La UE baraja una breve prórroga del Brexit a la que Johnson se resiste

La reunión de los embajadores de los Veintisiete ha mostrado que, en principio, ningún país vetaría la concesión del nuevo aplazamiento

Bernardo de Miguel
Bruselas, El País
La saga del Brexit no tiene entregas sencillas o sin intriga. El capítulo de la tercera prórroga de la salida del Reino Unido de la UE ha entrado este miércoles en una fase de regateo entre los socios comunitarios sobre las condiciones y la duración del nuevo plazo. Y se ha visto aderezado por las llamadas telefónicas a Bruselas y Berlín del primer ministro británico, Boris Johnson, para rogar que no se conceda la prórroga después de haberse visto obligado a pedirla por imperativo legal de su Parlamento británico.


El desbarajuste londinense ha llevado a los 27 miembros de la UE, reunidos en Bruselas a nivel de embajadores, a pedir algo más de tiempo para analizar la posible prórroga, a la espera de que la situación política en el Reino Unido se aclare en la medida de lo posible. La cita era solo un primer tanteo, para sopesar el nivel de consenso a favor de la prórroga. Pero ya ha revelado que incluso una decisión aparentemente poco polémica, como es la de evitar un Brexit brutal mediante otra prórroga, es susceptible de suscitar diferentes pareceres.

La reunión de los embajadores ha mostrado que, en principio, ningún país vetaría la concesión del nuevo aplazamiento, el tercero desde el pasado 29 de marzo, que era la fecha inicialmente prevista para consumar el Brexit.

Pero la división emerge a la hora de concretar el nuevo plazo, con París a favor de conceder solo "unos cuantos días" para que el Reino Unido apruebe definitivamente el Acuerdo de salida, mientras que otros países, con Irlanda al frente, abogan por agotar el período propuesto por Londres, que retrasaría el Brexit hasta el 31 de enero de 2020.

La secretaria de Estado de Asuntos Europeos de Francia, Amélie de Montchalin, diferencia entre una prórroga de carácter meramente técnico, para facilitar la ratificación del Acuerdo de salida en Westminster, y una prórroga más larga si la aprobación del Acuerdo se complica. En el segundo caso, "hará falta un debate político mucho más duro", ha advertido de Montchalin ante la Asamblea francesa.

"Nuestra posición dependerá de lo que pase en el Parlamento británico en los próximos días", ha precisado la secretaria de Estado francesa. La misma pausa se respetará en Bruselas, donde los embajadores de los 27 han acordado seguir a final de semana, previsiblemente el viernes, el debate sobre la prórroga. Sobre la negociación planea, una vez más, el riesgo de que la UE se vea atrapada en el embrollo británico, cuya tramitación del Brexit puede entrar en una vía lenta y tortuosa de final impredecible.

A pesar de ese temor, ningún país europeo parece dispuesto a precipitar una ruptura sin acuerdo, aunque Francia lleva meses endureciendo su posición y amagando con esa posibilidad. El presidente Macron ya advirtió tras la última cumbre europea que no se deja intimidar "por la dictadura de la mayoría" tras haber vetado el inicio de las negociaciones para la adhesión con Macedonia del Norte y Albania.

La paradoja en el caso del Brexit es que el propio Gobierno británico es el que está animando, tal vez con la boca pequeña, a que la UE rechace la prórroga. Johnson ha telefoneado este miércoles al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y a la canciller alemana, Angela Merkel, para reiterar su convencimiento de que Reino Unido debe salir de la UE el próximo 31 de octubre.

Johnson insiste en que ya hay en el Parlamento británico mayoría suficiente para aprobar el Acuerdo de salida que su Gobierno pactó con la UE el pasado 17 de octubre. Un cálculo que, sin embargo, no se ha materializado de momento. El Parlamento ha dado un visto bueno preliminar al texto pactado, pero solo para iniciar una tramitación legislativa que se augura plagada de enmiendas y maniobras para dilatar el proceso.

Tusk ha rechazado la petición de Johnson, tras explicarle las razones por las que Bruselas prefiere una prórroga antes que exponerse a un Brexit sin acuerdo. El argumentario de Tusk es secundado también por Berlín. El portavoz de Merkel ha indicado que la concesión de la prórroga "no fracasará por culpa de Alemania".

Fuentes europeas han indicado que Tusk "continuará con sus consultas" con las capitales, con vistas a pactar el aplazamiento del Brexit. El presidente del Consejo confía en lograr un consenso esta semana o la que viene, con el objetivo de poder aprobar la prórroga por procedimiento escrito. Ese sistema permite dar el visto mediante la concesión de un plazo para que todos los Gobiernos se pronuncien sobre el posible acuerdo. En caso de silencio unánime, se da por aceptado.

La fórmula permite evitar la convocatoria de una nueva cumbre extraordinaria en Bruselas, una opción que ni Tusk ni los presidentes de Gobierno de los 27 parecen desear. La celebración de otra cumbre denotaría una profunda división en el seno de la UE o un riesgo de crisis grave con Londres. Dos opciones que los europeos prefieren no aventar.

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