El duro panorama económico del Rojo y quiénes podrían ser vendidos
El Rojo le adeuda plata al plantel y a varios clubes por incumplimientos y atrasos en el pago de las cuotas de algunos pases. Muchos reclamos llegaron a la FIFA y está latente la amenaza de sufrir quita de puntos. Buscarán vender a varios jugadores del actual plantel.
Olé
La situación no puede ser subestimada. Las finanzas de Independiente no gozan de buena salud. El club incumplió los pagos de cuotas por los pases de varios jugadores y le debe dinero al plantel. Aún hay margen, pero si los directivos no logran acomodar los números, el riesgo de sufrir una quita de puntos está latente. Para curar el malestar primero hay que prestarles atención a los síntomas. Y son varios los indicios que delatan la existencia de un problema de fondo.
La depreciación del peso, sumada a la ostensible imprudencia de algunas decisiones tomadas por la Comisión Directiva, produjeron desequilibrios que es necesario corregir. “Vamos a tener que renegociar algunos contratos”, comentó el vicepresidente, Pablo Moyano. El directivo le delegó al vice 2°, Carlos Montaña, la tarea de sentarse a conversar con los futbolistas y sus representantes para interiorizarlos acerca de la crisis que atraviesa el club. Montaña deberá hacerse cargo de la renegociación de vínculos, una forma elegante de anunciar que habrá un intento de reducción de los salarios del plantel profesional. Existen vínculos que el Rojo no está en condiciones de afrontar tras la devaluación. El sueldo más alto del plantel es de u$s 1.200.000 anuales y hay jugadores que cobran en dólares con un tope de $52. Se torna imprescindible tomar medidas de ajuste. En el próximo receso se buscará llevar a cabo una depuración del plantel. Es por eso que todos los futbolistas estarán en la vidriera y los directivos aguardan con ansias consumar algunas ventas para darle alivio a la tesorería. Martín Campaña, Alan Franco, Nicolás Figal y Martín Benítez son jugadores a los que quieren vender. También les buscarán salida a Francisco Pizzini y a Cristian Chávez, quienes juegan poco y tienen contratos importantes.
El club lleva dos meses de atraso a los futbolistas. Independiente se autoincriminó en la Superliga en dos oportunidades. ¿Qué quiere decir eso? La dirigencia reconoció que no tiene fondos para abonarle al plantel. A raíz de eso, sufrió la quita de un monto equivalente 10% de la deuda con los jugadores, que se debitará directamente de los ingresos televisivos de noviembre. Como el club también avisó que no podrá afrontar los compromisos salariales del corriente mes, le quitarán un 20% en diciembre. Y si sigue sin pagar, el próximo recorte será de un 30%. El gran problema es que tras la cuarta advertencia la Superliga tiene la potestad de aplicar un descuento de puntos. Además, las cuentas del club en la Superliga se encuentran embargadas por el ex directivo Claudio Ciancio, quien reclama el pago de una deuda de 1.000.000 de dólares con intereses que aportó durante la gestión de Javier Cantero para financiar la construcción de los palcos del sector Norte del estadio.
Por más que los dirigentes lo nieguen, el panorama es preocupante. Independiente tiene además varias causas abiertas en FIFA por no haber pagado las cuotas de algunas transferencias. Podrá apelar al TAS para patear el inconveniente, pero si no abona los montos correspondientes sufrirá quita de puntos. El máximo ente del fútbol mundial intimó al club de Avellaneda a pagarle al América dos cuotas de u$s 600.000 más una penalidad por ese mismo monto y alrededor de 200.000 de intereses correspondientes al pase de Silvio Romero. El Rojo también tiene que pagarle al Torino 1.600.000 dólares por Gastón Silva y dos cuotas de 225.000 a Pumas por haberle soplado al jugador de forma irregular. En ese caso es inminente la llegada de la intimación final previa a la sanción deportiva.
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Hace algunos meses, Independiente dejó de pagar el pase de Cecilio Domínguez, que fue el jugador más caro de la historia del club: 6.000.000 de dólares. El tema aún no llegó a FIFA, pero lo estará si los pagos se siguen dilatando. A Fernando Amorebieta, quien se marchó a principios de año, le deben 550.000 euros y su agente exige 200.000. Al Vasco lo representa un grupo de abogados españoles que también está a cargo de las protestas del América por Romero y Domínguez.
Celta de Vigo reclamó en FIFA u$s 298.000 por el pase de Pablo Hernández. Emelec, dueño del 30% de la ficha de Fernando Gaibor, exige el pago del 30% del cargo del préstamo del jugador ecuatoriano (u$s 210.000), quien se encuentra en Al Wasl. Francisco Silva pide 595.000 verdes en concepto de rescisión anticipada de su vínculo. Y Defensor Sporting reclama u$s 850.000 por la transferencia del uruguayo Carlos Benavídez.
La situación es aún más delicada contemplando que el último balance arrojó un incremento del pasivo de $ 518.084.640 a $ 1.155.382.431. Por supuesto que influyó la devaluación ya que una parte de la deuda del club es en dólares, pero también se han tenido que cancelar algunos compromisos dada la enorme inversión que hizo el club para reforzarse en el último mercado de pases: se gastaron 15.500.000 dólares por futbolistas que hasta el momento no rindieron. “El socio no tiene por qué preocuparse. La deuda es manejable y nos va a entrar plata de algunos pases”, intentó traer tranquilidad Pablo Moyano. Los números, al menos por ahora, no parecen respaldar sus palabras.
