Los insultos se convirtieron en adulos para los policías

En las calles cruceñas los del verde olivo reciben el cariño de la gente en cada punto de bloqueo. Desde el viernes se dio un cambio radical a la relación que había entre la población y los uniformados

El Deber
En pocas horas el trato en la urbe cruceña hacía la policía cambió radicalmente. Todo se inició la noche del viernes, cuando en la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) de Cochabamba se daba el primer motín, que luego se extendió a otros departamentos, entre ellos Santa Cruz. Así, en las siguientes horas los insultos pasaron a ser cánticos y aplausos de cariño hacía los efectivos del verde olivo. Fue una de las primeras señales de la gente en respaldo al amotinamiento.


Es más, la noche del viernes las señales de un lado y de otro hicieron que los que están denunciando que hubo ‘fraude’ en las elecciones presidenciales del 20 de octubre, los consideren a los policías aliados en su lucha y no sus enemigos.

Incluso en las caravanas que recorrieron las calles cruceñas les pidieron a algunos efectivos, que se trasladaban en motos, que se sumen al festejo. Varios de ellos no se negaron y acompañaron a los civiles al menos por un par de minutos. Mientras esto sucedía, efectivos de otros departamentos se sumaban al amotinamiento nacional.

Desde esa jornada, ya no fue raro que las personas que están haciendo cumplir el paro cívico (van 18 días) hagan parar a los policías no para reclamarles, ni para insultarlos; todo lo contrario, les invitan desde agua fría, refrescos y hasta comida.

Tampoco los registran, y tienen el paso libre para trasladarse de un lugar a otro de la ciudad, un privilegio que ni siquiera lo tienen los cívicos que tienen los permisos respectivos.

Ya este sábado, las unidades policiales que se acuartelaban en el Comando Departamental llegaban acompañados de los vecinos. Estas caravanas desataron el júbilo en este lugar, con ovaciones para los encargados del orden.

Desde el viernes se inició una nueva relación de cariño recíproco entre los pobladores de la urbe cruceña y la policía. Los primeros no se cansan de aplaudir a cada paso de un uniformado, que responden levantando la mano y hasta tocando la bocina.

Entradas populares