La Policía de Colombia lanzó carteles con recompensas por “los más buscados” desde los disturbios durante el Paro Nacional
Las 119 personas captadas con cámaras de seguridad están acusadas de
estar detrás de los desmanes en el país, especialmente en Bogotá y Cali,
durante las protestas que se mantienen activas y que ya dejaron cuatro
muertos y medio millar de heridos entre civiles, policías y militares,
184 detenidos y 60 venezolanos expulsados por “actos vandálicos”, según
un balance de la Policía.
El general Óscar Atehortúa, jefe de la Policía Nacional, anunció que se
ofrecen recompensas de hasta 3 millones de pesos (USD 839) a quien
delate a los que aparecen en los carteles y que son acusados de “ser
causantes de los desmanes, de afectar gravemente a los integrantes de la
fuerza pública y de causar daños a la infraestructura del Estado”. Los
señalados son buscados en Bogotá, Soacha, Facatativá, Cauca, Cali, San
Juan de Pasto, Bucaramanga y Medellín, entre otras ciudades.
Por otro lado, el general Atehortúa reveló que fueron capturados tres
encapuchados que participaban en el enfrentamiento en Neiva, donde le
lanzaron un explosivo a un policía y quedó en cuidados intensivos.
Líderes sindicales convocaron a los colombianos a paralizar actividades
este miércoles, en el séptimo día de una protesta que como pocas veces
ha llenado las calles de personas que exigen al gobierno de Iván Duque
un cambio de rumbo.
Los
líderes de la movilización pretenden aumentar la presión a través de la
segunda huelga en menos de una semana contra el gobierno que se instaló
hace 15 meses.
En todas partes, los manifestantes alzan pancartas contra el gobierno
al ruido de cacerolas y algunos llevan la bandera como capa o se visten
de payasos para denunciar la que consideran burla del Estado.
Una democracia de “privilegios”
En medio de la agitación social que recorre el continente sin una causa
común, en Colombia las calles se volcaron contra Duque y su impopular
gobierno. Casi siete de cada diez colombianos lo rechazan, según un
sondeo de Invamer de principios de mes.
El mandatario no solo encara el desprestigio de sus políticas, sino
también el descontento que se ha ido incubando por décadas y que fue
silenciado por el ruido del conflicto con las FARC, la otrora guerrilla
convertida en partido tras la firma de la paz hace tres años.
“Han
convertido a Colombia en una democracia donde favorecen a una minoría
de empresarios y burócratas, mientras la gran mayoría debemos sostener
sus privilegios”, señaló en Twitter el sindicato del magisterio, Fecode, uno de los más activos en la movilización.
Desde el pasado jueves ríos de gente se movilizan a diario en el mayor
desafío popular que haya encarado un gobierno desde los años setenta. El
presidente Duque lanzó el domingo un “diálogo social” para escuchar los
reclamos de la calle. Sin embargo, abrió las conversaciones con los
políticos antes que con los portavoces de la protesta lo que le ha
restado filo a su iniciativa. “Este gobierno está abierto a (...)
construir hacia adelante, pero hay que hacerlo también con toda la
sociedad”, se justificó Duque en una entrevista con W Radio, insistiendo en que muchos de los reclamos son consecuencia de una campaña de desinformación o de “premisas falsas”.
Múltiples reclamos
El Comité Nacional del Paro, que reúne a sindicatos, indígenas, estudiantes y profesores, presentó una plataforma de
13 pedidos que incluyen desde el retiro de una reforma tributaria en
trámite en el Congreso hasta el cumplimiento cabal del acuerdo de paz.
Pero quizá el punto más controvertido es el desmonte de la fuerza
antidisturbios de la policía (Esmad), tras la agresión que sufrió el
sábado Dilan Cruz, un estudiante de 18 años que murió dos días después a
causa de la heridas en la cabeza que le provocó un uniformado con una
escopeta, según la investigación preliminar.
El presidente reconoció que en estas situaciones pueden presentarse
"desenlaces fatales", pero defendió a los agentes antidisturbios que,
según él, han prevenido "cosas peores" ante la acción de "vándalos y
pillos".
Duque ya dio las primeras señales de flexibilización. La víspera
anunció ajustes a su proyecto de recaudación de impuestos que apuntan a
aliviar al 20% más pobre del país, mediante la devolución del IVA del
19% y beneficios a las empresas que contraten a jóvenes entre 18 y 28
años.
"Esta protesta debe seguir hasta que nos ponga atención. El presidente
no está atendiendo lo que el pueblo le está pidiendo", dijo Claudia
Tobar, quien según dijo debió emplearse para poder costear sus estudios
universitarios porque tres veces el Estado le negó un crédito educativo.
Colombia
es el país más desigual entre los 36 socios de la Organización para la
Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), arrastra un desempleo del
10,1% y una informalidad laboral que castiga a casi 50% de los
trabajadores.
También los colombianos han hecho sentir su rechazo frente al rebrote
de la violencia financiada por el narcotráfico en varios puntos, y el
asesinato selectivo de activistas de derechos humanos y líderes
sociales.