El castigo de Isabel II: canceló la fiesta de cumpleaños de Andrés, el hijo que avergüenza a la realeza

La monarca obligó a retirarse de la vida pública al príncipe por su relación con el pedófilo Jeffrey Epstein. Su nieto William jugó un papel clave en la expulsión del duque de York de Buckingham

Infobae
Tras la desastrosa entrevista del príncipe Andrés para la BBC que lo obligó anunciar su retirada de la vida pública, la prensa británica ha señalado que la reina Isabel II, de 93 años, le ha pedido que abandone el palacio de Buckingham, donde tiene sus oficinas. Y además decidió cancelar la gran fiesta de cumpleaños de su hijo.


La Reina de Inglaterra estaba planeando celebrar el cumpleaños 60 del que fue siempre su hijo favorito, de acuerdo con Sunday Times, que explica que el evento estaba previsto para el 19 de febrero. La celebración quedó reducida a una pequeña cena familiar.

El duque de York podría tener que declarar ante el FBI sobre su implicación en el caso de explotación sexual del fallecido financista Jeffrey Epstein.

La estrecha amistad del hijo de la monarca con el pedófilo Jeffrey Epstein, quien se suicidó el 10 de agosto en una cárcel de Nueva York mientras esperaba un juicio por cargos de tráfico sexual, explotó en Reino Unido y lo obligó a retirarse de sus deberes reales. Sus declaraciones a la BBC dañaron la imagen de la casa real británica ante la opinión pública.

En su entrevista con Emily Maitlis, el hijo de la Reina negó repetidamente las denuncias de Virginia Roberts, también conocida por el apellido de casada, Giuffre, que aseguró que fue abusada tres veces por él. “No ocurrió. Puedo decir categóricamente que nunca pasó. No me acuerdo haber conocido a esta señora”, insistió el príncipe pese al material fotográfico.

Giuffre, una de las denunciantes en el caso Epstein, dijo que había sido forzada a mantener relaciones sexuales con el príncipe en Londres en 2001, cuando ella tenía 17 años, y después en otras dos ocasiones en Nueva York y en la isla privada del financista en el Caribe.

Todo este escándalo tiene muy preocupada a la princesa Beatrice, la hija mayor de Andrés y Sarah Ferguson, que muy pronto se casará con el empresario italiano Edoardo Mapelli Mozzi.

Además, aseguran que Beatrice está “desconsolada” por las consecuencias de la desastrosa entrevista televisiva de su padre, porque ella presionó para que él aceptara a hacerla. “Tanto Sarah como Andrés confían mucho en el juicio de Beatrice cuando se trata de tratar con el público", dijo una fuente al tabloide Daily Mail. La princesa, de 31 años, inicialmente se mostró escéptica sobre la idea de su padre sentado para una entrevista televisada, pero cambió de opinión después de reunirse con él y con su secretaria privada, Amanda Thirsk.

La princesa ahora está devastada por no haber frenado la entrevista, que incluyó declaraciones escandalosas por parte de su padre. El duque ha expresado que espera que Beatrice y su hermana, la princesa Eugenie, lo reemplacen como patrocinadores de sus diversas organizaciones benéficas, dijo una fuente a The Sunday Times.

Andrés y la Reina tuvieron una conversación de “madre e hijo”, en la que le hizo saber que iba a hablar sobre su relación con el difunto pedófilo Jeffrey Epstein pero “sin entrar en detalles”. Tras conocerse la entrevista, la reina Isabel II se sintió “engañada” por sus declaraciones sobre sus vínculos con Epstein, según The Times of London.

Ahora las fuentes dicen al periódico que el príncipe William también estuvo muy involucrado en la decisión del que duque de York fuese expulsado del Palacio de Buckingham.

El duque de Cambridge estaba descontento con el accionar de su tío y decidió que su retiro de la vida pública era “lo correcto”, dijo una fuente a The Sunday Times. Al parecer, la reina y su hijo, el príncipe Carlos, discutieron sobre el futuro de Andrés: “William está involucrado cada vez más en las decisiones sobre la institución, y no es un gran admirador de su tío".

Descartados los planes para una gran fiesta de cumpleaños número 60 para Andrés, planean celebrar el 19 de febrero con una pequeña cena familiar, según el periódico.

Hasta ahora, solo la ex esposa de Andrés, Sarah Ferguson, lo ha defendido, diciendo que "lo apoyaba y estaba orgullosa de este gigante de principios”.

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