Donald Trump aprobó la “Ley de Democracia” de Hong Kong que enfurece a China
El jefe de Estado ratificó la ley que había sido aprobada por el Congreso en octubre. En ese entonces, Beijing había expresado su “fuerte indignación” con la medida y advertido que tomaría medidas retaliatorias
Infobae
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ratificó este miércoles la llamada “Ley de Democracia” de Hong Kong, una medida que reafirma el apoyo del país a la región semi-autónoma de China que hace meses atraviesa protestas por parte de sectores pro democráticos.
La Ley había sido aprobada en ambas cámaras del Congreso norteamericano con un amplio apoyo de ambos partidos, algo inusual en un país dominado por la polarización. “He firmado los proyectos por respeto al presidente Xi (Jinping, presidente de China), China y la gente de Hong Kong. Se aprueban con la esperanza de que los líderes y representantes de China y Hong Kong logren resolver sus diferencias de manera amigable y esto lleve a una situación de paz y prosperidad de largo plazo", indicó Trump en un comunicado en ocasión de la firma.
En concreto, la ley pone fin al estatuto comercial especial de Estados Unidos para Hong Kong a menos que el Departamento de Estado certifique anualmente que las autoridades de la ciudad respetan los derechos humanos y el Estado de Derecho.
La ley también requiere que el presidente de Estados Unidos identifique y sancione a las personas responsables de la erosión de la autonomía y los graves abusos a los derechos humanos en Hong Kong.
Ya cuando fue aprobada por la Cámara de Representantes, el proyecto generó un fuerte repudio por parte de China, que expresó su “fuerte indignación”. “Lo que Hong Kong enfrenta no es el llamado problema de los derechos humanos y la democracia en absoluto, sino el tema de detener la violencia, restablecer el orden y defender el estado de derecho lo antes posible”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Geng Shuang, en un comunicado.
De hecho, un día antes de que Trump firmara la ley, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China convocó al embajador de Estados Unidos, Terry Branstad, para protestar contra la aprobación por parte del Congreso.
El Ministerio dijo en un aviso publicado en su página web que el viceministro de Asuntos Exteriores, Zheng Zeguang, apremió a Estados Unidos “para que corrija sus errores y deje de entrometerse en los asuntos de Hong Kong y de interferir en los asuntos internos de China”.
Zheng dijo que la aprobación de la Ley de derechos humanos y democracia era una forma de alentar la violencia y constituía una grave violación del derecho internacional y de las normas básicas de las relaciones internacionales.
China había advertido que tomaría medidas retaliatorias si Trump aprobaba la ley.
La decisión llega un día después de que Trump asegurara que los Estados Unidos y China estaban muy cerca de lograr un avance significativo en su guerra comercial.
Hong Kong, antigua colonia británica y ahora región china semiautónoma, se encuentra desde hace meses sacudida por manifestaciones de ciudadanos que acusan a Pekín de entrometerse en las libertades prometidas cuando el Reino Unido devolvió el territorio a China en 1997.
Sin embargo, China retrata a los manifestantes como violentos separatistas y se enfurece ante cualquier interferencia extranjera en el asunto.
En las elecciones de distrito de Hong Kong, llevadas a cabo el pasado domingo, el principal partido pro democracia obtuvo casi el 90% de los 452 puestos electivos. El resultado les dio el control de 17 de los 18 consejos de distrito, un resultado sin precedentes.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ratificó este miércoles la llamada “Ley de Democracia” de Hong Kong, una medida que reafirma el apoyo del país a la región semi-autónoma de China que hace meses atraviesa protestas por parte de sectores pro democráticos.
La Ley había sido aprobada en ambas cámaras del Congreso norteamericano con un amplio apoyo de ambos partidos, algo inusual en un país dominado por la polarización. “He firmado los proyectos por respeto al presidente Xi (Jinping, presidente de China), China y la gente de Hong Kong. Se aprueban con la esperanza de que los líderes y representantes de China y Hong Kong logren resolver sus diferencias de manera amigable y esto lleve a una situación de paz y prosperidad de largo plazo", indicó Trump en un comunicado en ocasión de la firma.
En concreto, la ley pone fin al estatuto comercial especial de Estados Unidos para Hong Kong a menos que el Departamento de Estado certifique anualmente que las autoridades de la ciudad respetan los derechos humanos y el Estado de Derecho.
La ley también requiere que el presidente de Estados Unidos identifique y sancione a las personas responsables de la erosión de la autonomía y los graves abusos a los derechos humanos en Hong Kong.
Ya cuando fue aprobada por la Cámara de Representantes, el proyecto generó un fuerte repudio por parte de China, que expresó su “fuerte indignación”. “Lo que Hong Kong enfrenta no es el llamado problema de los derechos humanos y la democracia en absoluto, sino el tema de detener la violencia, restablecer el orden y defender el estado de derecho lo antes posible”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Geng Shuang, en un comunicado.
De hecho, un día antes de que Trump firmara la ley, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China convocó al embajador de Estados Unidos, Terry Branstad, para protestar contra la aprobación por parte del Congreso.
El Ministerio dijo en un aviso publicado en su página web que el viceministro de Asuntos Exteriores, Zheng Zeguang, apremió a Estados Unidos “para que corrija sus errores y deje de entrometerse en los asuntos de Hong Kong y de interferir en los asuntos internos de China”.
Zheng dijo que la aprobación de la Ley de derechos humanos y democracia era una forma de alentar la violencia y constituía una grave violación del derecho internacional y de las normas básicas de las relaciones internacionales.
China había advertido que tomaría medidas retaliatorias si Trump aprobaba la ley.
La decisión llega un día después de que Trump asegurara que los Estados Unidos y China estaban muy cerca de lograr un avance significativo en su guerra comercial.
Hong Kong, antigua colonia británica y ahora región china semiautónoma, se encuentra desde hace meses sacudida por manifestaciones de ciudadanos que acusan a Pekín de entrometerse en las libertades prometidas cuando el Reino Unido devolvió el territorio a China en 1997.
Sin embargo, China retrata a los manifestantes como violentos separatistas y se enfurece ante cualquier interferencia extranjera en el asunto.
En las elecciones de distrito de Hong Kong, llevadas a cabo el pasado domingo, el principal partido pro democracia obtuvo casi el 90% de los 452 puestos electivos. El resultado les dio el control de 17 de los 18 consejos de distrito, un resultado sin precedentes.