Primer triunfo del Atalanta, que apunta a los octavos
Muriel y un golazo de Gómez tumbaron al Dinamo Zagreb de Dani Olmo: los de Bérgamo nunca habían ganado un partido en la Champions y pueden seguir soñando con los octavos en la última jornada de la liguilla.
Mirko Calemme
As
El Atalanta consiguió su primera, histórica victoria en la Champions ante el Dinamo Zagreb y, además, sigue con vida en la carrera hacía los octavos de final: si gana al Shakhtar en la última jornada y el Manchester City no pierde con los croatas, la hazaña será realidad.
Los italianos demostraron enseguida que solo tenían un resultado en la cabeza, pero la falta de puntería hizo infructuoso su agresivo arreón inicial. En los primeros veinte minutos llegaron tres veces a un paso del gol, fallando siempre de la misma manera: pateando al aire tras un centro raso, a pocos metros del área chica. Le pasó dos veces a Pasalic y una a Hateboer y el miedo a otro gran partido con doloroso final, como ocurrió ante el Shakhtar, volvió a aparecer.
En el 26’, sin embargo, llegó el merecido 1-0: una volea de Gosens golpeó el travesaño y Muriel, en busca del balón, fue tumbado por Peric en el área. Un penalti claro que el colombiano no falló, y es una noticia: el Atalanta había desperdiciado 12 de las anteriores 27 penas máximas que lanzó desde la llegada de Gasperini.
La Dinamo, por momentos, daba la sensación de poder cambiar el partido (aunque Olmo no estuvo fino como en la ida) y Orsic, con una bonita rosca al larguero, le dio un buen susto a San Siro. Se encargó un incansable y omnipresente 'Papu' Gómez de sentenciar la contienda en la segunda parte: tras el cuarto caño de su partido (esta vez a Ivanusec), el argentino firmó el 2-0 con un potente derechazo cruzado.
El gol apagó totalmente a los croatas, y los 40 minutos que quedaban fueron un monólogo de los de Bérgamo, que perdieron por lesión a Muriel (golpe en la rodilla) y volvieron a rematar a la madera con su sustituto, Ilicic. El 3-0 no llegó, pero sí el triunfo y otra bala para lograr una clasificación a octavos que sería legendaria.
Mirko Calemme
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El Atalanta consiguió su primera, histórica victoria en la Champions ante el Dinamo Zagreb y, además, sigue con vida en la carrera hacía los octavos de final: si gana al Shakhtar en la última jornada y el Manchester City no pierde con los croatas, la hazaña será realidad.
Los italianos demostraron enseguida que solo tenían un resultado en la cabeza, pero la falta de puntería hizo infructuoso su agresivo arreón inicial. En los primeros veinte minutos llegaron tres veces a un paso del gol, fallando siempre de la misma manera: pateando al aire tras un centro raso, a pocos metros del área chica. Le pasó dos veces a Pasalic y una a Hateboer y el miedo a otro gran partido con doloroso final, como ocurrió ante el Shakhtar, volvió a aparecer.
En el 26’, sin embargo, llegó el merecido 1-0: una volea de Gosens golpeó el travesaño y Muriel, en busca del balón, fue tumbado por Peric en el área. Un penalti claro que el colombiano no falló, y es una noticia: el Atalanta había desperdiciado 12 de las anteriores 27 penas máximas que lanzó desde la llegada de Gasperini.
La Dinamo, por momentos, daba la sensación de poder cambiar el partido (aunque Olmo no estuvo fino como en la ida) y Orsic, con una bonita rosca al larguero, le dio un buen susto a San Siro. Se encargó un incansable y omnipresente 'Papu' Gómez de sentenciar la contienda en la segunda parte: tras el cuarto caño de su partido (esta vez a Ivanusec), el argentino firmó el 2-0 con un potente derechazo cruzado.
El gol apagó totalmente a los croatas, y los 40 minutos que quedaban fueron un monólogo de los de Bérgamo, que perdieron por lesión a Muriel (golpe en la rodilla) y volvieron a rematar a la madera con su sustituto, Ilicic. El 3-0 no llegó, pero sí el triunfo y otra bala para lograr una clasificación a octavos que sería legendaria.