Joaquin Phoenix, el brillante protagonista de Joker que creció marcado por una secta, una muerte y una premonición
Deslumbra en “Joker”, interpretando al gran enemigo de Batman. Está cada vez más cerca del Oscar. Pero su vida esta signada por una infancia atípica y el trágico final por sobredosis de su hermano River
Susana Ceballos
Infobae
Dicen que la muerte de un hijo es tan terrible que no existe una palabra para definirla. Pero ¿qué sucede con la muerte de un hermano? Tampoco cuenta con una palabra para nombrarla. Quizá porque también esas despedidas sean de los dolores más brutales que puede experimentar el alma humana.
Un universo de preguntas sin respuestas le estalló en la cara a Joaquin Phoenix el 31 de octubre de 1993. Ese día su hermano River, de 23 años, murió cuando salía de una discoteca. El joven con una de las carreras más prometedoras de Hollywood caía víctima de un letal cóctel de drogas que mezclaba cocaína y heroína líquidas.
Joaquín tenía 19 años cuando supo que su mundo jamás volvería a ser el mismo. Esa noche él también estaba en ese lugar cuando vio que su hermano moría y él no podía salvarlo. Desesperado llamó al 911, ese pedido de auxilio -que se hizo público- muestra toda la angustia de aquel que quiere salvar y no puede.
“Está teniendo espasmos, en la calle Sunset y Larrabee. Por favor, vengan aquí. Creo que tomó Valium o algo así, no lo sé. ¡Por favor! ¡Se está muriendo! ¡Por favor!”, suplica, pero ya la muerte había elegido y no daría marcha atrás.
Hoy ese joven desesperado se convirtió muchos años después en el actor que deslumbra en “Joker”.
Su transformación física es asombrosa: adelgazó 23 kilos para interpretar el papel. Estuvo cuatro meses a dieta y aunque primero trascendió que se alimentaba solo con una manzana diaria, Joaquin explicó que su dieta fue supervisada por un médico y que incluía muchos tipos de verduras. Pero no solo su cambio físico es increíble, también su interpretación. De hecho muchos críticos aseguran que la película no sería lo que es si su protagonista no fuera quien es.
Cinéfilos y no tanto saben hace tiempo que el protagonista de “Joker” juega en las grandes ligas de la actuación. Sin dudas su papel más conocido es el de su perverso emperador en “Gladiador”. Pero también fue ese joven entre bobo y enamorado de “Todo por un sueño”, el torturado Johnny Cash en “Johnny & June”, y el hombre enamorado de una voz en “Ella”. Cada persona puede elegir cuál es su Phoenix favorito en alguna de las 50 películas donde actuó.
Su vida es casi tan rica como sus personajes. Comenzó hace 44 años en Puerto Rico. Sus padres pertenecían a una secta llamada “Niños de Dios” y como misioneros se mudaron a la isla. La secta se basaba en la “Ley del amor”, sin embargo fue prohibida en 1978 denunciada por prostitución y pedofilia.
Pero antes de esta prohibición los Phoenix eran miembros convencidos de la secta y decidieron criar a sus hijos en un ambiente libre, creativo y con algunas particularidades. Sin trabajo fijo, el matrimonio pedía dinero en la calle mientras sus hijos -no escolarizados por opción- cantaban canciones religiosas.
A todos los llamaron con nombres asociados a la naturaleza. River (río), Rain (lluvia), Liberty Butterfly (Mariposa de la libertad) y Summer (mariposa). Consustanciado con el estilo familiar, a los tres años Joaquin decidió que él también quería una vida natural y decidió que se llamaría Leaf (hoja) y además sería vegetariano, decisión que todavía mantiene.
Resulta que sus padres, luego de un tiempo como misioneros en Venezuela, decidieron abandonar la secta porque el líder les había propuesto atraer nuevos fieles usando sexo. Phoenix contó hace poco en una entrevista en la revista Vanity fair cómo fue ese momento: “Recibieron una carta, o como sea que vino, alguna sugerencia de eso y dijeron ‘a la mierda, nos vamos de aquí’”, relató el actor. “Creo que eran idealistas y creían que estaban con un grupo que compartía sus creencias y valores. Creo que probablemente estaban buscando seguridad y familia. Dejar un país que había asesinado a un presidente y a varios líderes de derechos civiles en pocos años, lo cual es muy difícil de entender, ¿no?”, dijo con ironía.
