Wiphalas, a 30 bolivianos, y fichas para los marchistas
Varios manifestantes exigían a los transeúntes que porten la tradicional bandera.
Página Siete Digital / La Paz
“¡Dónde está tu wiphala!”, exigían varios marchistas a la gente que observaba y pasaba cerca de los miles de alteños que recorrían las calles del centro paceño con banderas en mano. El símbolo nacional era comercializado por 30 bolivianos el metro, entre los transeúntes y los protestantes que se trasladaban a puntos estratégicos para anotar en su nombre en un cuaderno y pedir una ficha.
“¡No se vayan… nos tienen que dar nuestra ficha!”, gritaba un hombre a dos mujeres que portaban wiphalas y palos, luego de participar en la marcha de vecinos de El Alto. Mientras centenas se reunían en San Francisco, otros iban en grupos de tres o cuatro personas de la calle Santa Cruz, esquina Murillo, para poner su nombre en un cuaderno y luego recoger una ficha.
En otro sector, en el pasaje Tiquina, la gente esperaba, en filas, recibir una constante de su presencia. El mercado Lanza era otro de los lugares estratégicos donde se repartían los comprobantes de asistencia.
Esa movilización le trajo buenos beneficios económicos a doña Carmela, quien desde la madrugada (5:00) hasta las 14:00 había vendido casi todas sus banderas que eran comercializadas a 30 bolivianos el metro y 5 las “banderitas”.
“Vendí seis rollos, que tienen como unas 50 banderas de un metro”, explicó la vendedora que acompañó a los marchistas al centro de La Paz. “Me moví por todos lados, por la UPEA, entre la gente que bajaba de El Alto”, añadió.
Hoy, miles de alteños exigieron el respeto a la wiphala y la renuncia de la presidenta Jeanine Áñez. Las protestas desencadenaron en hechos vandálicos que afectaron a varios comercios del centro histórico de la sede de Gobierno.
“¡Dónde está tu wiphala!”, exigían varios marchistas a la gente que observaba y pasaba cerca de los miles de alteños que recorrían las calles del centro paceño con banderas en mano. El símbolo nacional era comercializado por 30 bolivianos el metro, entre los transeúntes y los protestantes que se trasladaban a puntos estratégicos para anotar en su nombre en un cuaderno y pedir una ficha.
“¡No se vayan… nos tienen que dar nuestra ficha!”, gritaba un hombre a dos mujeres que portaban wiphalas y palos, luego de participar en la marcha de vecinos de El Alto. Mientras centenas se reunían en San Francisco, otros iban en grupos de tres o cuatro personas de la calle Santa Cruz, esquina Murillo, para poner su nombre en un cuaderno y luego recoger una ficha.
En otro sector, en el pasaje Tiquina, la gente esperaba, en filas, recibir una constante de su presencia. El mercado Lanza era otro de los lugares estratégicos donde se repartían los comprobantes de asistencia.
Esa movilización le trajo buenos beneficios económicos a doña Carmela, quien desde la madrugada (5:00) hasta las 14:00 había vendido casi todas sus banderas que eran comercializadas a 30 bolivianos el metro y 5 las “banderitas”.
“Vendí seis rollos, que tienen como unas 50 banderas de un metro”, explicó la vendedora que acompañó a los marchistas al centro de La Paz. “Me moví por todos lados, por la UPEA, entre la gente que bajaba de El Alto”, añadió.
Hoy, miles de alteños exigieron el respeto a la wiphala y la renuncia de la presidenta Jeanine Áñez. Las protestas desencadenaron en hechos vandálicos que afectaron a varios comercios del centro histórico de la sede de Gobierno.
