La revancha personal de Brendan Rodgers en Leicester

El técnico de los Foxes vio perjudicada su imagen cuando fue destituido del Liverpool en 2015. Sus logros con el Celtic no fueron muy valorados.

Esteban Gómez
As
El Leicester está siendo la gran sorpresa del inicio liguero en la Premier League inglesa. Su tercera posición, con 23 de 33 puntos posibles, les ha convertido en una de las más gratas noticias en el ámbito doméstico británico y parece que de momento siguen firmando sus actuaciones con notas muy altas.


Un proyecto que quiere recordar en cierta medida al que consiguió el éxito dorado en 2016, cuando consiguieron ganar el campeonato contra todo pronóstico. En este caso, con Liverpool y Manchester City por medio, parece que la proeza sería mayúscula, casi milagrosa, pero su buen inicio de curso empieza a colocar a los Foxes como candidatos a una de las plazas que den derecho a disputar la próxima edición de la Champions League.

Uno de sus principales artífices es, a su vez, uno de los más silenciados, es uno de los que menos aplausos públicos está recibiendo. Se trata del técnico, Brendan Rodgers, quien ha encontrado en la ciudad de Leicester una satisfacción profesional y personal que parecía haber perdido en su anterior etapa en un banquillo inglés. Su salida del Liverpool en 2015 fue negativa. Su etapa como técnico del conjunto Red fue de más a menos, y sus buenos resultados finalmente se vieron erosionados hasta un adiós definitivo que dejó bastante tocada su imagen como entrenador.

Ahora triunfa en el banquillo local del King Power Stadium, pero su etapa como técnico de los Foxes (que se inició la pasada temporada) es la continuación de una de las mejores dinámicas que se están viendo en el Reino Unido en los últimos años. Tras su salida del Liverpool estuvo varios meses sin entrenar. Su negativa despedida hizo que estuviera apartado de los focos durante un periodo de tiempo para, finalmente, iniciar una brillante e exitosa etapa en el banquillo del Celtic de Glasgow.

En Escocia recuperó su confianza, recuperó su mejor versión, y firmó tres años de auténtico brillo. El dominio del Celtic de Glasgow en territorio escocés es casi autoritario en la última década, pero con la llegada del técnico norirlandés dio un salto de calidad hacia adelante que ensalzó todavía más a los católicos de Glasgow como el claro dominador. Muchas voces populares menospreciaron la labor de Rodgers por la exigencia menor de dirigir en una liga como la escocesa donde, además, el dominio del equipo de Celtic Park es abrumadora, pero lo cierto es que hizo Historia y consiguió aumentar de forma muy notable su palmarés.

Allí, en una de las ciudades más representativas del país escocés, consiguió ganar dos años seguidos el triplete y dejó encarrilado el tercero, ya que a mitad de temporada aceptó el reto de entrenar al Leicester y firmar, así, su vuelta a Inglaterra, donde tenía más de un asunto pendiente de cerrar y resolver. Dos años seguidos excelentes ganando la liga y las dos copas, resolviendo campeonatos ligueros con total autoridad (uno de ellos con más de 100 puntos e incluso 10 jornadas antes del final), y recibiendo el premio de Mejor Entrenador del Año.

En la Scottish Premier League firmó los primeros pasos de su resurrección, sólo minimizada mediáticamente por el supuesto bajo nivel del campeonato en Escocia, pero ahora en Inglaterra, en el King Power Stadium, en la ciudad donde el grupo Kasabian está considerado la élite musical, es donde Brendan Rodgers sigue atrayendo los grandes focos.

Se fue de Inglaterra por la puerta de atrás y volvió de una forma similar, a mitad de temporada, en el mes de febrero, con la única y principal misión de evitar un desastre deportivo del Leicester que no atravesaba un buen momento. Y lo consiguió. Los Foxes acabaron novenos y la tarea del técnico norirlandés salió a la perfección. Por ello, entre otras cosas, continuó esta temporada con un proyecto conocido, sólido, que además se vio reforzado con fichajes de nivel como Ayoze Pérez o Tielemans (estuvo cedido la pasada campaña) y pudo mantener a piezas claves como Vardy, Maddison, Schmeichel o Chilwell. Un equipo que está siendo una de las grandes sorpresas del inicio liguero, dejando atrás a equipos aparentemente favoritos de forma omnipresente como Arsenal, Tottenham o Manchester United, y peleando de tú a tú con el Chelsea, empatados a puntos.

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