Escasos de dinero, los Phoenix decidieron volver a Estados Unidos en un buque de carga. Cuando llegó el momento de comer, Joaquin vio como los marineros remataban a golpes los peces que capturaban como almuerzo. Sintió que los pescados que le ofrecían como almuerzo “habían sido torturados” y nunca más probó la carne. Sus padres no solo respetaron su decisión sino que toda la familia se hizo vegana.
Hoy hasta sus perros, Oskar y Soda son veganos y también su novia, la talentosísima Rooney Mara. El actor reconoce que sigue una dieta saludable pero con algunos permitidos. “No me gusta la comida chatarra ni los alimentos procesados. Pero todavía puedo comer unas papas fritas o un maldito sándwich”.
Pero volvamos a la historia. Ya instalados en Estados Unidos, la señora Phoenix consiguió un trabajo con un ejecutivo de NBC. River y Rain comenzaron a participar en concursos de talentos infantiles, pronto un agente se contactó con ellos y los hermanos filmaron algunos comerciales.
Los chicos crecieron y su belleza y talento se hizo notar. River fue convocado para filmar “Mi mundo privado”, de Gus Van Sant. Fue en esa época que los hermanos comenzaron a compartir y competir -por algo eran hermanos- acerca de sus conocimientos de cine. “Tenés que ver Toro salvaje” ordenaba el hermano mayor y el menor contestaba “Ok, pero antes mirá todas las comedias de Woody Allen”.
Fue mientras River filmaba con Van Sant que sucedió algo tan extraño como inquietante. Charlaban en la cocina cuando River le sugirió que volviera a llamarse Joaquin y no Leaf. Luego dijo y predijo, según recordó el interprete de “Jocker”: “‘Vas a ser un actor y serás más conocido que yo’, me dijo. Mi madre y yo nos miramos con cara de ‘¿qué diablos está hablando?’. No sé por qué dijo eso o qué sabía de mí mi hermano. No había estado actuando en absoluto. Pero también lo dijo con cierto peso, con un conocimiento que me parecía tan absurdo en ese momento, pero por supuesta ahora, en retrospectiva, piensas: ‘¿Cómo diablos lo sabía?’”.
Tras la muerte de River toda la familia se marchó. Deseaban estar lejos del escándalo y el morbo que despertó su muerte. “Huimos de todo. Fue horrible, los periódicos... no vimos nada de eso, nos marchamos”.
Los Phoenix decidieron instalarse en Costa Rica, un país que tiene como lema “Pura vida”. Y eso era lo que ellos necesitaban, un lugar lejos del dolor y donde se pudieran reconectar con la vida.
Luego de un tiempo, volvieron a Estados Unidos. Joaquin no deseaba volver a actuar pero sus amigos le insistieron y fue así que participó en “Todo por un sueño”. Luego llegó “Círculo de pasiones” donde conoció y se enamoró de la bella Liv Tyler con la que convivió tres años.
Liv no fue la única que ocupó el corazón del actor. También estuvo en pareja con Anna Paquin y las modelos Topaz Page Green y Teuta Memedi.
Desde hace un tiempo su pareja es Rooney Mara. Los orígenes de ambos no pueden ser más distintos. Phoenix creció en una familia de hippies y Rooney pertenece a una millonaria y poderosa familia ligada a las franquicias más importantes del fútbol americano. Él pasó su infancia en distintas casas y países, ella en una mansión. Uno estaba rodeado de religiosos hippies, la otra de empresarios multimillonarios.
Los actores se conocieron en el rodaje de la película “Ella”. Al principio ni se hablaban, él pensó que Rooney lo detestaba hasta que descubrió que solo era tímida. Además, en ese momento mantenía una relación con el director de cine Charlie McDowell. Comenzaron entonces una linda amistad, pero dada la timidez de ella se comunicaban y se contaban todo solo… por mail.
