Mourinho ya tira de épica para remontar en Champions

El público se preocupó con los goles de El Arabi y Semedo antes del 20' y acabó vibrando con el carácter del Tottenham. El técnico hizo un cambio táctico a la media hora.

Alberto Muñoz
As
Tarjeta de presentación de José Mourinho: sufrimiento, juego, pundonor… y remontada. Cuántas noches ha regalado el portugués al fútbol como la que he vivido el Tottenham en Champions frente al Olympiacos. Tras ir perdiendo, con merecimiento, en el recibimiento del nuevo técnico ante su afición, los spurs le dieron la vuelta al marcador en 45 minutos cargados de tensión que sirvieron para certificar el pase a los octavos de final en una segunda posición que se les podría haber complicado. Eriksen, que entró en la primera parte, revitalizó a los londinenses en la primera noche de épica de esta nueva etapa.


Seis minutos de partido y 360 segundos de control de los griegos que se materializaron en el primer gol de los visitantes, un tanto que dejó fríos a los aficionados spurs y que hizo preguntarse a más de uno en Londres si Mourinho estaba sacando a pasear por primera vez su tan infame autobús. La defensa de Rose, y la tibia actuación de Gazzaniga, que quizás pudo hacer algo más, permitieron sea como fuese a El-Arabi abrir el marcador en el primer duelo del portugués en el Nuevo White Hart Lane.

Por mucho que el Tottenham respondiese bien, el desastre que se había organizado en defensa fue suficiente para que el Olympiacos marcase el segundo por medio de Semedo en un córner cuando el luminoso no marcaba ni los 20 minutos disputados. La reacción desde el banquillo spur: Dier fuera, Eriksen dentro, intentando que al menos los suyos dominasen un poco la posesión.

El estímulo llegó directamente a la médula de los suyos y en el 46, aprovechando además un error garrafal de Meriah, Dele Alli recortó distancias. El paso por los vestuarios no enfrió a los londinenses, que en la reanudación empataron el encuentro por medio de un Harry Kane que nunca perdona.

La energía que transmitían los hombres del Tottenham invitaba ya a una remontada que no contrarrestaban los miles de griegos desplazados hasta la capital británica, y, con esa corriente, Aurier, que aprovechó una fantasía de Dele Alli, voleó a gol un tercer tanto merecido por la reacción. Eriksen, que había entrado precisamente para darle la vuelta al marcador, puso un pase medido para que el capitán volviese a ver puerta certificando la segunda posición del equipo en esta fase de grupos.

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