Un gol de Theo no evita la derrota del Milán en Roma
Los de Pioli siguen en crisis y caen 2-1 en el Olímpico: el exmadridista empató tras un tanto de Dzeko, pero Zaniolo firmó el gol del triunfo para Paulo Fonseca.
Mirko Calemme
As
La Roma batió a un Milán que no levanta cabeza a pesar del cambio de entrenador: los capitalinos, en cambio, ahora marchan quintos, lejos apenas un punto del Nápoles, que los visitará dentro de una semana. Pioli volvió a salir de inicio sin Piatek, apostando por una delantera con Suso y Calhanoglu a los costados de Leao. Fonseca, en total emergencia (la lista de lesionados da miedo: Mkhitaryan, Diawara, Kalinic, Pellegrini, Zappacosta, Under, Cristante...) tuvo que adaptar a Mancini en el mediocampo.
Leao, Paquetá y Calhanoglu crearon peligros en el área giallorossa, pero los milanisti todavía carecen de una identidad clara y, sobre todo, siguen cometiendo muchos errores individuales. Antes del descanso, Mancini peinó un córner de Veretout para Dzeko, al que Kessié dejó solo, y el bosnio, que sigue llevando máscara protectora, abrió la lata con un testarazo.
El tanto parecía haber apagado a los milaneses, que pudieron encajar el segundo nada más comenzar la reanudación tres veces, con Pastore (que volvió a un buen nivel de forma), una falta de Kolarov y un cabezazo de Smalling.
Justo en su peor momento, el Milán puso las tablas gracias a un Theo Hernández que representa su única buena noticia de estas semanas: el exmadridista, muchas veces imparable, controló un centro de Calabria y batió a Pau López con un remate desviado por Smalling, firmando su segundo gol en la Serie A. El conjunto de Pioli colocó rápidamente el balón en el centro del campo prometiendo remontada, pero ni tres minutos después ya encajaba el 2-1: un mal pase de Calabria le entregó el balón a Dzeko, que cedió, con la ayuda de Musacchio, el balón a Zaniolo. El joven talento romanista, solo ante Donnarumma, no falló.
La Roma rozó varias veces la sentencia, mientras que el Milán se volvió a ver sólo en el descuento, cuando Calhanoglu, dos veces, estuvo cerca del 2-2. El marcador no volvió a moverse y Pioli, en sus primeros dos partidos de rossonero, cosechó apenas un punto. La crisis sigue.
As
La Roma batió a un Milán que no levanta cabeza a pesar del cambio de entrenador: los capitalinos, en cambio, ahora marchan quintos, lejos apenas un punto del Nápoles, que los visitará dentro de una semana. Pioli volvió a salir de inicio sin Piatek, apostando por una delantera con Suso y Calhanoglu a los costados de Leao. Fonseca, en total emergencia (la lista de lesionados da miedo: Mkhitaryan, Diawara, Kalinic, Pellegrini, Zappacosta, Under, Cristante...) tuvo que adaptar a Mancini en el mediocampo.
Leao, Paquetá y Calhanoglu crearon peligros en el área giallorossa, pero los milanisti todavía carecen de una identidad clara y, sobre todo, siguen cometiendo muchos errores individuales. Antes del descanso, Mancini peinó un córner de Veretout para Dzeko, al que Kessié dejó solo, y el bosnio, que sigue llevando máscara protectora, abrió la lata con un testarazo.
El tanto parecía haber apagado a los milaneses, que pudieron encajar el segundo nada más comenzar la reanudación tres veces, con Pastore (que volvió a un buen nivel de forma), una falta de Kolarov y un cabezazo de Smalling.
Justo en su peor momento, el Milán puso las tablas gracias a un Theo Hernández que representa su única buena noticia de estas semanas: el exmadridista, muchas veces imparable, controló un centro de Calabria y batió a Pau López con un remate desviado por Smalling, firmando su segundo gol en la Serie A. El conjunto de Pioli colocó rápidamente el balón en el centro del campo prometiendo remontada, pero ni tres minutos después ya encajaba el 2-1: un mal pase de Calabria le entregó el balón a Dzeko, que cedió, con la ayuda de Musacchio, el balón a Zaniolo. El joven talento romanista, solo ante Donnarumma, no falló.
La Roma rozó varias veces la sentencia, mientras que el Milán se volvió a ver sólo en el descuento, cuando Calhanoglu, dos veces, estuvo cerca del 2-2. El marcador no volvió a moverse y Pioli, en sus primeros dos partidos de rossonero, cosechó apenas un punto. La crisis sigue.