Pero en 2016 se reencontraron y desde entonces están en pareja, aunque no para la prensa. Jamás posan juntos, no participan de alfombras rojas, no hablan de su relación y mucho menos realizan declaraciones de amor en las redes sociales. Solo una vez, tras recibir un premio en Toronto, Phoenix dijo en su discurso: “Aquí, en algún lugar, no sé dónde, hay un sucio dragón, y me gustaría arrancarle las alas, amarrarlo con una manta y dormir con él para siempre… Te quiero. Gracias”.
Nadie entendió mucho qué decía ni a quién se lo decía, hasta que a regañadientes explicó que “sucio dragón” era el apodo con el que llamaba a su pareja y se basaba en el personaje de Lisbeth Salander, de la saga “Millenium” que protagonizó la muchacha.
Hoy Joaquín Phoenix vuelve a ser el centro de todas las miradas, pero a diferencia de tantos actores no lo es por sus escándalos sino solamente por su trabajo. La mayoría de sus criaturas son seres lunáticos, torturados, malvados y bastante retorcidos, de esos que uno ni loco pondría como salvapantallas del celular. Pero también cada vez que interpreta un nuevo rol, el espectador siente que no está solo frente a un actor sino a un hombre que se mete de lleno en la piel de sus personajes. De esos artistas que dejan todo y dejan de ser ellos para ser el otro.
Es verdad que resulta complejo e imposible imaginarse a Joaquín corriendo por su chica en medio del Titanic, cantando bajo la lluvia enamorado o siendo un millonario paralítico desencantado con la vida y encantado con la chica que lo cuida. Pero también es cierto que si uno desea ver una película que sea un golpe a los sentidos, Phoenix jamás defrauda. Alguna vez dijo Joaquin que no entiende a la gente que “deja el culo trabajando, gana un Oscar y después lo aprovecha solo para hacer películas de mierda”. Por eso, tortuosos o no, desmesurados, malditos, hermosos o intrigantes, el espectador sabe que Phoenix es garantía de cine y cine del bueno. No es poco para un hombre que a los 19 años recibió un golpe de nocaut de la vida y sin embargo, vive para contarlo. O al menos para actuarlo.
Susana Ceballos
Infobae
Dicen que la muerte de un hijo es tan terrible que no existe una palabra para definirla. Pero ¿qué sucede con la muerte de un hermano? Tampoco cuenta con una palabra para nombrarla. Quizá porque también esas despedidas sean de los dolores más brutales que puede experimentar el alma humana.
Un universo de preguntas sin respuestas le estalló en la cara a Joaquin Phoenix el 31 de octubre de 1993. Ese día su hermano River, de 23 años, murió cuando salía de una discoteca. El joven con una de las carreras más prometedoras de Hollywood caía víctima de un letal cóctel de drogas que mezclaba cocaína y heroína líquidas.
Joaquín tenía 19 años cuando supo que su mundo jamás volvería a ser el mismo. Esa noche él también estaba en ese lugar cuando vio que su hermano moría y él no podía salvarlo. Desesperado llamó al 911, ese pedido de auxilio -que se hizo público- muestra toda la angustia de aquel que quiere salvar y no puede.
“Está teniendo espasmos, en la calle Sunset y Larrabee. Por favor, vengan aquí. Creo que tomó Valium o algo así, no lo sé. ¡Por favor! ¡Se está muriendo! ¡Por favor!”, suplica, pero ya la muerte había elegido y no daría marcha atrás.
Hoy ese joven desesperado se convirtió muchos años después en el actor que deslumbra en “Joker”.
Su transformación física es asombrosa: adelgazó 23 kilos para interpretar el papel. Estuvo cuatro meses a dieta y aunque primero trascendió que se alimentaba solo con una manzana diaria, Joaquin explicó que su dieta fue supervisada por un médico y que incluía muchos tipos de verduras. Pero no solo su cambio físico es increíble, también su interpretación. De hecho muchos críticos aseguran que la película no sería lo que es si su protagonista no fuera quien es.
