El Atlético suspira por más gol y más João Félix

El club no se plantea fichar tras la baja de Costa, pese a la sequía

Ladislao J. Moñino
Madrid, El País
Consciente de que el Atlético está necesitado de una mayor resolución en ataque, el lunes, en el entrenamiento previo al partido en Turín, Diego Pablo Simeone sometió al equipo a un trabajo de mejora ofensiva. En un momento de la sesión, utilizando una expresión escatológica, como hizo en el intermedio del partido de Leverkusen, el técnico volvió a recalcar a sus jugadores que no se amedrentaran.


El martes, al término encuentro con la Juventus, Simeone tenía sensaciones encontradas. Sus futbolistas no se arrugaron por el escenario ni por la entidad del rival. Defensivamente, el equipo mantuvo una estructura sólida. El entrenador pronunció en cuatro ocasiones el término bloque, que en su libreto es el génesis desde el cual debe partir el crecimiento ofensivo del equipo. Las estadísticas registraron que en Turín el Atlético ejecutó 15 remates, seis de ellos entre los tres palos. Sin embargo, la sensación transmitida fue la de un equipo que una vez más se quedó corto en ataque.

En el primer tiempo, la alineación dispuesta por Simeone condicionó la capacidad del Atlético para fabricar juego en los últimos metros. Con el cuatrivote en liza (Koke, Herrera, Thomas y Saúl) el único futbolista sobre el campo con capacidad de desequilibrio fue Vitolo, que se desgastó mucho en la presión. Tampoco sus compañeros lograron conectarse con él. El peso ofensivo quedó reducido a las incorporaciones de Trippier y Lodi. Sus centros desde los costados a veces fueron rutinarios, sin un destinatario claro. Esos primeros 45 minutos dejaron la sensación de que la búsqueda del equilibrio defensivo mermó la capacidad de desequilibrio ofensivo.

En el segundo tiempo, el técnico argentino trató de paliar esa sensación de que el Atlético no podía penetrar en la defensa de la Juve por falta de efectivos desequilibrantes con la entrada de João Félix, Correa y Lemar. El portugués lideró cierta mejoría, pero tampoco se plasmó en un racimo de ocasiones. Con todo, Simeone comentó en rueda de prensa y a empleados del club que el equipo está muy cerca de romper en un partido completo en el que a la mejora del juego le acompañen los goles.

El promedio de poco más de un gol por encuentro por partido en la Liga y en la Champions no es acorde con el potencial que se le supone tanto para generar ocasiones como para materializarlas. La sequía goleadora ha abierto un debate que se alimenta desde el propio cuerpo técnico sobre la necesidad de fichar en el mercado invernal tras la lesión de Diego Costa. La frase que pronunció Simeone ante la dirección deportiva — “¿ahora quién va a marcar los goles?”—, tras conocer la marcha de Griezmann ha retomado fuerza. La alarmante falta de gol tiene al equipo en el filo de poder seguir compitiendo por la Liga y pendiente del último partido para certificar el pase a los octavos de final de la Liga de Campeones.

El club mantiene la versión de que el tope salarial le impide acometer una operación de garantías en el mercado invernal. En los despachos apelan al diseño corto de la plantilla que junto a Miguel Ángel Gil y el director deportivo, Andrea Berta, Simeone aprobó para poder mantener a Oblak y fichar a Llorente, Felipe, Mario Hermoso y João Félix. También el propio sueldo del entrenador, 22 millones de euros netos, es un condicionante importante en composición de la masa salarial. Fuentes del club incluso descartan la posibilidad de acometer una cesión con opción de compra para poder evadir la normativa del gasto salarial impuesto por LaLiga.

La lesión de Diego Costa se interpreta en el club como un contratiempo para tres meses y se recuerda la inversión de 60 millones que se realizó para recuperarlo del Chelsea. Lo mismo sucede con los 57 pagados por Morata. Puestas estas cifras sobre la mesa para justificar que el plantel da para alcanzar los objetivos mínimos, una plaza en la próxima Champions y acceder a los octavos de final en esta edición, el desembolso por João Félix (126 millones de euros) también se utiliza como argumento para no fichar. Se transmite que es obligación del entrenador sacar partido a los jugadores más desequilibrantes en ataque.

La idea era rebajar la responsabilidad del joven João Félix, pero con Costa lesionado el luso tendrá que multiplicar su peso en el ataque. Las propias carencias ofensivas del equipo han redoblado los focos sobre su figura. Tras recuperarse de la lesión que le ha mantenido un mes fuera, la sensación interna es que la explosión definitiva de João Félix es la gran esperanza para que el equipo tome la delantera.

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