Así llevó el Cártel Jalisco su violencia letal a 35 estados de EEUU
Parte de su estrategia es contratar vendedores de drogas locales y de distintas etnias para ganarse la confianza de la comunidad
Infobae
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) extendió su presencia en Estados Unidos a 35 estados, en los que “abruma” ciudades y pueblos pequeños con grandes cantidades de drogas.
Una investigación de nueve meses del Courier Journal reveló cómo la organización criminal extendió sus operaciones por EEUU y Puerto Rico, tejiendo “una red pegajosa que ha atrapado a dueños de negocios en dificultades, miles de usuarios de drogas e inmigrantes mexicanos aterrorizados para desafiar las órdenes del cártel”.
Ha establecido zonas importantes como Los Ángeles, Chicago y Atlanta.
La investigación de The Courier Journal documentó células donde integrantes del Cártel Jalisco se instalaron en un condominio de lujo cerca del distrito honky-tonk del centro de Nashville; otras más se ubican en un lujoso apartamento en Hollywood cerca de Sunset Boulevard, así como en suburbios en Cairo, Illinois; Johnson City, Tennessee; y Kansas City, Missouri.
También se estableció en en el centro-sur de Virginia, en un conjunto de casas en Axton, una pequeña comunidad de unas 6.500 personas.
La velocidad del crecimiento del CJNG en menos de una década ha convertido al cártel en un “peligro claro, presente y creciente”, expresó Uttam Dhillon, administradora interina de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés)
“Quieren controlar todo el mercado de drogas”, dijo Matthew Donahue, quien supervisa las operaciones extranjeras para la DEA. “Si eso los lleva a matar a otros cárteles o a personas inocentes, lo harán”.
La investigación identificó al menos dos docenas de “células”, que la DEA define como lugares donde los miembros del cártel se instalan para hacer negocios y vivir en las comunidades.
Una de sus principales estrategias es contratar a vendedores locales de diferentes etnias, que estén identificados con la comunidad.
“Si viene de un cártel, podrían haber vendido una libra a asiáticos, negros, pandillas de motociclistas al margen de la ley, basura blanca”, señaló el teniente Jeremy Williams, de la Oficina del Sheriff del Condado de Ashe en Carolina del Norte cuyo testimonio en 2014 ayudó a condenar a un traficante relacionado con el CJNG.
“El poderoso sindicato internacional de ‘El Mencho’ (Nemesio Oseguera Cervantes, el fundador) está inundando Estados Unidos con miles de kilos de metanfetaminas, heroína, cocaína y fentanilo cada año, a pesar de ser blanco repetidamente de investigaciones prolongadas”, destaca la investigación que hace énfasis en cómo el flujo interminable de drogas de los cárteles mexicanos ha contribuido a la crisis de adicción sin precedentes de este país, devastando familias y matando a más de 300.000 personas desde 2013.
En México, un investigador de la DEA se dijo sorprendido cuando supo que las células del CJNG estaban apareciendo en comunidades tan pequeñas como Axton. “¿Qué están haciendo en medio de la nada?”, preguntó a su equipo.
Al escuchar más detalles, el investigador, que pidió no ser identificado para proteger su trabajo, reconoció a The Courier Journal: “Es una gran estrategia”. Los miembros de CJNG han seguido a familiares o amigos que dejaron México para migrar a EEUU a buscar trabajo. El cártel aprovecha sus conexiones con migrantes para que en lugar de trabajar en la llamada “pisca” (el campo) se dedican a trabajar para la organización criminal, dijo Dan Dodds, quien dirige las operaciones de la DEA en Kentucky, Tennessee y Virginia Occidental.
La expansión del cártel en comunidades más pequeñas inició hace cinco años, según los analistas de inteligencia. Estas comunidades les dan una mejor oportunidad de pasar desapercibidos para las autoridades.
“Las grandes ciudades tienen grandes departamentos de policía y la DEA, el FBI y (Investigaciones de Seguridad Nacional) y la capacidad de mirar la inteligencia y concentrarse en sus células y contactos”, dijo Donahue de la DEA.