Cinéfilos y no tanto saben hace tiempo que el protagonista de “Joker” juega en las grandes ligas de la actuación. Sin dudas su papel más conocido es el de su perverso emperador en “Gladiador”. Pero también fue ese joven entre bobo y enamorado de “Todo por un sueño”, el torturado Johnny Cash en “Johnny & June”, y el hombre enamorado de una voz en “Ella”. Cada persona puede elegir cuál es su Phoenix favorito en alguna de las 50 películas donde actuó.
Su vida es casi tan rica como sus personajes. Comenzó hace 44 años en Puerto Rico. Sus padres pertenecían a una secta llamada “Niños de Dios” y como misioneros se mudaron a la isla. La secta se basaba en la “Ley del amor”, sin embargo fue prohibida en 1978 denunciada por prostitución y pedofilia.
Pero antes de esta prohibición los Phoenix eran miembros convencidos de la secta y decidieron criar a sus hijos en un ambiente libre, creativo y con algunas particularidades. Sin trabajo fijo, el matrimonio pedía dinero en la calle mientras sus hijos -no escolarizados por opción- cantaban canciones religiosas.
A todos los llamaron con nombres asociados a la naturaleza. River (río), Rain (lluvia), Liberty Butterfly (Mariposa de la libertad) y Summer (mariposa). Consustanciado con el estilo familiar, a los tres años Joaquin decidió que él también quería una vida natural y decidió que se llamaría Leaf (hoja) y además sería vegetariano, decisión que todavía mantiene.
Resulta que sus padres, luego de un tiempo como misioneros en Venezuela, decidieron abandonar la secta porque el líder les había propuesto atraer nuevos fieles usando sexo. Phoenix contó hace poco en una entrevista en la revista Vanity fair cómo fue ese momento: “Recibieron una carta, o como sea que vino, alguna sugerencia de eso y dijeron ‘a la mierda, nos vamos de aquí’”, relató el actor. “Creo que eran idealistas y creían que estaban con un grupo que compartía sus creencias y valores. Creo que probablemente estaban buscando seguridad y familia. Dejar un país que había asesinado a un presidente y a varios líderes de derechos civiles en pocos años, lo cual es muy difícil de entender, ¿no?”, dijo con ironía.
Escasos de dinero, los Phoenix decidieron volver a Estados Unidos en un buque de carga. Cuando llegó el momento de comer, Joaquin vio como los marineros remataban a golpes los peces que capturaban como almuerzo. Sintió que los pescados que le ofrecían como almuerzo “habían sido torturados” y nunca más probó la carne. Sus padres no solo respetaron su decisión sino que toda la familia se hizo vegana.
Hoy hasta sus perros, Oskar y Soda son veganos y también su novia, la talentosísima Rooney Mara. El actor reconoce que sigue una dieta saludable pero con algunos permitidos. “No me gusta la comida chatarra ni los alimentos procesados. Pero todavía puedo comer unas papas fritas o un maldito sándwich”.
Pero volvamos a la historia. Ya instalados en Estados Unidos, la señora Phoenix consiguió un trabajo con un ejecutivo de NBC. River y Rain comenzaron a participar en concursos de talentos infantiles, pronto un agente se contactó con ellos y los hermanos filmaron algunos comerciales.
Los chicos crecieron y su belleza y talento se hizo notar. River fue convocado para filmar “Mi mundo privado”, de Gus Van Sant. Fue en esa época que los hermanos comenzaron a compartir y competir -por algo eran hermanos- acerca de sus conocimientos de cine. “Tenés que ver Toro salvaje” ordenaba el hermano mayor y el menor contestaba “Ok, pero antes mirá todas las comedias de Woody Allen”.
Fue mientras River filmaba con Van Sant que sucedió algo tan extraño como inquietante. Charlaban en la cocina cuando River le sugirió que volviera a llamarse Joaquin y no Leaf. Luego dijo y predijo, según recordó el interprete de “Jocker”: “‘Vas a ser un actor y serás más conocido que yo’, me dijo. Mi madre y yo nos miramos con cara de ‘¿qué diablos está hablando?’. No sé por qué dijo eso o qué sabía de mí mi hermano. No había estado actuando en absoluto. Pero también lo dijo con cierto peso, con un conocimiento que me parecía tan absurdo en ese momento, pero por supuesta ahora, en retrospectiva, piensas: ‘¿Cómo diablos lo sabía?’”.
