Un temor que crece: la Ciudad de México, ante la sombra de los cárteles del narco

Los capitalinos se sienten inseguros en la ciudad y las autoridades no han implementado un operativo que ayude a controlar el avance del crimen organizado

Juan Luis Pilotzi
Infobae
La capital mexicana es otra de las ciudades en las que la fallida estrategia de seguridad del gobierno se nota en las cifras con índices que van al alza no sólo en delincuencia común sino también en delitos del fuero federal, como el narcotráfico. El crimen organizado en Ciudad de México opera principalmente a través de bandas de narcomenudistas que también se dedican a la extorsión y el secuestro.


Durante años, quienes gobernaron la capital se negaron a admitir la presencia de células de los grandes cárteles pero ahora -ante el aumento en los hechos de violencia de alto impacto y el narcomenudeo- la actual administración local tuvo que admitir la operación de al menos tres organizaciones de este tipo: La Unión Tepito, La Anti Unión y el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Los números dan un ejemplo de la estrategia fallida de seguridad, ya que los 83,000 policías de diferentes corporaciones que operan en la ciudad han sido insuficientes para controlar el crecimiento en los índices delictivos.

De este extenso número de elementos de seguridad, 26,000 son policías preventivos, 6,000 del grupo de operaciones tácticas que están distribuidos en toda la ciudad, 28,000 auxiliares también armados, 18,000 bancarios, 3047 elementos de la Guardia Nacional, hay entre 20,000 y 28,000 elementos de las fuerzas armadas y 10,000 marinos, explicó a Infobae México Alexei Chevez, analista en temas de seguridad.

Un ejemplo del frágil sistema de seguridad en la capital se vivió en Plaza Artz, al sur de la ciudad, donde una mujer en un restaurante asesinó a dos ciudadanos israelíes a los que se los vinculó con el crimen organizado. Además de que no sólo estuvo en riesgo la integridad de los comensales, sino de la ciudadanía en general al desatarse una persecución al interior del centro comercial.

La entidad registró un incremento de delitos totales de 5.9% al pasar de 173,939 delitos en el periodo de diciembre 2017-agosto 2018 a 184,190 durante diciembre 2018-agosto 2019, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).

El 89.23% de la población de Ciudad de México percibe inseguridad según datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). La CDMX fue la entidad con mayor percepción de inseguridad después de Tabasco, que registró 90.24%. Yucatán se posicionó como la mejor con 35.53%.

Datos del SNSP, actualizados al último corte de septiembre, señalan que la alcaldía donde más aumentaron porcentualmente las denuncias por narcomenudeo, es decir, por consumo y venta de drogas a pequeña escala es Tlalpan: de 73 denuncias registradas entre enero y septiembre de 2018, se pasó a 169 en el mismo periodo de este año, un 131% más.

La segunda alcaldía de la CDMX donde más aumentó el narcomenudeo es Iztacalco, con un repunte de 129%. En tercer lugar del ranking está Magdalena Contreras, con un repunte por narcomenudeo del 102%.

“La estrategia de desplegar la Guardia Nacional en zonas limítrofes de la capital no es que haya fallado, pero tampoco hemos visto los resultados, los índices no han bajado ni han aumentado escandalosamente como en otros estados”, dijo Chevez.

Analistas consultados señalaron que después de la toma de Culiacán el 17 de octubre, por parte del Cártel de Sinaloa para evitar a detención de Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, se fortaleció a los cárteles y aunque no todos tienen la infraestructura para tomar una ciudad como la capital, consideraron que este debe ser un llamado de atención para frenar su avance en la CDMX porque “si se pierde la capital -a manos del narco-, teminaríamos de perder el país”, advirtió Chevez.

Héctor de Mauleón, escritor y experto en temas de narcotráfico, consideró que son más de tres los cárteles que operan en la capital: Unión Tepito, Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Anti Unión, Cártel Nueva Generación Tepito y Cártel de Tláhuac, pero aún así, “la situación es diferente, es decir, aquí esos grupos criminales no cuentan con la infraestructura ni el armamento necesario para intentar un culiacanazo, sino que generarían disturbios en sectores muy focalizados”.

En junio, el entonces secretario de Seguridad Ciudadana capitalino, Jesús Orta, indicó que la inseguridad en la Ciudad de México se debe a que luego de una serie de detenciones de integrantes de la Unión Tepito, las bandas delincuenciales están en un reacomodo.

