Quintana: Bolivia se prepara para convertirse en un “campo de batalla, un Vietnam”
La salida para la crisis, según el Ministro de la Presidencia, es que el Gobierno recupere la calle y se transparente el sistema de cómputo.
Página Siete Digital
Juan Ramón Quintana, ministro de la Presidencia y estratega político de Evo Morales, pintó el escenario respecto a lo que pasará en Bolivia en las próximas semanas. Bolivia se convertirá en un “campo de batalla, un Vietnam”.
En una entrevista con la agencia rusa Sputnik, dijo que “lo que estamos viendo es la ruta del golpe que se está desencadenando de manera intensa y a distintas velocidades en todo el territorio nacional” y que las organizaciones que respaldan a Morales saldrán a defenderlo por lo que prevé que “Bolivia se va a convertir en un gran campo de batalla, un Vietnam moderno porque aquí las organizaciones sociales han encontrado un horizonte para reafirmar su autonomía, soberanía, identidad”
Las movilizaciones ciudadanas que demandan la anulación de las elecciones generales del 20 de octubre porque existen indicios solventes de que hubo fraude electoral que favoreció a la reelección de Morales, para el Ministro de la Presidencia, es una “coartada” que fue instalada “hace bastante tiempo en los medios de comunicación, las redes, a través de los opinadores contratados, organizaciones no gubernamentales con financiamiento extranjero, la Iglesia Católica alineada con la derecha”.
Consideró que la matriz de fraude fue “un montaje intensivo que se logró irradiar en la sociedad antes del evento electoral” y habría un “guión” montado para dar un golpe de Estado contra Evo Morales, quien se declaró ganador en primera vuelta y llamó a las organizaciones que lo respaldan a defender su victoria en las calles.
El otrora militar ahora estratega político del Jefe de Estado identifica a los actores del supuesto golpe de Estado: Carlos Mesa, “que no es una fuerza política cohesionada, no es un partido, es una agregación de movimientos espasmódicos de la sociedad como son los jóvenes especialmente y la clase media y alta” y los comités cívicos “que se han convertido en los instrumentos operadores del golpe, son los que tratan de cargar legitimidad a este proceso de desestabilización”.
La cara visible de este movimiento es Luis Fernando Camacho. Junto con esos dos actores, están lo que Quintana define como los “grupos de choque”, que “están organizados y financiados a través de los comités cívicos, son como los núcleos más duros, reclutados desde el lumpen, con drogadictos, expresidiarios, hasta plataformas ciudadanas”.
Según dijo, esos grupos quemaron los tribunales electorales departamentales y atacaron a los seguidores de Evo Morales. También acusó a la Iglesia Católica y organizaciones no gubernamentales “que son como hongos que están operando en el financiamiento” y que “vehiculizan” el discurso “no solamente del fraude sino racista, excluyente, muy duro, violento, intolerante”.
Quintana cree que el objetivo es “quebrar institucionalmente el orden en La Paz” porque es la sede del Gobierno. “Si la quiebras el resto del país cae como dominó, por eso los comités cívicos están trasladando una gran parte de sus fuerzas más violentas, sus núcleos más temerarios a La Paz para asediar al Gobierno”.
Esto explicaría porque Evo Morales llamó a sus bases a proteger la “Casa Grande del Pueblo”, el palacio de 28 pisos y un helipuerto desde donde gobierna. Mineros, campesinos y choferes hicieron un círculo de seguridad alrededor de plaza Murillo, por detrás están los policías y en Casa Militar, están los militares.
El Ministro de la Presidencia apunta otra vez al enemigo favorito del Gobierno como el actor clave ye que pone la billetera para el “golpe”. “No cabe la menor duda que es un golpe financiado por los Estados Unidos (EEUU), han aprendido a mover muy bien sus fichas, especialmente para sostener toda una narrativa contra el Gobierno, articular a los actores con mucho financiamiento, desplazarse territorialmente y tener como contraparte todo un polo mediático desde el exterior vehiculizado por la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo.
Paradójicamente, el Gobierno invitó a la OEA a que realice la auditoría al cómputo oficial de votos de las elecciones generales del domingo, proceso que arrancó ayer. Además, el Secretario General de la organización internacional Luis Almagro dio su respaldo a la tercera reelección consecutiva de Morales pese a que la Constitución permite una sola reelección.
¿Cuál es la solución?
La respuesta debe transcurrir, señala Quintana, sobre dos carriles: “ocupación de calle y credibilidad”. Esto significa por un lado “recuperar la iniciativa en la calle”, así como “el desafío a transparentar el sistema de cómputo que eso le otorgaría legitimidad al Gobierno”, explica Quintana.