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El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) extendió su presencia en Estados Unidos a 35 estados, en los que “abruma” ciudades y pueblos pequeños con grandes cantidades de drogas.
Una investigación de nueve meses del Courier Journal reveló cómo la organización criminal extendió sus operaciones por EEUU y Puerto Rico, tejiendo “una red pegajosa que ha atrapado a dueños de negocios en dificultades, miles de usuarios de drogas e inmigrantes mexicanos aterrorizados para desafiar las órdenes del cártel”.
Ha establecido zonas importantes como Los Ángeles, Chicago y Atlanta.
La investigación de The Courier Journal documentó células donde integrantes del Cártel Jalisco se instalaron en un condominio de lujo cerca del distrito honky-tonk del centro de Nashville; otras más se ubican en un lujoso apartamento en Hollywood cerca de Sunset Boulevard, así como en suburbios en Cairo, Illinois; Johnson City, Tennessee; y Kansas City, Missouri.
También se estableció en en el centro-sur de Virginia, en un conjunto de casas en Axton, una pequeña comunidad de unas 6.500 personas.
La velocidad del crecimiento del CJNG en menos de una década ha convertido al cártel en un “peligro claro, presente y creciente”, expresó Uttam Dhillon, administradora interina de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés)
“Quieren controlar todo el mercado de drogas”, dijo Matthew Donahue, quien supervisa las operaciones extranjeras para la DEA. “Si eso los lleva a matar a otros cárteles o a personas inocentes, lo harán”.
La investigación identificó al menos dos docenas de “células”, que la DEA define como lugares donde los miembros del cártel se instalan para hacer negocios y vivir en las comunidades.
Una de sus principales estrategias es contratar a vendedores locales de diferentes etnias, que estén identificados con la comunidad.
“Si viene de un cártel, podrían haber vendido una libra a asiáticos, negros, pandillas de motociclistas al margen de la ley, basura blanca”, señaló el teniente Jeremy Williams, de la Oficina del Sheriff del Condado de Ashe en Carolina del Norte cuyo testimonio en 2014 ayudó a condenar a un traficante relacionado con el CJNG.
“El poderoso sindicato internacional de ‘El Mencho’ (Nemesio Oseguera Cervantes, el fundador) está inundando Estados Unidos con miles de kilos de metanfetaminas, heroína, cocaína y fentanilo cada año, a pesar de ser blanco repetidamente de investigaciones prolongadas”, destaca la investigación que hace énfasis en cómo el flujo interminable de drogas de los cárteles mexicanos ha contribuido a la crisis de adicción sin precedentes de este país, devastando familias y matando a más de 300.000 personas desde 2013.
En México, un investigador de la DEA se dijo sorprendido cuando supo que las células del CJNG estaban apareciendo en comunidades tan pequeñas como Axton. “¿Qué están haciendo en medio de la nada?”, preguntó a su equipo.
Al escuchar más detalles, el investigador, que pidió no ser identificado para proteger su trabajo, reconoció a The Courier Journal: “Es una gran estrategia”. Los miembros de CJNG han seguido a familiares o amigos que dejaron México para migrar a EEUU a buscar trabajo. El cártel aprovecha sus conexiones con migrantes para que en lugar de trabajar en la llamada “pisca” (el campo) se dedican a trabajar para la organización criminal, dijo Dan Dodds, quien dirige las operaciones de la DEA en Kentucky, Tennessee y Virginia Occidental.
La expansión del cártel en comunidades más pequeñas inició hace cinco años, según los analistas de inteligencia. Estas comunidades les dan una mejor oportunidad de pasar desapercibidos para las autoridades.
“Las grandes ciudades tienen grandes departamentos de policía y la DEA, el FBI y (Investigaciones de Seguridad Nacional) y la capacidad de mirar la inteligencia y concentrarse en sus células y contactos”, dijo Donahue de la DEA.