Los 'dos' rostros de Evo en solo 24 horas

Entre viernes y sábado se mantuvo en la misma línea de hablar de golpe de Estado y convocar a sus movimientos, con la diferencia de que en la última conferencia de prensa llamó al diálogo con los partidos políticos


El Deber
Con un semblante poco habitual, como el de sus compañeros de conferencia de prensa, el vicepresidente Álvaro García Linera y el canciller Diego Pary, el presidente Evo Morales se presentó este sábado en la mañana, en el hangar presidencial, con una especie de rigidez facial, desencajado, como si su rostro fuera un traductor emocional.


Físicamente diferente al Evo Morales del viernes cuando en Desaguadero, en la entrega de una unidad educativa, emponchado, con guirnaldas en el cuello y ensombrerado, lanzaba un discurso contundente que, a pesar de las movilizaciones cívicas, no contradecía cada gesticulación.

Entre una y otra cara hubo un intervalo. El amotinamiento policial en siete departamentos y declaratoria de emergencia de los uniformados en dos. En resumen, toda la fuerza verde olivo replegada (sin contar que hasta la hora de la conferencia de Morales aún no se efectuaba la de las Fuerzas Armadas, que dijeron que no se enfrentarían al pueblo).

“La derecha dice Evo tiene que renunciar, quiero decirles a ustedes hermanos y hermanas, a Bolivia y a el mundo, no voy a renunciar. Somos electos con el pueblo. Respetamos la Constitución, vamos a defender nuestro proceso. Convoco a todos nuestros movimientos sociales, sectores profesionales que están con la Patria, (...) por la justicia social, a defender nuestro proceso de cambio y nuestra revolución democrática cultural”, decía ayer en Desaguadero.

Hoy, se aferró al planteamiento del golpe de Estado “por parte de grupos violentos, por grupos antidemocráticos que no respetan la democracia, ni los resultados de las últimas elecciones nacionales (…). Convoco al diálogo a los partidos que obtuvieron asambleístas en las últimas elecciones nacionales, los convoco a una agenda abierta a debatir para pacificar Bolivia”, dijo; sin embargo, también hizo otro llamado, “a nuestros movimientos sociales del campo y la ciudad (...) convoco a todos de manera movilizada a defender la democracia y todas las conquistas sociales”.

LOS ANALISTAS OPINAN

El constitucionalista José Luis Santisteban analiza los últimos discursos del mandatario.

“La crisis política es vertiginosa y por eso Evo morales ha entrado en un ‘shock de autoritarismo’, siente que puede perder el poder. Por eso es un presidente atrincherado sin credibilidad y horizonte para solucionar el conflicto. Tiene un discurso sin crédito como el ‘golpe de Estado’, cuando fue él quien desconoció el voto popular del 21F. Hasta ayer, viernes 8 de noviembre, apelaba a su discurso de gestión fuerte, como la inclusión y la vuelta de los neoliberales, vende patria y enajenadores de los recursos naturales para despertar la baja autoestima de sus seguidores. Este sábado 9 de noviembre, cambió, después del abandono de la Policía para reprimir y de las FFAA para salir a las calles”.

Según Santisteban, Morales convocó a sus bases a que lo defiendan a él y también al proceso de cambio, “llamó al diálogo, pero siempre sobre la línea dura (que es sindical en una negociación) de seguir dando como válido el resultado fraudulento del 20 de octubre y hablando de golpe de Estado. En la última intervención de hoy (sábado) fue más contundente sobre la confrontación en defensa de su gobierno, la democracia y la vida. Es el camino del desastre porque esa defensa implica confrontación en las calles con imprevisibles consecuencias”.

Sobre el semblante presidencial, el constitucionalista cree que Evo Morales siente el estrés político en la antesala de perder el poder, “eso lo ha afectado, en menos de 24 horas; es muy notorio en su semblante y su cambio de actitud cuando se dirigió, expresando una fisonomía sin fuerzas hasta para hablar. Un cambio de actitud producto del temor a perder el poder y ser un mortal que puede llegar a responder por los actos de su gobierno. Su cara es de miedo al futuro que le depara después de lo que le pueda pasar a la gente en las calles, producto de su convocatoria, sin vislumbrar un final sin violencia. Percibe el final por la vía catastrófica, del proceso de cambio construido en 14 años, y ahora con un final imprevisto”, cierra.

El abogado Otto Ritter difundió un análisis del último discurso de Morales, en el que encontró contradicciones. “Llama tremendamente la atención que el presidente convoque al diálogo, pero a su vez a los movimientos sociales a movilizarse, en otras palabras llama al enfrentamiento, pero también al diálogo. Eso no se puede entender; o quiere pacificar al país, o incendiarlo”, opina.

Ritter considera positivo que se convoque al diálogo como única salida, pero cree firmemente que los candidatos que sean convocados, como Carlos Mesa, Óscar Ortiz y Chi, deberían asistir, pero solo si se tratara de un diálogo de 15 minutos que debe ser público, de cara al pueblo, con la prensa transmitiendo en vivo. “Las soluciones son sencillas, Juan Evo Morales Ayma debe renunciar a sus aspiraciones presidenciales porque está prohibido por el referéndum del 21 de febrero y la CPE. La solución la ha dado Tuto Quiroga cuando dice que se convoque a segunda vuelta sin Evo Morales, y luego se llame a elecciones parlamentarias para elegir a la Asamblea Legislativa Plurinacional. Estos resultados, o cualquiera que salga del diálogo, tiene que ser aprobado por el pueblo, en cabildo popular, por la ciudadanía, que es la que ha salido a defender su voto, ya es hora que de una vez pensemos en Bolivia, que se trabaje por este país”, sugirió.

El politólogo Franklin Pareja viaja al pasado para buscar al “hombre que un día fue la esperanza y la ilusión del bloque popular y las clases medias, de la mano de una revolución que planteaba la revalorización cultural, la recuperación de los recursos naturales, la inclusión y justicia social y el respeto a la madre tierra”, recuerda. Para él, Morales en su momento fue considerado un colosal luchador social imbuido de una legitimidad abrumadora, causando admiración nacional, regional y mundial, pero reconoce que sufrió una “metamorfosis radical, ya que se apartó de los indígenas, decepcionó a las urbes, se envileció y, de ser un revolucionario, se convirtió en un contrarrevolucionario”.

Pareja dice que los postulados filosóficos iniciales del hombre de moral intachable, con el lema de ‘gobernar obedeciendo’, ya no existen más. “Pasó a utilizar un discurso anacrónico altamente racista, invocando la sensibilidad de sus huestes.

El politólogo cree que, si en 14 años el país no superó en gran medida ese lastre, “su propio proceso de cambio fue un fiasco”. Dice que Evo tuvo la oportunidad de salir con honores, querido y recordado como uno de los mejores presidentes de Bolivia; sin embargo, ahora cree que podría salir de la peor forma, “si aún porfía en aferrarse al poder, con un discurso agotado y rechazado. De esta forma, el MAS y Evo engrosan las filas de los partidos tradicionales, repitiendo de manera aventajada los mismos errores, pero en una versión más perversa”, finaliza.

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