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Juan Ramón Quintana, ministro de la Presidencia y estratega político de Evo Morales, pintó el escenario respecto a lo que pasará en Bolivia en las próximas semanas. Bolivia se convertirá en un “campo de batalla, un Vietnam”.
En una entrevista con la agencia rusa Sputnik, dijo que “lo que estamos viendo es la ruta del golpe que se está desencadenando de manera intensa y a distintas velocidades en todo el territorio nacional” y que las organizaciones que respaldan a Morales saldrán a defenderlo por lo que prevé que “Bolivia se va a convertir en un gran campo de batalla, un Vietnam moderno porque aquí las organizaciones sociales han encontrado un horizonte para reafirmar su autonomía, soberanía, identidad”
Las movilizaciones ciudadanas que demandan la anulación de las elecciones generales del 20 de octubre porque existen indicios solventes de que hubo fraude electoral que favoreció a la reelección de Morales, para el Ministro de la Presidencia, es una “coartada” que fue instalada “hace bastante tiempo en los medios de comunicación, las redes, a través de los opinadores contratados, organizaciones no gubernamentales con financiamiento extranjero, la Iglesia Católica alineada con la derecha”.
Consideró que la matriz de fraude fue “un montaje intensivo que se logró irradiar en la sociedad antes del evento electoral” y habría un “guión” montado para dar un golpe de Estado contra Evo Morales, quien se declaró ganador en primera vuelta y llamó a las organizaciones que lo respaldan a defender su victoria en las calles.
El otrora militar ahora estratega político del Jefe de Estado identifica a los actores del supuesto golpe de Estado: Carlos Mesa, “que no es una fuerza política cohesionada, no es un partido, es una agregación de movimientos espasmódicos de la sociedad como son los jóvenes especialmente y la clase media y alta” y los comités cívicos “que se han convertido en los instrumentos operadores del golpe, son los que tratan de cargar legitimidad a este proceso de desestabilización”.
La cara visible de este movimiento es Luis Fernando Camacho. Junto con esos dos actores, están lo que Quintana define como los “grupos de choque”, que “están organizados y financiados a través de los comités cívicos, son como los núcleos más duros, reclutados desde el lumpen, con drogadictos, expresidiarios, hasta plataformas ciudadanas”.
Según dijo, esos grupos quemaron los tribunales electorales departamentales y atacaron a los seguidores de Evo Morales. También acusó a la Iglesia Católica y organizaciones no gubernamentales “que son como hongos que están operando en el financiamiento” y que “vehiculizan” el discurso “no solamente del fraude sino racista, excluyente, muy duro, violento, intolerante”.
Quintana cree que el objetivo es “quebrar institucionalmente el orden en La Paz” porque es la sede del Gobierno. “Si la quiebras el resto del país cae como dominó, por eso los comités cívicos están trasladando una gran parte de sus fuerzas más violentas, sus núcleos más temerarios a La Paz para asediar al Gobierno”.
Esto explicaría porque Evo Morales llamó a sus bases a proteger la “Casa Grande del Pueblo”, el palacio de 28 pisos y un helipuerto desde donde gobierna. Mineros, campesinos y choferes hicieron un círculo de seguridad alrededor de plaza Murillo, por detrás están los policías y en Casa Militar, están los militares.
El Ministro de la Presidencia apunta otra vez al enemigo favorito del Gobierno como el actor clave ye que pone la billetera para el “golpe”. “No cabe la menor duda que es un golpe financiado por los Estados Unidos (EEUU), han aprendido a mover muy bien sus fichas, especialmente para sostener toda una narrativa contra el Gobierno, articular a los actores con mucho financiamiento, desplazarse territorialmente y tener como contraparte todo un polo mediático desde el exterior vehiculizado por la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo.
Paradójicamente, el Gobierno invitó a la OEA a que realice la auditoría al cómputo oficial de votos de las elecciones generales del domingo, proceso que arrancó ayer. Además, el Secretario General de la organización internacional Luis Almagro dio su respaldo a la tercera reelección consecutiva de Morales pese a que la Constitución permite una sola reelección.
¿Cuál es la solución?
La respuesta debe transcurrir, señala Quintana, sobre dos carriles: “ocupación de calle y credibilidad”. Esto significa por un lado “recuperar la iniciativa en la calle”, así como “el desafío a transparentar el sistema de cómputo que eso le otorgaría legitimidad al Gobierno”, explica Quintana.