El maleficio persigue al Chapecoense tres años después

El club consumó ayer el descenso, las familias no han cobrado las indemnizaciones y Alan Ruschel, uno de los tres supervivientes, se fue repudiado por el club.

Isabel Roldán
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El jueves se cumplieron tres años la tragedia aérea del Chapecoense que conmocionó al mundo entero. El avión en el que se desplazaba la plantilla al completo junto con el cuerpo técnico se estrelló poco antes de llegar a su destino Medellín, donde el club brasileño iba a disputar la final de la Copa Sudamericana de 2016 frente al Atlético Nacional de Medellín. La causa del siniestro es que la aeronave, el vuelo 2933 de la compañía LaMia, se había quedado sin combustible. Dejó 71 muertos y seis heridos. De la plantilla del Chapecoense murieron 19 jugadores y tan solo se salvaron tres: Jakson Follmann, Neto y Alan Ruschel. Un cuarto superviviente, Danilo, falleció en el hospital mientras era operado de las gravísimas heridas sufridas.



Tres años después, el maleficio de la tragedia continúa. El equipo brasileño consumó este jueves su descenso a la Segunda División del fútbol brasileño, en su campo y ante el Botafogo, gracias al gol de Rhuan en el 52’. Fue en su estadio y ante 3.500 seguidores. Tras el accidente, el 29 de noviembre de 2016, el Chapecoense fue dado vencedor de la Copa Sudamericana, pero el equipo tuvo que reconstruirse desde cero. Bajo el mando de Vánner Mancini, procedente del E. C. Vitoria, se contrataron más de 20 futbolistas entre jugadores del filial y cesiones de la Primera División brasileña. Se inscribió a dos de los tres futbolistas supervivientes, Neto y Alan Ruschel. El tercero, el guardameta Jakson Follman, tuvo que retirarse, ya que le tuvieron que amputar la pierna derecha.
Ruschel acabó ignorado y repudiado

De Alan Ruschel se dudaba que volviera a caminar, pero se recuperó contra todo pronóstico y volvió a jugar en el equipo hasta que este verano el propio jugador anunció su cesión al Goiás sin el apoyo del club. Se fue tras un periodo extraño del club y por la puerta de atrás, mientras que Neto sí ha vivido el descenso.

El descenso es el último revés para el Chapecoense, pero no el único. Las familias de los supervivientes llevan años enfrentándose a durísimos y costosísimos procedimientos judiciales con el fin de cobrar las indemnizaciones que siguen sin percibir.

Tres años después del accidente, los familiares de las víctimas continúan sin recibir el valor del seguro de la aeronave. Aon era la compañía aseguradora del vuelo siniestrado, pero se negó a pagar las indemnizaciones aduciendo que la compañía aérea no pagó el seguro. Sin embargo, los abogados de las familias afectadas aseguran que no hubo comunicación sobre el incumplimiento de la póliza a las autoridades locales, ya que esta circunstancia hubiera suspendido el vuelo. Ahora, la reclamación de las indemnizaciones se encuentra en el Tribunal Federal de Brasil. Para ello, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado brasileño celebró una audiencia en agosto, a la que asistió la asociación de familiares de las víctimas y Neto, uno de los supervivientes, entre otros.

Indemnizaciones millonarias sin cobrar

El seguro de la aeronave ascendía a 25 millones de dólares (22 millones de euros). Sin embargo, los abogados de las víctimas aseguran que el valor subió hasta los 300 millones (272 millones de euros), al verse sustancialmente ampliado el riesgo y, por consecuencia, la póliza por transportar deportistas de alto nivel.

Tras la negativa de Aon al pago de la póliza, otras dos compañías Tokio Marine Kiln, con sede en Japón, y la boliviana Bisa, que forman parte de un fondo humanitario, ofrecieron una transferencia a las familias de las víctimas de 935.000 reales brasileños (202.703 euros). A cambio, los beneficiarios tendrían que renunciar a las demandas. En total, 23 familias aceptaron el acuerdo. Y 48, no. Las protestas por el cobro de las indemnizaciones se han sucedido. Se estima que las cantidades adeudadas por las aseguradoras están entre 4 y 5 millones de dólares (3,63 y 4,54 millones de euros) por familia.

Además, el periodista deportivo, Rafael Henzel, que sobrevivió al accidente falleció en marzo de un infarto mientras jugaba al fútbol. Tres años después del accidente, el maleficio del Chapecoense continúa. El más reciente se culminó ayer con el descenso del equipo, justo la víspera del tercer aniversario del siniestro que conmocionó al mundo.

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