aprovechó un centro de Kyriakopoulos, un fallo defensivo de Mario Rui y una mala salida de Meret. En la reanudación, como ocurrió ante el Parma, los sureños cambiaron de cara. Allan, en el 57’, puso las tablas con un golazo rabioso, aguantando la presión de dos defensas en el área, tras un pase vertical de Zielinski, y disparando a la escuadra.
A partir de ahí los napolitanos se desataron: Mertens (que empezó en el banquillo y sustituyó a un gran Milik) rozó el poste varias veces, Locatelli le quitó a Insigne un balón de la línea de gol y un gran Callejón golpeó el larguero y, luego, el VAR le anuló un tanto por un fuera de juego de pocos centímetros.
El triunfo, merecido, llegó como tenía que llegar para pasar página: en la última jugada, Obiang desvió un córner en propia puerta para anticipar a Elmas, desatando la celebración de un Nápoles que está demasiado lejos de los puestos de Champions (11 puntos), pero que a partir de hoy puede comenzar a soñar con una remontada complicada, pero no imposible. La terrible crisis que llevó al despido de Ancelotti, quizás, ya ha pasado.