Tensión en Bolivia: el opositor Luis Camacho anunció que el lunes entregará a Evo Morales la carta para que renuncie
El impulsor de la huelga por tiempo indeterminado espera encontrarse con el presidente en el antiguo Palacio Quemado. Afirmó que no se irá de La Paz hasta conseguir la dimisión del mandatario
Infobae
El dirigente opositor boliviano Luis Fernando Camacho anunció este jueves que el lunes se presentará en Palacio Quemado, la antigua casa de Gobierno, para entregar en persona y públicamente al presidente del país, Evo Morales, la anunciada carta para que renuncie por el supuesto fraude a favor del mandatario en las recientes elecciones generales.
Camacho, que preside el Comité Cívico pro Santa Cruz, dijo a los medios en La Paz que “esta carta no va a ser entregada en ninguna ventanilla cuando se trata de la voz del pueblo boliviano” aprobada en sendos cabildos o asambleas ciudadanas.
“La misma será entregada por decisión de aquellos que nos unieron y en esa unidad, de manera pública, con los medios de comunicación y a puertas abiertas, a Evo Morales para que pueda el pueblo expresar su sentimiento”, sostuvo Camacho, que también anunció que junto con la misiva hará llegar al mandatario una Biblia.
También aclaró que no entregará la nota en la llamada Casa Grande del Pueblo, el edificio de 28 niveles que Morales hizo construir para que sea la nueva sede del Gobierno. Según Camacho, ese edificio fue construido por un partido y “concentra el lujo, el odio, el resentimiento, el racismo y el desprecio al pueblo boliviano”.
Por ello, el opositor pretende entregar la carta a Morales en el antiguo Palacio de Gobierno o Palacio Quemado, “que ahí es la representación real de la historia de nuestro pueblo y de donde” el mandatario “sacó a Dios”, por lo que pretende devolverlo al entregarle la Biblia.
Camacho adelantó que no se irá de La Paz hasta tener la firma del presidente en la carta de renuncia que se redactó desde el comité cívico y explicó que en los próximos días mantendrá más reuniones con diferentes actores políticos y sociales del país, como representantes de comités cívicos bolivianos y del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), que agrupa a activistas defensores de los derechos humanos.
Las protestas se suceden en Bolivia desde hace más de dos semanas después de que la oposición y movimientos cívicos denunciaran fraude en el recuento de votos a favor del presidente Morales en los comicios del 20 de octubre, al que el órgano electoral dio vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
Los enfrentamientos entre detractores y afines a Morales se han cobrado hasta el momento tres fallecidos y han dejado 346 heridos y 220 detenidos, según datos de la Defensoría del Pueblo.
Morales ha responsabilizado a Camacho y al ex presidente Carlos Mesa (2003-2005), su principal contendiente en las elecciones, por la violencia desatada en varias regiones, acusación que ambos líderes rechazan y, por el contrario, apuntan al gobernante de promover el enfrentamiento.
El Gobierno ha pedido pruebas del supuesto fraude y ha acusado a quienes protestan en su contra de intentar un "golpe de Estado".
El Conade presentó el miércoles un amplio estudio con pruebas de las acusaciones de fraude detectadas al analizar los datos de los resultados preliminares y del cómputo oficial.
El informe detectó indicadores como sumas equivocadas y borrones en las actas, volteo de datos, transcripción adulterada en el cómputo oficial de lo que estaba en las actas, o cédulas de identidad duplicadas, entre otros.
Infobae
El dirigente opositor boliviano Luis Fernando Camacho anunció este jueves que el lunes se presentará en Palacio Quemado, la antigua casa de Gobierno, para entregar en persona y públicamente al presidente del país, Evo Morales, la anunciada carta para que renuncie por el supuesto fraude a favor del mandatario en las recientes elecciones generales.
Camacho, que preside el Comité Cívico pro Santa Cruz, dijo a los medios en La Paz que “esta carta no va a ser entregada en ninguna ventanilla cuando se trata de la voz del pueblo boliviano” aprobada en sendos cabildos o asambleas ciudadanas.
“La misma será entregada por decisión de aquellos que nos unieron y en esa unidad, de manera pública, con los medios de comunicación y a puertas abiertas, a Evo Morales para que pueda el pueblo expresar su sentimiento”, sostuvo Camacho, que también anunció que junto con la misiva hará llegar al mandatario una Biblia.
También aclaró que no entregará la nota en la llamada Casa Grande del Pueblo, el edificio de 28 niveles que Morales hizo construir para que sea la nueva sede del Gobierno. Según Camacho, ese edificio fue construido por un partido y “concentra el lujo, el odio, el resentimiento, el racismo y el desprecio al pueblo boliviano”.
Por ello, el opositor pretende entregar la carta a Morales en el antiguo Palacio de Gobierno o Palacio Quemado, “que ahí es la representación real de la historia de nuestro pueblo y de donde” el mandatario “sacó a Dios”, por lo que pretende devolverlo al entregarle la Biblia.
Camacho adelantó que no se irá de La Paz hasta tener la firma del presidente en la carta de renuncia que se redactó desde el comité cívico y explicó que en los próximos días mantendrá más reuniones con diferentes actores políticos y sociales del país, como representantes de comités cívicos bolivianos y del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), que agrupa a activistas defensores de los derechos humanos.
Las protestas se suceden en Bolivia desde hace más de dos semanas después de que la oposición y movimientos cívicos denunciaran fraude en el recuento de votos a favor del presidente Morales en los comicios del 20 de octubre, al que el órgano electoral dio vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
Los enfrentamientos entre detractores y afines a Morales se han cobrado hasta el momento tres fallecidos y han dejado 346 heridos y 220 detenidos, según datos de la Defensoría del Pueblo.
Morales ha responsabilizado a Camacho y al ex presidente Carlos Mesa (2003-2005), su principal contendiente en las elecciones, por la violencia desatada en varias regiones, acusación que ambos líderes rechazan y, por el contrario, apuntan al gobernante de promover el enfrentamiento.
El Gobierno ha pedido pruebas del supuesto fraude y ha acusado a quienes protestan en su contra de intentar un "golpe de Estado".
El Conade presentó el miércoles un amplio estudio con pruebas de las acusaciones de fraude detectadas al analizar los datos de los resultados preliminares y del cómputo oficial.
El informe detectó indicadores como sumas equivocadas y borrones en las actas, volteo de datos, transcripción adulterada en el cómputo oficial de lo que estaba en las actas, o cédulas de identidad duplicadas, entre otros.