El Barça se estrella ante Kolar

Partidazo del portero del Slavia. El equipo blaugrana pierde la oportunidad de dejar el grupo sentenciado. Alba vuelve a lesionarse.


Santi Giménez
As
No pudo el Barcelona doblegar al Slavia de Praga, que aferrado a un estupendo Kolar, evitó que los de Valverde dieran un paso fundamental para asegurarse una clasificación para los octavos que tendrá que lucharse ahora ante el Dortmund y en Milán. El empate a cero castiga la falta de lucidez blaugrana en los últimos metros y premia la solidaridad y los pulmones de un equipo que tuvo en su portero la clave del punto que arrancaron.


El partido del Camp Nou se retomó en el punto exacto donde hace quince días lo dejaron ambos contendientes en Praga. El Slavia imponía su superioridad física y coartaba cualquier intento del Barcelona para elaborar su juego de posición y tener una posesión medianamente larga y a los blaugrana no les quedaba otra opción que intentar cazar a los checos al espacio.

Descarados y valientes, los jugadores visitantes, conscientes de que a piernas no les gana nadie (y el Barça, menos) le metieron al partido un elevado ritmo de juego desde el inicio. En esos momentos, únicamente Semedo podía responder al reto. El portugués rectificaba en defensa y se ofrecía en ataque en busca de los balones largos que tenía que jugarse, sí o sí, Piqué, puesto que tanto Busquets como De Jong (doble pivote) vivían con un checo sobre sus espaldas.

A medida que corría el tiempo, la rigidez táctica se fue perdiendo y el partido se convirtió en un toma y daca en ambas porterías. Ahí emergió Messi, que tuvo dos cabalgadas hacia la portería rival. La primera la estrelló en la cruceta y la segunda la paró Kolar, quien volvió a lucirse a cabezazo de Piqué a la salida de un córner. Antes ya había evitado un gol de Semedo. Era la noche del portero visitante.

Los checos pusieron a prueba a Ter Stegen en contadas ocasiones. Nada más empezar el partido el alemán tuvo que rectificar su estirada sobre la línea tras un rechace de Lenglet que se envenenó y que luego vio como un disparo de Stanciu no entraba porque la pelota impactaba en uno de sus compañeros. Para añadir más sensación de peligro, en el último minuto de la primera parte el colegiado anuló un gol al propio Stanciu por fuera de juego en la jugada en la que se lesionó Jordi Alba, que ya no salió en la segunda parte siendo sustituido por Sergi Roberto. Semedo se puso como lateral izquierdo.



Ante este escenario, o el Barça dominaba el tiempo del partido, o el parto de Praga de hacía dos semanas llevaba camino de repetirse.

La apuesta de Trpisovsky fue clara: ir a por todas. Quitó a Traoré y dio entrada a Tecl. Al Barça no le tocaba otra que sufrir atrás y tratar de matar delante. Sergi Roberto falló un mano a mano contra el gigante Kolar, Vidal marcó a pase de Messi, pero el VAR lo anuló por centímetros. El partido estaba en una baldosa, territorio Messi, que se vio apoyado en los últimos 25 minutos de partido por Ansu Fati, que entró por Dembélé, quien volvió a alternar jugadas de mérito, las menos, con una producción preocupante para regalar balones al rival. La presencia del adolescente mejoró el rendimiento del francés.

Con la salida del campo de Busquets, agotado, por Rakitic, el Barça perdió en precisión y control y daba la sensación de que a medida que pasaban los minutos los de Valverde cada vez estaban más incómodos y los checos más seguros de si mismos. Pero tuvo el Barça un arreón final gracias a la verticalidad de Ansu, que regaló una ocasión a Messi, que, de nuevo chocó ante Kolar. El equipo catalán sigue líder, pero deberá sudar la clasificación hasta la última jornada.

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