Ter Stegen no 'para' al vestuario: aún no hubo cumbre
El portero anunció tras el triunfo agónico en Praga que quería convocar una reunión urgente para hacer autocrítica, pero por ahora ha sido imposible.
Javier Miguel
As
Uno de los jugadores que salió más enfadado del partido ante el Slavia fue el meta alemán Marc André Ter Stegen. Su imperiosa actuación no impidió que el portero se marchara visiblemente contrariado, consciente que el equipo había cometido muchos desajustes defensivos, reclamando una reunión urgente con los compañeros para intentar hacer autocrítica y encontrar soluciones ante tanto desbarajuste. "Estoy enfadado porque no hemos jugado al nivel que queríamos estar; es necesario que hablemos de algunas cosas. No vamos a hablar públicamente sino que lo haremos en el vestuario, entre nosotros, entre la gente que ha estado en el campo", señaló un enojado Ter Stegen a las cámaras de Movistar.
Pues bien, el guardameta internacional no ha podido aún convocar la reunión con sus compañeros en la que espera abrir la caja de los truenos de lo que pasó en Praga. Este jueves no ha habido ninguna cumbre en el vestuario ni tampoco ningún gesto de autocrítica, más bien todo lo contrario, ya que los jugadores han intentado pasar de puntillas sobre lo que pasó ante el Slavia, ofreciendo una imagen distendida y relajada durante el entrenamiento.
De hecho, durante el viaje de vuelta ya se fue difuminando el rictus de cabreo en la plantilla y hasta más de uno acabó bromeando por lo mal que lo pasaron en el campo.
Sí es cierto, en todo caso, que nada más acabar el partido hubo momentos de tensión y enfado dentro del vestuario entre los jugadores, conscientes que el triunfo y el liderato no escondían la pésima imagen que había dado el equipo, sobre todo en los últimos diez minutos, obligado a achicar balones como si fueran un equipo de Tercera ante la presión del rival.
Asimismo, reapareció por momentos el recuerdo del partido de Anfield de la pasada temporada, donde el equipo fue superado en todos los sentidos por el Liverpool. Pero el problema en Praga fue que el Slavia era un equipo claramente inferior y, pese a todo, los blaugrana no supieron salir del embrollo, ofreciendo una imagen de equipo pequeño.
El cabreo en el vestuario era de tal envergadura que optaron por esconderse y no pasar por la zona mixta para atender a los medios como obliga la UEFA. Tampoco es que los responsables de prensa insistieran mucho, limitándose a señalar que estaban "muy calientes" y que no querían hacer declaraciones. En todo caso, con la de Ter Stegen bastó para conocer la opinión del vestuario. Un claro y rotundo: "Así, no".
Javier Miguel
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Uno de los jugadores que salió más enfadado del partido ante el Slavia fue el meta alemán Marc André Ter Stegen. Su imperiosa actuación no impidió que el portero se marchara visiblemente contrariado, consciente que el equipo había cometido muchos desajustes defensivos, reclamando una reunión urgente con los compañeros para intentar hacer autocrítica y encontrar soluciones ante tanto desbarajuste. "Estoy enfadado porque no hemos jugado al nivel que queríamos estar; es necesario que hablemos de algunas cosas. No vamos a hablar públicamente sino que lo haremos en el vestuario, entre nosotros, entre la gente que ha estado en el campo", señaló un enojado Ter Stegen a las cámaras de Movistar.
Pues bien, el guardameta internacional no ha podido aún convocar la reunión con sus compañeros en la que espera abrir la caja de los truenos de lo que pasó en Praga. Este jueves no ha habido ninguna cumbre en el vestuario ni tampoco ningún gesto de autocrítica, más bien todo lo contrario, ya que los jugadores han intentado pasar de puntillas sobre lo que pasó ante el Slavia, ofreciendo una imagen distendida y relajada durante el entrenamiento.
De hecho, durante el viaje de vuelta ya se fue difuminando el rictus de cabreo en la plantilla y hasta más de uno acabó bromeando por lo mal que lo pasaron en el campo.
Sí es cierto, en todo caso, que nada más acabar el partido hubo momentos de tensión y enfado dentro del vestuario entre los jugadores, conscientes que el triunfo y el liderato no escondían la pésima imagen que había dado el equipo, sobre todo en los últimos diez minutos, obligado a achicar balones como si fueran un equipo de Tercera ante la presión del rival.
Asimismo, reapareció por momentos el recuerdo del partido de Anfield de la pasada temporada, donde el equipo fue superado en todos los sentidos por el Liverpool. Pero el problema en Praga fue que el Slavia era un equipo claramente inferior y, pese a todo, los blaugrana no supieron salir del embrollo, ofreciendo una imagen de equipo pequeño.
El cabreo en el vestuario era de tal envergadura que optaron por esconderse y no pasar por la zona mixta para atender a los medios como obliga la UEFA. Tampoco es que los responsables de prensa insistieran mucho, limitándose a señalar que estaban "muy calientes" y que no querían hacer declaraciones. En todo caso, con la de Ter Stegen bastó para conocer la opinión del vestuario. Un claro y rotundo: "Así, no".