Cuál es el escenario actual del VIH en el mundo
De cara al Día Mundial de la Lucha contra el Sida, las estadísticas de la enfermedad con la que conviven alrededor de 38 millones de personas y otras 8 millones que no están al tanto de su diagnóstico. Por qué es vital el testeo
Infobae
A partir de 1988 -año en el que nació el Día Mundial de la Lucha contra el Sida en la reunión mundial de la cumbre de Ministros de Salud sobre programas de prevención del sida-, las agencias de las Naciones Unidas, los gobiernos y la sociedad civil se reúnen cada año para luchar en determinadas áreas relacionadas con el sida. Desde entonces, se hicieron importantes progresos en la respuesta a esta epidemia mundial.
Según las estimaciones de ONUSIDA, hay casi 38 millones de personas que viven con VIH. De ellas, el 51% son mujeres. Gracias a los esfuerzos de la medicina, a través de los más de 35 años de esta pandemia, se ha logrado bajar la mortalidad, y cada vez que hay más gente que recibe su tratamiento: más de 24 millones de pacientes reciben terapia antirretroviral (ARV). Esto se traduce en un aumento significativo si se compara con los datos de la misma organización de hace nueve años, cuando aproximadamente 7 millones de personas accedían al tratamiento que les salvó la vida.
La Organización Mundial de la salud (OMS) define el VIH como una infección que deteriora progresivamente el sistema inmunitario, alterando o anulando su función de combatir infecciones y enfermedades. El término sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) se utiliza en casos avanzados de VIH, dados por la aparición de una o varias infecciones o cánceres relacionados.
De cara al 1 de diciembre, efeméride que conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, Naciones Unidas reveló que el lema de este año: “Las comunidades marcan la diferencia", se eligió con el fin de concientizar y reconocer el papel fundamental que las comunidades han desempeñado y continúan desempeñando en la respuesta al sida a nivel local, nacional e internacional.
En el informe presentado por el ente internacional, se reveló también que hay alrededor de 8 millones de personas no saben que están infectadas con el VIH. En cuanto a las muertes relacionadas con el sida en todo el mundo, también han disminuido en más de la mitad desde 2004. Unas 770.000 personas murieron a causa de la enfermedad el año pasado.
Grupos de alto riesgo
Más de la mitad de las nuevas infecciones se encuentran entre los grupos de alto riesgo y sus parejas sexuales. Mientras que el riesgo de infectarse con el VIH es 22 veces mayor entre los hombres homosexuales y los usuarios de drogas intravenosas, 21 veces mayor para las trabajadoras sexuales y 12 veces mayor para las personas transgénero.
En el caso de las adolescentes cada semana, alrededor de 6.000 mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años contraen la infección por el VIH. Más de un tercio (35%) de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida y en algunas regiones, las mujeres que son víctimas de la violencia son 1,5 veces más proclives a contraer la infección por el VIH que las mujeres que no han sufrido dicha violencia.
La transmisión sexual del VIH se puede evitar mediante:
Relaciones monógamas entre personas no infectadas.
Sexo sin penetración.
Uso correcto y consistente de preservativos masculinos y femeninos.
Sexo entre dos personas cuando una de ellas vive con el VIH, pero está en tratamiento antirretroviral y tiene una carga viral indetectable.
Administración de profilaxis preexposición a personas que no están infectadas por el VIH.
La circuncisión médica masculina voluntaria reduce las posibilidades que tienen los hombres de ser infectados por el VIH por una mujer.
Detectar el VIH
El VIH no tiene síntomas. Por lo tanto, la única manera de saber si alguien contrajo el VIH es a través de un test que consiste en un análisis de sangre. Existen dos tipos de test: el llamado ELISA ,que es una extracción de sangre y se realiza en un laboratorio, y el test rápido, para el que se depositan unas gotas de sangre de la yema de un dedo sobre una tira reactiva y cuyo resultado se obtiene veinte minutos después. En ambos casos, si el resultado es positivo, debe ser confirmado con una prueba de laboratorio denominada Western Blot.
Período ventana
Una vez producida la infección por VIH, los anticuerpos tardan entre 3 y 4 semanas en ser detectados. Es decir que durante este tiempo, llamado “período ventana”, los análisis pueden resultar negativos aunque la persona tenga el virus. Es por eso que cuando hubo una situación de riesgo, si el análisis se hizo durante el mes siguiente y el resultado fue negativo, se recomienda repetirlo.
Un resultado positivo significa:
Que se encuentran anticuerpos del VIH en la sangre. Es decir, que la persona tiene VIH. No significa que tenga sida.
Que esa persona puede transmitir el VIH a otra persona.
Que debe usar preservativo en las relaciones sexuales para no transmitir el VIH.
Que, en caso de que una persona quede embarazada, debe tomar los recaudos necesarios para evitar la transmisión al bebé.
A un año de la meta mundial: un ambicioso objetivo de tratamiento para contribuir al fin de la epidemia de sida
La meta mundial “90-90-90” propone, para el año 2020, aumentar al 90% la proporción de personas que viven con VIH que conozcan su diagnóstico, incrementar al 90% aquellas bajo tratamiento antirretroviral y que el 90% bajo tratamiento tenga carga viral suprimida. Para alcanzar esta meta, ONUSIDA estima una necesidad de 26.200 millones de dólares para 2020.
