Violencia en Ecuador: Lenín Moreno denunció que hay guerrilleros de las FARC y enviados de Nicolás Maduro infiltrados en las protestas
El presidente ecuatoriano aclaró que los indígenas “no son violentos”, y responsabilizó de la creciente tensión en el país a su antecesor, Rafael Correa, y al dictador venezolano. No descartó presencia de insurgentes del ELN
Infobae
Ecuador continúa inmerso en una profunda tensión tras los recientes anuncios económicos del gobierno. Con el correr de los días la violencia ha ido en aumento durante las manifestaciones, en las que hasta el momento se han registrado cinco muertos. El presidente Lenín Moreno, durante una entrevista con la cadena NTN24, volvió a acusar este jueves al ex jefe de Estado Rafael Correa y al dictador venezolano Nicolás Maduro de “auspiciar” y “organizar” las violentas movilizaciones, y denunció la infiltración de guerrilleros de las FARC.
El mandatario indicó que Correa llegó “hace una semana” a Caracas para recibir órdenes “de ese sátrapa [por Maduro], de ese criminal asesino que está sometiendo al pueblo al peor apocalípsis que se ha visto jamás en América del Sur”.
“Yo creo que son suficientes evidencias de lo que está pasando; lo están viendo ustedes en Colombia, y lo estamos viendo nosotros en Ecuador”, manifestó Lenín Moreno.
El presidente ecuatoriano aseguró que hay “venezolanos enviados” y no descartó la presencia de guerrilleros colombianos de la FARC. “Estamos teniendo ya las pruebas de que hay gente de las FARC inmersa. La metodología que utilizan es casi igual. Ninguna duda de que existen venezolanos enviados, están presentes en las tomas (...) Se sumaron inmediatamente a la medida y empezaron con sus actos violentos. Porque en esencia los indígenas no son violentos, ellos suelen manifestarse en paz, enérgicamente pero en paz, y a eso tienen derecho, de acuerdo a la Constitución”.
“Lo que no tiene derecho nadie es hacer lo que hicieron estos sinvergüenzas, auspiciados desde Caracas, con las órdenes de Maduro y Correa, para empezar a agredir a las personas, a dañar los bienes públicos”, aclaró a la cadena colombiana NTN24 el jefe de Estado.
Consultado sobre la presunta presencia de guerrilleros del ELN, respondió: “Estamos consiguiendo las pruebas”.
Moreno reiteró que los recientes hechos de violencia forman parte de “un proceso de desestabilización” orquestado por Correa y volvió a expresar su disposición a entablar un diálogo con los indígenas y todos los actores sociales. Pero aclaró: “Primero la paz”.
“He recibido la llamada gentil de autoridades nacionales e internacionales que se han comprometido a hacer una convocatoria al diálogo, pero para el diálogo primero tiene que haber paz, primero que los ciudadanos estén en paz, que las ciudades estén abastecidas y que no se los esté amenazando con matarlos de hambre. Bajo esas circunstancias no puede haber diálogo. Dos personas que se están golpeando, no pueden hablar de paz al mismo tiempo”, consideró.
Si bien sostuvo que en ningún momento pensó en renunciar, subrayó que no pretende llegar al final de su mandato “por un puesto”. “Yo jamás busqué este puesto, pero si estoy aquí me corresponde cumplir con la tarea de cuidar a los ecuatorianos, y que se cuide la Constitución y la democracia. Yo me puedo ir mañana y no me despeino. Pero con principios no se claudica; yo soy una persona de principios. Eso no es negociable”.
“Bajo ninguna circunstancia pensé renunciar. Tengo que pacificar el país. No tuve temor de ser derrocado. Yo hace 20 años estaba muerto. Los médicos determinaron que estaba muerto. A mí Dios me proporcionó 20 años más de vida, y le estoy totalmente agradecido. Pero miedo a la muerte no tengo, porque sé perfectamente qué significa la muerte. Mientras esté vivo, a cumplir con la Constitución, a defender la democracia y la libertad de los ecuatorianos”, concluyó.
Tras el estallido de los actos de violencia, Moreno decidió trasladar la sede del gobierno de Quito a Guayaquil. Sin embargo, este miércoles regresó a la capital para monitorear la situación de las protestas. La ministra de Gobierno, María Paula Romo, indicó que el Ejecutivo cree es en Quito donde “hay un mayor riesgo de incidentes”.
