El Barça más práctico hace los deberes

Messi hizo un gol y dio los otros dos a Suárez y a Griezmann. Dembélé volvió a lesionarse. El Dortmund reaccionó demasiado tarde a lomos de Sancho.

Santi Giménez
As
No falló el Barcelona en la hora decisiva de la Champions y con su victoria por 3-1 ante el Borussia de Dortmund los de Valverde se quitaron un problema de encima. Les sobra la última jornada de la Champions, competición que aparcan hasta el año que viene tras asegurarse asegurarse ser primeros de grupo y recuperan sensaciones tras los últimos desastres. No fue un partido estupendo, pero fue un partido inteligente en el que al mando de Messi, los culés supieron explotar sus mejores virtudes: la potencia del tridente, que volvió a marcar y la capacidad competitiva de un grupo al que le falta mucho, pero que sigue superando obstáculos.


En su búsqueda de la fórmula que devuelva al Barcelona la fluidez del juego, Valverde volvió a agitar la coctelera y decidió de entrada dejar a Griezmann en el banquillo para darle a Demebélé la titularidad ante su ex equipo y devolver la confianza a Rakitic como titular acompañando a Busquets y De Jong. El croata, indispensable desde el día que estampó su firma en las oficinas del Camp Nou, volvía al once inicial. Era la segunda vez que empezaba un partido sobre 18 posibles.

Más allá de los cambios, el equipo de Valverde volvió a demostrar que le cuesta entrar en los partidos. Ahí hay un problema gordo que los rivales intentan explotar al máximo. El primer susto de los alemanes llegó en el primer minuto. Rakitic perdió un balón, Achraf habilitó a Schulz y Umtiti salvó el gol del mazazo sobre la línea. Le costó al Barcelona recuperarse del susto. Cedió la pelota a los alemanes y se atrincheró en defensa buscando presiones selectivas para buscar el dos contra dos de Messi y Suárez ante los defensas del Borussia.

La primera amenaza barcelonista acabó en gol, pero el VAR lo anuló por fuera de juego. A falta de fluidez en el juego, al menos parecía que esta vez, el Barça tenía un plan: pillar a la defensa del Dortmund desprevenida y dar un picotazo letal.

Dembélé, que desaprovechó un par de regalos de Messi a causa de su timidez, pareció romper el plan del partido cuando se lesionó a los 25 minutos. Griezmann entró en su lugar y mientras los futbolistas se ordenaban, el equipo catalán aprovechó el caos para asestar su primer golpe.

Una recuperación del Barça ante la salida de los alemanes habilitó a Junior, que conectó con Messi, quien asistió a Suárez, que esta vez en posición correcta, abrió el marcador.

El equipo barcelonista olió la sangre y a la defensa del Dortmund le empezaron a temblar las canillas, lo que aprovechó el conjunto local para marcar el segundo en una nueva presión en la que De Jong robó, Suárez asistió y fue Messi el que liquidó.

Favre quiso darle más mordiente a su equipo con la entrada de Sancho. El Barça aceptó la apuesta alemana con alegría. El plan blaugrana era el de ceder la posesión a sus rivales y matarles a la contra. El planteamiento tenía riesgo porque Ter Stegen se tuvo que lucir ante Brandt, pero a cambio, cada vez que el equipo blaugrana recuperaba y el balón le llegaba a Messi, era sinónimo de peligro.

Era cuestión de esperar el momento, y este llegó a los 67 minutos cuando de nuevo De Jong recuperó, la cedió a Messi que conectó (al fin) con el desmarque de Griezmann para que el francés marcara el tercero.

El marcador no cambió el decorado de un partido al que probablemente Sancho llegó demasiado tarde. El inglés dejó constancia de su talento con un golazo por toda la escuadra que premiaba el control de los alemanes, víctimas de los picotazos barcelonistas.

El Borussia acabó mejor que el Barça, que dio antes de tiempo la faena por concluida y se encomendó a Ter Stegen. Suficiente para acabar la jornada quitándose un problema de encima. Con Messi, todo es más fácil. Otra barrera superada a la espera del juego.

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