“Hemos metido a la cárcel a varios miembros de estas bandas delincuenciales muy violentas con la idea de sacarlos de la calle, eso ha generado reacomodo, reacciones, lo vemos como parte de un proceso en la medida que sigamos con la intensidad de estar desarticulando estas bandas va ir disminuyendo la violencia”, dijo.

Por alcaldías, la que tiene más número de carpetas de investigación por narcomenudeo es la Cuauhtémoc; sigue Tláhuac, Gustavo A. Madero, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, estas últimas por las operaciones de los antros.

El popular barrio de Tepito es un referente sólo para la distribución de la droga para un cierto tipo de usuario y en donde el 22 de octubre se registró un operativo contra la Unión Tepito que se saldó con la detención de 32 presuntos narcotraficantes, aunque después fueron liberados 30.

El culiacanazo de la capital

En lo que ahora algunos analistas llaman como “el culiacanazo de la Ciudad de México", Felipe de Jesús Pérez Luna, “El Ojos”, líder del Cártel de Tláhuac, y otros siete civiles fueron murieron el 20 de julio de 2017 a manos de elementos de la Secretaría de Marina y de la Policía Federal en la entonces delegación Tláhuac.

El operativo en contra de los presuntos delincuentes se llevó a cabo por trabajos de inteligencia de campo y gabinete, por lo que se tuvo conocimiento de la ubicación de integrantes de grupos de narcomenudistas, quienes presuntamente se dedicaban a la extorsión, secuestros y homicidios en inmediaciones de las delegaciones Tláhuac, Milpa Alta, Xochimilco e Iztapalapa, así como del presunto líder que operaba en esa área de la Ciudad de México.

Durante la jornada se registraron enfrentamientos a tiros y los integrantes del Cártel de Tláhuac, realizaron narcobloqueos y quema de vehículos para tratar de impedir el actuar de las fuerzas federales.

De Mauleón reveló en su columna del miércoles en el diario El Universal que varios comisarios de Seguridad y Tránsito del Estado de México y de alcaldías de la Ciudad de México fueron convocados en enero pasado a reunirse con operadores del Cártel Jalisco Nueva Generación, según un reporte de inteligencia del gobierno estatal.

Señaló que “los criminales pidieron a los funcionarios que no interfirieran en sus actividades y se concentraran en la delincuencia común. A cambio, ni ellos ni sus hombres serían tocados. El reporte sostiene que solo uno de los comisarios reportó el hecho a su presidente municipal. Muchos alcaldes lo saben. Y han preferido guardar silencio y mirar para otro lado", lo que interpretó como una señal de claudicación ante el crimen organizado que deja en la orfandad a la ciudadanía.

“Es el clásico acercamiento para disuadir mediante el miedo. Hay muchos casos de policías municipales que entregan a rivales a grupos criminales, como ya pasó con los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014″ , expresó.

Héctor de Mauleón consideró que las regiones de la Ciudad de México donde los grupos criminales pudieran causar disturbios se concentrarían en las alcaldía de: Cuauhtémoc, Azcapotzalco, Tláhuac, Iztapalapa, Gustavo Madero y Xochimilco.

Por separado, Guadalupe Correa Cabrera, profesora asociada en la Universidad de George Mason (Virginia, EEUU), Explicó el “culiacanazo”. “En Culiacán existen fibras políticas mucho más complejas, porque la gente de ahí convive o ha vivido de la mano de narcomenudistas. Hay cientos de estructuras vinculadas al Cártel de Sinaloa. Hay un control muy grande de la policía”.

“Los cuerpos de seguridad que controlan los narcotraficantes están vinculados con las familias que habitan en Culiacán de una manera o de otra”, agrega.

Correa-Cabrera señala que el narcomenudeo o la vinculación de los Cárteles grandes con estas organizaciones más pequeñas "no podría darse sin estructuras de corrupción que lo permiten y eso es lo que debe atacarse, para terminar con el aumento de la criminalidad en la Ciudad de México”.

De Mauleón señaló que Culiacán “nos mostró cómo el crimen organizado puede apoderarse de una ciudad y eso es una lección terrible para el país porque otras organizaciones criminales podrían replicar la misma estrategia para someter a la autoridad en zonas de estados como Tamaulipas, Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Jalisco. Ciudad de México está en alerta, a la espera.

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