Olé
La situación no puede ser subestimada. Las finanzas de Independiente no gozan de buena salud. El club incumplió los pagos de cuotas por los pases de varios jugadores y le debe dinero al plantel. Aún hay margen, pero si los directivos no logran acomodar los números, el riesgo de sufrir una quita de puntos está latente. Para curar el malestar primero hay que prestarles atención a los síntomas. Y son varios los indicios que delatan la existencia de un problema de fondo.
La depreciación del peso, sumada a la ostensible imprudencia de algunas decisiones tomadas por la Comisión Directiva, produjeron desequilibrios que es necesario corregir. “Vamos a tener que renegociar algunos contratos”, comentó el vicepresidente, Pablo Moyano. El directivo le delegó al vice 2°, Carlos Montaña, la tarea de sentarse a conversar con los futbolistas y sus representantes para interiorizarlos acerca de la crisis que atraviesa el club. Montaña deberá hacerse cargo de la renegociación de vínculos, una forma elegante de anunciar que habrá un intento de reducción de los salarios del plantel profesional. Existen vínculos que el Rojo no está en condiciones de afrontar tras la devaluación. El sueldo más alto del plantel es de u$s 1.200.000 anuales y hay jugadores que cobran en dólares con un tope de $52. Se torna imprescindible tomar medidas de ajuste. En el próximo receso se buscará llevar a cabo una depuración del plantel. Es por eso que todos los futbolistas estarán en la vidriera y los directivos aguardan con ansias consumar algunas ventas para darle alivio a la tesorería. Martín Campaña, Alan Franco, Nicolás Figal y Martín Benítez son jugadores a los que quieren vender. También les buscarán salida a Francisco Pizzini y a Cristian Chávez, quienes juegan poco y tienen contratos importantes.
El club lleva dos meses de atraso a los futbolistas. Independiente se autoincriminó en la Superliga en dos oportunidades. ¿Qué quiere decir eso? La dirigencia reconoció que no tiene fondos para abonarle al plantel. A raíz de eso, sufrió la quita de un monto equivalente 10% de la deuda con los jugadores, que se debitará directamente de los ingresos televisivos de noviembre. Como el club también avisó que no podrá afrontar los compromisos salariales del corriente mes, le quitarán un 20% en diciembre. Y si sigue sin pagar, el próximo recorte será de un 30%. El gran problema es que tras la cuarta advertencia la Superliga tiene la potestad de aplicar un descuento de puntos. Además, las cuentas del club en la Superliga se encuentran embargadas por el ex directivo Claudio Ciancio, quien reclama el pago de una deuda de 1.000.000 de dólares con intereses que aportó durante la gestión de Javier Cantero para financiar la construcción de los palcos del sector Norte del estadio.
Por más que los dirigentes lo nieguen, el panorama es preocupante. Independiente tiene además varias causas abiertas en FIFA por no haber pagado las cuotas de algunas transferencias. Podrá apelar al TAS para patear el inconveniente, pero si no abona los montos correspondientes sufrirá quita de puntos. El máximo ente del fútbol mundial intimó al club de Avellaneda a pagarle al América dos cuotas de u$s 600.000 más una penalidad por ese mismo monto y alrededor de 200.000 de intereses correspondientes al pase de Silvio Romero. El Rojo también tiene que pagarle al Torino 1.600.000 dólares por Gastón Silva y dos cuotas de 225.000 a Pumas por haberle soplado al jugador de forma irregular. En ese caso es inminente la llegada de la intimación final previa a la sanción deportiva.
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Hace algunos meses, Independiente dejó de pagar el pase de Cecilio Domínguez, que fue el jugador más caro de la historia del club: 6.000.000 de dólares. El tema aún no llegó a FIFA, pero lo estará si los pagos se siguen dilatando. A Fernando Amorebieta, quien se marchó a principios de año, le deben 550.000 euros y su agente exige 200.000. Al Vasco lo representa un grupo de abogados españoles que también está a cargo de las protestas del América por Romero y Domínguez.
Celta de Vigo reclamó en FIFA u$s 298.000 por el pase de Pablo Hernández. Emelec, dueño del 30% de la ficha de Fernando Gaibor, exige el pago del 30% del cargo del préstamo del jugador ecuatoriano (u$s 210.000), quien se encuentra en Al Wasl. Francisco Silva pide 595.000 verdes en concepto de rescisión anticipada de su vínculo. Y Defensor Sporting reclama u$s 850.000 por la transferencia del uruguayo Carlos Benavídez.
La situación es aún más delicada contemplando que el último balance arrojó un incremento del pasivo de $ 518.084.640 a $ 1.155.382.431. Por supuesto que influyó la devaluación ya que una parte de la deuda del club es en dólares, pero también se han tenido que cancelar algunos compromisos dada la enorme inversión que hizo el club para reforzarse en el último mercado de pases: se gastaron 15.500.000 dólares por futbolistas que hasta el momento no rindieron. “El socio no tiene por qué preocuparse. La deuda es manejable y nos va a entrar plata de algunos pases”, intentó traer tranquilidad Pablo Moyano. Los números, al menos por ahora, no parecen respaldar sus palabras.