La política inclusiva de Zidane

Fiel a su conocida mano izquierda, Zidane aprovechó Ipurua para tratar de recuperar a Brahim, Vinicius e Isco. Ya lo hizo antes con Jovic o Rodrygo, con buen resultado.

Manu de Juan
As
Zinedine Zidane no pierde ocasión para reivindicar con sus gestos y sus actos que es un entrenador con mucha mano izquierda, siguiendo la escuela de los Del Bosque o Ancelotti, su mentor en sus inicios como entrenador (fue su segundo en la 2013-14 en el Real Madrid). El equipo blanco ha logrado entrar en buena dinámica gracias a dos goleadas ante Galatasaray (6-0) y Eibar (0-4) y el técnico francés aprovechó la segunda parte del encuentro en Ipurua, con el partido ya resuelto, para darle bola a tres jugadores a los que las cosas no les terminan de ir bien este curso. Es la política inclusiva de Zidane, que quiere a todos listos para el momento de la verdad.


Isco, Vinicius y Brahim fueron los cambios elegidos por Zidane para los minutos finales del choque contra el Eibar. Los dos primeros entraron en el 72'; el último, en el 81'. El partido no dejó excesivas bondades de ninguno de los tres, más allá de un par de cabalgadas por la izquierda de Vinicius. Pero es muestra del espíritu conciliador de Zidane, que aprovechó la oportunidad para revitalizar a tres jugadores que pasan un momento delicado.

Vinicius entró en esta convocatoria tras quedarse fuera en dos de las tres anteriores; no es titular desde el partido de Mallorca, el 19 de octubre. Su falta de definición de cara a la portería rival es un lastre para él, sobre todo ahora que ha aflorado Rodrygo como todo lo opuesto: es menos vistoso, pero mucho más efectivo. Isco no ha vuelto a ser el que fue desde su encontronazo con Solari, precisamente hace un año en Ipurua; y Brahim simplemente no cuenta, pese a que Zidane mostró mucha predilección por él el curso pasado. No ha querido salir cedido y eso ahora le pesa, aunque confía en tener minutos en la segunda parte del curso, si no se acaba marchando en enero.

Ya lo hizo en anteriores ocasiones Zidane con otros jugadores necesitados de afecto, en forma de minutos en los que demostrar. Así fue por ejemplo con Rodrygo ante Osasuna: tras varias jornadas sin minutos para el brasileño (en buena parte, debido a una lesión), el técnico le dio 19' ante el equipo rojillo en el Bernabéu y el brasileño les sacó partido, marcando su primer gol de blanco en una gran acción personal. Zidane se rindió en rueda de Prensa: "El control que hace es la hostia". Ahí empezó a cocerse el Rodrygo que, semanas después, sorprendió a toda Europa con un 'hat-trick' al Galatasaray en el Bernabéu.

También Jovic recibió su dosis el pasado 30 de octubre en el Bernabéu, contra el Leganés: la mala suerte se venía cebando con el delantero serbio en los partidos que había jugado de blanco, en los que no se había conseguido estrenar como goleador. Hasta ese día, en el que Zidane le introdujo en el campo en el minuto 70, con el equipo blanco dominando y llegando. Fue el mejor ambiente posible para Jovic: nada más salir rozó el gol, luego marcó pero se lo anularon por fuera de juego y minutos después logró al fin su primer tanto de blanco.

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