SLAVIA DE PRAGA 1-BARCELONA 2 / El parto de Praga

El Slavia exprime al máximo al Barça. Ter Stegen clave, Messi goleador y la suerte de un autogol ponen líderes a los blaugrana.

Santi Giménez
As
Conquistó el Barça Praga venciendo al Slavia por 1-2 tras un partido que fue un parto en el que los checos exprimieron al conjunto barcelonista, que se llevó los tres puntos que le ponen líder del grupo gracias a la suerte, la estupenda actuación de Messi y la suerte de un gol en propia puerta.


Crear falsas expectativas es algo arriesgado. Trpisovsky reconoció en la previa del partido que había arengado a sus jugadores diciendo que el que parara a Messi sería “inmortal”. Pues a los tres minutos de partido, Messi dejó claro que para inmortales, él y pocos más. El argentino robó un balón cuando los checos trataban de salir con la pelota controlada, habilitó a Arthur, quien se la devolvió al argentino para que marcara el primero del partido.

Si el Barça se creyó que a partir de ese tanto el duelo iba a estar controlado se equivocó de medio a medio. Jugar contra el Slavia es hacerlo ante una manada de lobos que actúan como una unidad militar en todos los rincones del campo. Del primer, al último minuto. Nunca desfallecen ni dejan de ser solidarios. El marcador no les importa, únicamente quieren cazar a la presa, robarle el balón y salir a morder. Y eso es lo que hicieron. Pero de entrada se toparon ante un muro que no esperaban: un fabuloso Marc-André Ter Stegen.

El portero alemán del Barcelona evitó en la primera parte tres goles claros de los checos con sus paradas: uno en el minuto 20 a Zeleny con el pie, otro en el 36 a Masopust y un minuto después voló a la escuadra para evitar el tanto de Olayinka.

Gracias a la exhibición del guardameta, que corregía con sus vuelos las imprecisiones de Piqué, los resbalones de Semedo y las pérdidas de Busquets, el Barça logró alcanzar la orilla del descanso con la ventaja que daba el tanto de Messi.

Ante el ataque de los checos, el Barça buscaba contragolpes y tanto Suárez como De Jong tuvieron ocasión de ampliar ventaja, pero no lo lograron. Bastante tenía el Barça con salir vivo de esa primera parte en la que se enfrentó a un equipo con una intensidad impresionante.

Metió más candela el técnico local en el inicio de la segunda parte dando entrada a Tecl por Zeleny. Aumentaba la tortura a los zagueros blaugrana de manera inversamente proporcional a la que el Barça le urgía poner pausa al partido, pero Arthur ayer estaba especialmente horrible. Al hilo de sus pérdidas el Barça se encerró en su área, el Slavia olió la sangre y Boril fusiló a Ter Stegen, que no llegó a su cuarto milagro seguido.

Con el Barça en la lona, la suerte vino a ver a los blaugrana en forma de gol en propia puerta de Olayinka, que desvió con el cuerpo un centro de Suárez a un saque de falta de Messi. Era la primera vez que el Barça pasaba de medio campo en la segunda parte.

El tantop blaugrana abrió el partido. El Slavia no se rindió, pero Messi tomó el mando de las operaciones en el Barcelona a partir de una falta grosera que recibió de Boril. El argentino puso a prueba a Kolar y dio una asistencia a Suárez que el uruguayo falló ante el portero. Para dar más pimienta al duelo, Valverde dio entrada a Dembélé.

El resultado fueron unos últimos minutos en los que el Barça achicaba agua como podía de su área buscando una contra definitiva y urgente en vez de mantener la pelota. El partido acabó entre estertores de los culés, que sufrieron como perros para poder explicarle a quien les quiere y está sufriendo que volvieron a ganar.

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