Este jueves, la principal organización indígena volvió a rechazar un diálogo con el Gobierno y llamó a “radicalizar las acciones”.
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Ecuador continúa inmerso en una profunda tensión tras los recientes anuncios económicos del gobierno. Con el correr de los días la violencia ha ido en aumento durante las manifestaciones, en las que hasta el momento se han registrado cinco muertos. El presidente Lenín Moreno, durante una entrevista con la cadena NTN24, volvió a acusar este jueves al ex jefe de Estado Rafael Correa y al dictador venezolano Nicolás Maduro de “auspiciar” y “organizar” las violentas movilizaciones, y denunció la infiltración de guerrilleros de las FARC.
El mandatario indicó que Correa llegó “hace una semana” a Caracas para recibir órdenes “de ese sátrapa [por Maduro], de ese criminal asesino que está sometiendo al pueblo al peor apocalípsis que se ha visto jamás en América del Sur”.
“Yo creo que son suficientes evidencias de lo que está pasando; lo están viendo ustedes en Colombia, y lo estamos viendo nosotros en Ecuador”, manifestó Lenín Moreno.
El presidente ecuatoriano aseguró que hay “venezolanos enviados” y no descartó la presencia de guerrilleros colombianos de la FARC. “Estamos teniendo ya las pruebas de que hay gente de las FARC inmersa. La metodología que utilizan es casi igual. Ninguna duda de que existen venezolanos enviados, están presentes en las tomas (...) Se sumaron inmediatamente a la medida y empezaron con sus actos violentos. Porque en esencia los indígenas no son violentos, ellos suelen manifestarse en paz, enérgicamente pero en paz, y a eso tienen derecho, de acuerdo a la Constitución”.
“Lo que no tiene derecho nadie es hacer lo que hicieron estos sinvergüenzas, auspiciados desde Caracas, con las órdenes de Maduro y Correa, para empezar a agredir a las personas, a dañar los bienes públicos”, aclaró a la cadena colombiana NTN24 el jefe de Estado.
Consultado sobre la presunta presencia de guerrilleros del ELN, respondió: “Estamos consiguiendo las pruebas”.
Moreno reiteró que los recientes hechos de violencia forman parte de “un proceso de desestabilización” orquestado por Correa y volvió a expresar su disposición a entablar un diálogo con los indígenas y todos los actores sociales. Pero aclaró: “Primero la paz”.
“He recibido la llamada gentil de autoridades nacionales e internacionales que se han comprometido a hacer una convocatoria al diálogo, pero para el diálogo primero tiene que haber paz, primero que los ciudadanos estén en paz, que las ciudades estén abastecidas y que no se los esté amenazando con matarlos de hambre. Bajo esas circunstancias no puede haber diálogo. Dos personas que se están golpeando, no pueden hablar de paz al mismo tiempo”, consideró.
Si bien sostuvo que en ningún momento pensó en renunciar, subrayó que no pretende llegar al final de su mandato “por un puesto”. “Yo jamás busqué este puesto, pero si estoy aquí me corresponde cumplir con la tarea de cuidar a los ecuatorianos, y que se cuide la Constitución y la democracia. Yo me puedo ir mañana y no me despeino. Pero con principios no se claudica; yo soy una persona de principios. Eso no es negociable”.
“Bajo ninguna circunstancia pensé renunciar. Tengo que pacificar el país. No tuve temor de ser derrocado. Yo hace 20 años estaba muerto. Los médicos determinaron que estaba muerto. A mí Dios me proporcionó 20 años más de vida, y le estoy totalmente agradecido. Pero miedo a la muerte no tengo, porque sé perfectamente qué significa la muerte. Mientras esté vivo, a cumplir con la Constitución, a defender la democracia y la libertad de los ecuatorianos”, concluyó.
Tras el estallido de los actos de violencia, Moreno decidió trasladar la sede del gobierno de Quito a Guayaquil. Sin embargo, este miércoles regresó a la capital para monitorear la situación de las protestas. La ministra de Gobierno, María Paula Romo, indicó que el Ejecutivo cree es en Quito donde “hay un mayor riesgo de incidentes”.
Este jueves, la principal organización indígena volvió a rechazar un diálogo con el Gobierno y llamó a “radicalizar las acciones”.