Por qué Vettel se saltó la salida y no fue sancionado por la FIA
Día duro para los comisarios: el embrague de ‘Seb’, la sanción tardía a Leclerc o el fallo que hizo saltar la bandera a cuadros una vuelta antes de lo previsto.
Jesús Balseiro
As
Los comisarios de la FIA y los miembros de Dirección de Carrera pasaron uno de los grandes premios más complicados que se recuerdan. Por el formato, condensado en el domingo con una clasificación exprés (que tuvo dos banderas rojas por accidentes de Kubica y Magnussen) para dar paso a una carrera con momentos difíciles de explicar, literalmente, desde que se apagaron los semáforos hasta que se decretó la bandera a cuadros.
Empezando por el principio, fue evidente que Vettel se saltó la salida, arrancó con las luces rojas aún encendidas, y aunque la acción fue investigada, no hubo la penalización habitual (Raikkonen tuvo un drive through en Rusia por este motivo). ¿Por qué? Porque el procedimiento de sanción en este caso no es interpretativo, sino mecánico: unos sensores situados en el asfalto controlan el movimiento del monoplaza y si supera una determinada distancia y abandona los límites de la línea blanca de la parrilla, recibe una sanción. Seb arrancó antes de tiempo, pero se paró y aún no había traspasado esa línea. "Fue un error", dijo él, que aseguró que no esperaba ser sancionado, a lo que Hamilton le replicó entre risas: "Venga, estás mintiendo".
Después llegó el caso Leclerc-Verstappen: el monegasco se llevó por delante a Mad Max en la salida y asumió el error después. No obstante, en un primer momento se informó que el incidente había sido anotado y no habría sanción. Luego se reinició la investigación y se acordó que hablarían tras la carrera. Entonces llegó el doble castigo para Leclerc: 10 segundos por no parar a tiempo con el alerón dañado y cinco por el toque a Max. Si le hubieran comunicado la sanción durante la carrera, Ferrari no le habría mandado hacer un tercer pit stop y habría mantenido la sexta plaza en lugar de caer a la séptima.
Por último, lo más llamativo: la carrera estaba programada a 53 vueltas pero acabó en la 52. No saltó la bandera a cuadros ni en la recta ni en las pantallas que llevan los volantes de los pilotos, pero el sistema de cronometraje sí interpretó que había terminado por un error que estudia la FIA. Eso propició que Sergio Pérez acabara noveno, en los puntos, cuando su Racing Point había acabado contra el muro después de tocarse con Gasly. La clasificación final fue la de la penúltima vuelta, y entonces Checo figuraba en el top-10.
Jesús Balseiro
As
Los comisarios de la FIA y los miembros de Dirección de Carrera pasaron uno de los grandes premios más complicados que se recuerdan. Por el formato, condensado en el domingo con una clasificación exprés (que tuvo dos banderas rojas por accidentes de Kubica y Magnussen) para dar paso a una carrera con momentos difíciles de explicar, literalmente, desde que se apagaron los semáforos hasta que se decretó la bandera a cuadros.
Empezando por el principio, fue evidente que Vettel se saltó la salida, arrancó con las luces rojas aún encendidas, y aunque la acción fue investigada, no hubo la penalización habitual (Raikkonen tuvo un drive through en Rusia por este motivo). ¿Por qué? Porque el procedimiento de sanción en este caso no es interpretativo, sino mecánico: unos sensores situados en el asfalto controlan el movimiento del monoplaza y si supera una determinada distancia y abandona los límites de la línea blanca de la parrilla, recibe una sanción. Seb arrancó antes de tiempo, pero se paró y aún no había traspasado esa línea. "Fue un error", dijo él, que aseguró que no esperaba ser sancionado, a lo que Hamilton le replicó entre risas: "Venga, estás mintiendo".
Después llegó el caso Leclerc-Verstappen: el monegasco se llevó por delante a Mad Max en la salida y asumió el error después. No obstante, en un primer momento se informó que el incidente había sido anotado y no habría sanción. Luego se reinició la investigación y se acordó que hablarían tras la carrera. Entonces llegó el doble castigo para Leclerc: 10 segundos por no parar a tiempo con el alerón dañado y cinco por el toque a Max. Si le hubieran comunicado la sanción durante la carrera, Ferrari no le habría mandado hacer un tercer pit stop y habría mantenido la sexta plaza en lugar de caer a la séptima.
Por último, lo más llamativo: la carrera estaba programada a 53 vueltas pero acabó en la 52. No saltó la bandera a cuadros ni en la recta ni en las pantallas que llevan los volantes de los pilotos, pero el sistema de cronometraje sí interpretó que había terminado por un error que estudia la FIA. Eso propició que Sergio Pérez acabara noveno, en los puntos, cuando su Racing Point había acabado contra el muro después de tocarse con Gasly. La clasificación final fue la de la penúltima vuelta, y entonces Checo figuraba en el top-10.