La desmitificación de la conquista de América

A 500 años de la llegada de Hernán Cortés al continente americano, versiones difieren en cómo han sido retratados estos personajes

Infobae
Fue el 8 de noviembre de 1519 cuando fue el choque de dos mundos, pues Hernán Cortés y Moctezuma se encontraron en Tenochtitlan, el corazón del imperio azteca. Sin embagro, hasta la fecha los hechos están rodeados de mitos, es por eso que académicos de El Colegio Nacional, hablan de los detalles más polémicos que giraron al rededor de este hecho histórico.


Cortés zarpó con 11 naves bajo las órdernes del gobernador de Cuba, Diego Velázquez, hacia Yucatán para comerciar y saquear el oro y riqueza que esperaban que tuviera el Golfo de México.

Sin embargo, Cortés planeó seguir hasta el imperio azteca y fue así como decidió encallar los navíos y no destruirlos como se cree. "Ni las hundió ni las quemó. Las encalló, las envaró para frenar a los inconformes que querían regresar a Cuba”, dijo el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, fundador del Proyecto del Templo Mayor a el diario El País.

Uno de los puntos principales que las leyendas han elevado, es el que Moctezuma recibió a Cortés como un dios, puesto que el tlatoani siempre ha sido retratado como un hombre supersticioso y temeroso.

“Quizá los primeros 10 minutos Moctezuma pensó que podría ser aquel el regreso de Quetzalcóatl, pero al minuto 11 ya no. El tlatoani mexica ya veía el peligro que se presentaba”, agregó Matos.

El arqueólogo también agregó que cuando Moctezuma envió regalos para Cortés, fue con la intención de alejarlo. Sin embargo, estos obsequios llamaron la atención del español. Y, aunque el recibimiento fue pacífico, todo fue un plan para combatirlo de manera diplomática.

Los españoles fueron alojados en el palacio del padre del tlatoani, Axayácatl, en donde la convivencia fue tensa. Pero cuando Cortés fue hacia Veracruz, Pedro de Alvarado hizo una sangrienta matanza en el recinto sagrado de Tenochritlan, lo que provocó el levantamiento mexica. El líder mexica fue entonces apresado en ese mismo palacio.

“Le arrojan piedras, varas, y no logra convencer a sus súbditos. La versión española es que queda mal herido de una pedrada y muere. Yo pienso que fueron los españoles: al haber fracasado Moctezuma en calmar los ímpetus de su gente, ya no les servía a los conquistadores, era un estorbo”, apunta Matos.

El lenguaje no se mezcló por primera vez en este territorio, puesto que los españoles ya tenían un castellano mestizado gracias a su estancia en Cuba. Tenían vestigios de lengua taína y caribe, así como indigenismos como "huracán, canoa, hamaca, ají”, agregó Concepción Company, doctora en filología.

Otro de los mitosas más popularizados a lo largo de los años es el de Malitzin, quien ha sido mal vista por traicionar a su gente. Sin embargo esto no es cierto, puesto que ella no era mexica, sino maya-chontal. "Al contrario. Ella había sido testigo de la expansión del imperio mexica. Estaba uniéndose para apoyar a quienes quizás pudieran defenderlos en contra de Tenochtitlan”, apuntó Matos.

Una de las razones por la cual los conquistadores llegaron al territorio, fue para explotar minerales como el oro. No obstante, fue una desilusión, porque los olmecas, mayas, zapotecas y mexicas valoraban mucho más las plumas finas como las del quetzal, así como piedras metamórficas azules y verdes como el jade. “A la hora de repartir nos dieron tan poco (oro) que ni siquiera lo aceptamos”, dijo el cronista Bernal Díaz del Castillo.

Además, uno de los mitos más grandes era la cantidad de soldados que tenía el ejército español, pues aunque su contingente era de 700 a 1,000 hombres, los españoles consiguieron aliados dentro de los pueblos sometidos por los mexicas.

"En la costa del Golfo y en los actuales Estados de Puebla y Tlaxcala. La presión tributaria era muy fuerte y para ellos fue una manera de liberarse de ese yugo. Fueron miles los que se unieron al contingente español”, recalcó Matos.

16,000 tlaxcaltecas lucharon junto a Alcarado y Cristóbal de Olid, mientras que “8,000 indios de guerra de Chalco y Huejotzingo” fueron lideradors por Gonzalo de Sandoval.

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