La detención de Ovidio: la misteriosa llamada que desató el infierno en Culiacán
El caso Culiacán despierta cada vez más dudas. Un nuevo video dado a conocer por el gobierno mexicano muestra la detención del hijo del “Chapo” y deja la duda de por qué se le permitió a Ovidio hablar por teléfono
Infobae
“Dile a tu gente que ya pare todo”, se escuchó decir a uno de los agentes de la policía ministerial que el pasado 17 de octubre detuvieron a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ex líder del cártel de Sinaloa.
En un video difundido hoy por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se puede apreciar el momento en que el hijo de Guzmán Loera no ofrece resistencia y pide a sus allegados y a las fuerzas federales parar con la violencia que en ese momento atormentaba las calles de Culiacán, capital de Sinaloa y considerada el Corleone (Sicilia) de México.
“Ya paren todo oiga, ya me entregué, ya paren todo, por favor. Ya paren todo, ya tranquilos, ya ni modo. Dígales que se retiren. Pero ya dígales, ya no quiero que haya desmadres. ¡Ya no quiero que haya desmadre por favor!”, se escucha decir a Ovidio Guzmán en el vídeo.
En la grabación se observa que a las 15:17 horas de Ciudad de México (14:17 en Culiacán), Guzmán sale a un estacionamiento con las manos en la cabeza y, luego de ser puesto contra la pared, realiza una llamada telefónica en la que pide a uno de sus hermanos que cesen la violencia contra la ciudadanía.
El video comienza con un grupo de agentes reunidos en lo que parece ser la parte posterior del inmueble, cerca de una puerta en la que se encuentra acorralado Ovidio Guzmán, a quien están esperando para arrestar en cuanto cruce el umbral del acceso aledaño. Al fondo no se dejan de escuchar las ráfagas de disparos.
En el segundo 46 la puerta se abre. Empieza el forcejeo. Los gritos entorpecen la claridad de lo que se dice.
“¡Él no tiene nada que ver, oiga!”, dice el narcotraficante, refiriéndose al individuo que en ese momento lo acompañaba y trataba de protegerlo de los agentes.
Una mujer que también estaba a su lado se mostró visiblemente nerviosa, y les pidió explicaciones a los miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional. Estos le piden que se tranquilice y le dicen que no son miembros de grupos criminales.
Mientras tanto, Ovidio y otros hombres fueron sometidos contra la pared. “¡Dile a tu gente que pare todo!”, le pidió repetitivamente uno de elementos de las fuerzas de seguridad.
“¡Ya no quiero que haya desmadre por favor!”, exclamó Ovidio mientras hablaba por teléfono con algún alto mando del Cártel de Sinaloa que, según algunas versiones, podría haberse tratado de su hermano Iván Archivaldo.
(Crédito: Infobae)
(Crédito: Infobae)
Según el titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, una hora después del suceso del vídeo se informó al presidente Andrés Manuel López Obrador de lo que estaba ocurriendo.
Aproximadamente una hora después de la operación, se reportaron vehículos con gente armada rodeando la casa donde se llevaba a cabo el operativo, y también en las bases militares de operaciones de Cosalá, Costa Rica y El Fuerte, donde se mantiene a parte del personal militar.
Horas después, Ovidio Guzmán fue dejado en libertad cuando el Gobierno mexicano se vio superado por el poderoso cártel de Sinaloa.
El Gobierno de México tomó la decisión de soltar al hijo del “Chapo” bajo el argumento de que sólo así se podía proteger la vida de los ciudadanos de Culiacán.
“No puede valer más la captura de un delincuente que la vida de las personas”, justificó el mandatario.
El presidente López Obrador ha defendido en distintas ocasiones que él respaldó dicha decisión de su gabinete de seguridad pues su estrategia de seguridad no pasa por una confrontación directa con el crimen organizado, sino por atender las causas sociales que inclinan a las personas a la delincuencia.
Este miércoles, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, reiteró su confianza en el plan contra la violencia pese a que el operativo resultó fallido, y al que él mismo calificó como una “acción precipitada”.