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A partir de 1988 -año en el que nació el Día Mundial de la Lucha contra el Sida en la reunión mundial de la cumbre de Ministros de Salud sobre programas de prevención del sida-, las agencias de las Naciones Unidas, los gobiernos y la sociedad civil se reúnen cada año para luchar en determinadas áreas relacionadas con el sida. Desde entonces, se hicieron importantes progresos en la respuesta a esta epidemia mundial.
Según las estimaciones de ONUSIDA, hay casi 38 millones de personas que viven con VIH. De ellas, el 51% son mujeres. Gracias a los esfuerzos de la medicina, a través de los más de 35 años de esta pandemia, se ha logrado bajar la mortalidad, y cada vez que hay más gente que recibe su tratamiento: más de 24 millones de pacientes reciben terapia antirretroviral (ARV). Esto se traduce en un aumento significativo si se compara con los datos de la misma organización de hace nueve años, cuando aproximadamente 7 millones de personas accedían al tratamiento que les salvó la vida.
La Organización Mundial de la salud (OMS) define el VIH como una infección que deteriora progresivamente el sistema inmunitario, alterando o anulando su función de combatir infecciones y enfermedades. El término sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) se utiliza en casos avanzados de VIH, dados por la aparición de una o varias infecciones o cánceres relacionados.
De cara al 1 de diciembre, efeméride que conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, Naciones Unidas reveló que el lema de este año: “Las comunidades marcan la diferencia", se eligió con el fin de concientizar y reconocer el papel fundamental que las comunidades han desempeñado y continúan desempeñando en la respuesta al sida a nivel local, nacional e internacional.
En el informe presentado por el ente internacional, se reveló también que hay alrededor de 8 millones de personas no saben que están infectadas con el VIH. En cuanto a las muertes relacionadas con el sida en todo el mundo, también han disminuido en más de la mitad desde 2004. Unas 770.000 personas murieron a causa de la enfermedad el año pasado.
Grupos de alto riesgo
Más de la mitad de las nuevas infecciones se encuentran entre los grupos de alto riesgo y sus parejas sexuales. Mientras que el riesgo de infectarse con el VIH es 22 veces mayor entre los hombres homosexuales y los usuarios de drogas intravenosas, 21 veces mayor para las trabajadoras sexuales y 12 veces mayor para las personas transgénero.
En el caso de las adolescentes cada semana, alrededor de 6.000 mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años contraen la infección por el VIH. Más de un tercio (35%) de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida y en algunas regiones, las mujeres que son víctimas de la violencia son 1,5 veces más proclives a contraer la infección por el VIH que las mujeres que no han sufrido dicha violencia.
La transmisión sexual del VIH se puede evitar mediante:
Relaciones monógamas entre personas no infectadas.
Sexo sin penetración.
Uso correcto y consistente de preservativos masculinos y femeninos.
Sexo entre dos personas cuando una de ellas vive con el VIH, pero está en tratamiento antirretroviral y tiene una carga viral indetectable.
Administración de profilaxis preexposición a personas que no están infectadas por el VIH.
La circuncisión médica masculina voluntaria reduce las posibilidades que tienen los hombres de ser infectados por el VIH por una mujer.
Detectar el VIH
El VIH no tiene síntomas. Por lo tanto, la única manera de saber si alguien contrajo el VIH es a través de un test que consiste en un análisis de sangre. Existen dos tipos de test: el llamado ELISA ,que es una extracción de sangre y se realiza en un laboratorio, y el test rápido, para el que se depositan unas gotas de sangre de la yema de un dedo sobre una tira reactiva y cuyo resultado se obtiene veinte minutos después. En ambos casos, si el resultado es positivo, debe ser confirmado con una prueba de laboratorio denominada Western Blot.
Período ventana
Una vez producida la infección por VIH, los anticuerpos tardan entre 3 y 4 semanas en ser detectados. Es decir que durante este tiempo, llamado “período ventana”, los análisis pueden resultar negativos aunque la persona tenga el virus. Es por eso que cuando hubo una situación de riesgo, si el análisis se hizo durante el mes siguiente y el resultado fue negativo, se recomienda repetirlo.
Un resultado positivo significa:
Que se encuentran anticuerpos del VIH en la sangre. Es decir, que la persona tiene VIH. No significa que tenga sida.
Que esa persona puede transmitir el VIH a otra persona.
Que debe usar preservativo en las relaciones sexuales para no transmitir el VIH.
Que, en caso de que una persona quede embarazada, debe tomar los recaudos necesarios para evitar la transmisión al bebé.
A un año de la meta mundial: un ambicioso objetivo de tratamiento para contribuir al fin de la epidemia de sida
La meta mundial “90-90-90” propone, para el año 2020, aumentar al 90% la proporción de personas que viven con VIH que conozcan su diagnóstico, incrementar al 90% aquellas bajo tratamiento antirretroviral y que el 90% bajo tratamiento tenga carga viral suprimida. Para alcanzar esta meta, ONUSIDA estima una necesidad de 26.200 millones de dólares para 2020.