Tras la muerte de River toda la familia se marchó. Deseaban estar lejos del escándalo y el morbo que despertó su muerte. “Huimos de todo. Fue horrible, los periódicos... no vimos nada de eso, nos marchamos”.
Los Phoenix decidieron instalarse en Costa Rica, un país que tiene como lema “Pura vida”. Y eso era lo que ellos necesitaban, un lugar lejos del dolor y donde se pudieran reconectar con la vida.
Luego de un tiempo, volvieron a Estados Unidos. Joaquin no deseaba volver a actuar pero sus amigos le insistieron y fue así que participó en “Todo por un sueño”. Luego llegó “Círculo de pasiones” donde conoció y se enamoró de la bella Liv Tyler con la que convivió tres años.
Liv no fue la única que ocupó el corazón del actor. También estuvo en pareja con Anna Paquin y las modelos Topaz Page Green y Teuta Memedi.
Desde hace un tiempo su pareja es Rooney Mara. Los orígenes de ambos no pueden ser más distintos. Phoenix creció en una familia de hippies y Rooney pertenece a una millonaria y poderosa familia ligada a las franquicias más importantes del fútbol americano. Él pasó su infancia en distintas casas y países, ella en una mansión. Uno estaba rodeado de religiosos hippies, la otra de empresarios multimillonarios.
Los actores se conocieron en el rodaje de la película “Ella”. Al principio ni se hablaban, él pensó que Rooney lo detestaba hasta que descubrió que solo era tímida. Además, en ese momento mantenía una relación con el director de cine Charlie McDowell. Comenzaron entonces una linda amistad, pero dada la timidez de ella se comunicaban y se contaban todo solo… por mail.
Pero en 2016 se reencontraron y desde entonces están en pareja, aunque no para la prensa. Jamás posan juntos, no participan de alfombras rojas, no hablan de su relación y mucho menos realizan declaraciones de amor en las redes sociales. Solo una vez, tras recibir un premio en Toronto, Phoenix dijo en su discurso: “Aquí, en algún lugar, no sé dónde, hay un sucio dragón, y me gustaría arrancarle las alas, amarrarlo con una manta y dormir con él para siempre… Te quiero. Gracias”.
Nadie entendió mucho qué decía ni a quién se lo decía, hasta que a regañadientes explicó que “sucio dragón” era el apodo con el que llamaba a su pareja y se basaba en el personaje de Lisbeth Salander, de la saga “Millenium” que protagonizó la muchacha.
Hoy Joaquín Phoenix vuelve a ser el centro de todas las miradas, pero a diferencia de tantos actores no lo es por sus escándalos sino solamente por su trabajo. La mayoría de sus criaturas son seres lunáticos, torturados, malvados y bastante retorcidos, de esos que uno ni loco pondría como salvapantallas del celular. Pero también cada vez que interpreta un nuevo rol, el espectador siente que no está solo frente a un actor sino a un hombre que se mete de lleno en la piel de sus personajes. De esos artistas que dejan todo y dejan de ser ellos para ser el otro.
Es verdad que resulta complejo e imposible imaginarse a Joaquín corriendo por su chica en medio del Titanic, cantando bajo la lluvia enamorado o siendo un millonario paralítico desencantado con la vida y encantado con la chica que lo cuida. Pero también es cierto que si uno desea ver una película que sea un golpe a los sentidos, Phoenix jamás defrauda. Alguna vez dijo Joaquin que no entiende a la gente que “deja el culo trabajando, gana un Oscar y después lo aprovecha solo para hacer películas de mierda”. Por eso, tortuosos o no, desmesurados, malditos, hermosos o intrigantes, el espectador sabe que Phoenix es garantía de cine y cine del bueno. No es poco para un hombre que a los 19 años recibió un golpe de nocaut de la vida y sin embargo, vive para contarlo. O al menos para actuarlo.