“Decidimos no continuar con la idea conservadora de la guerra contra el narco, esa estrategia belicista no solo trajo la violencia desde el poder público sino que las propias instituciones de seguridad se convirtieron en protagonistas de esa violencia, como pudo haber sucedido en Culiacán”, dijo Durazo.
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“Dile a tu gente que ya pare todo”, se escuchó decir a uno de los agentes de la policía ministerial que el pasado 17 de octubre detuvieron a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ex líder del cártel de Sinaloa.
En un video difundido hoy por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se puede apreciar el momento en que el hijo de Guzmán Loera no ofrece resistencia y pide a sus allegados y a las fuerzas federales parar con la violencia que en ese momento atormentaba las calles de Culiacán, capital de Sinaloa y considerada el Corleone (Sicilia) de México.
“Ya paren todo oiga, ya me entregué, ya paren todo, por favor. Ya paren todo, ya tranquilos, ya ni modo. Dígales que se retiren. Pero ya dígales, ya no quiero que haya desmadres. ¡Ya no quiero que haya desmadre por favor!”, se escucha decir a Ovidio Guzmán en el vídeo.
En la grabación se observa que a las 15:17 horas de Ciudad de México (14:17 en Culiacán), Guzmán sale a un estacionamiento con las manos en la cabeza y, luego de ser puesto contra la pared, realiza una llamada telefónica en la que pide a uno de sus hermanos que cesen la violencia contra la ciudadanía.
El video comienza con un grupo de agentes reunidos en lo que parece ser la parte posterior del inmueble, cerca de una puerta en la que se encuentra acorralado Ovidio Guzmán, a quien están esperando para arrestar en cuanto cruce el umbral del acceso aledaño. Al fondo no se dejan de escuchar las ráfagas de disparos.
En el segundo 46 la puerta se abre. Empieza el forcejeo. Los gritos entorpecen la claridad de lo que se dice.
“¡Él no tiene nada que ver, oiga!”, dice el narcotraficante, refiriéndose al individuo que en ese momento lo acompañaba y trataba de protegerlo de los agentes.
Una mujer que también estaba a su lado se mostró visiblemente nerviosa, y les pidió explicaciones a los miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional. Estos le piden que se tranquilice y le dicen que no son miembros de grupos criminales.
Mientras tanto, Ovidio y otros hombres fueron sometidos contra la pared. “¡Dile a tu gente que pare todo!”, le pidió repetitivamente uno de elementos de las fuerzas de seguridad.
“¡Ya no quiero que haya desmadre por favor!”, exclamó Ovidio mientras hablaba por teléfono con algún alto mando del Cártel de Sinaloa que, según algunas versiones, podría haberse tratado de su hermano Iván Archivaldo.
(Crédito: Infobae)
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Según el titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, una hora después del suceso del vídeo se informó al presidente Andrés Manuel López Obrador de lo que estaba ocurriendo.
Aproximadamente una hora después de la operación, se reportaron vehículos con gente armada rodeando la casa donde se llevaba a cabo el operativo, y también en las bases militares de operaciones de Cosalá, Costa Rica y El Fuerte, donde se mantiene a parte del personal militar.
Horas después, Ovidio Guzmán fue dejado en libertad cuando el Gobierno mexicano se vio superado por el poderoso cártel de Sinaloa.
El Gobierno de México tomó la decisión de soltar al hijo del “Chapo” bajo el argumento de que sólo así se podía proteger la vida de los ciudadanos de Culiacán.
“No puede valer más la captura de un delincuente que la vida de las personas”, justificó el mandatario.
El presidente López Obrador ha defendido en distintas ocasiones que él respaldó dicha decisión de su gabinete de seguridad pues su estrategia de seguridad no pasa por una confrontación directa con el crimen organizado, sino por atender las causas sociales que inclinan a las personas a la delincuencia.
Este miércoles, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, reiteró su confianza en el plan contra la violencia pese a que el operativo resultó fallido, y al que él mismo calificó como una “acción precipitada”.
“Decidimos no continuar con la idea conservadora de la guerra contra el narco, esa estrategia belicista no solo trajo la violencia desde el poder público sino que las propias instituciones de seguridad se convirtieron en protagonistas de esa violencia, como pudo haber sucedido en Culiacán”, dijo Durazo.