Entrevista exclusiva a Carlos Mesa: “Hace mucho que Evo Morales dejó de representar los intereses populares”

A dos días de las elecciones en Bolivia, el candidato que ha puesto al actual presidente ante su contienda más difícil tras 13 años en el poder, respondió las preguntas de Infobae

Tuffí Aré Vásquez
Desde Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
Carlos Mesa Gisbert tenía hasta el año pasado la intención de replegarse a sus cuarteles de invierno para disfrutar de su abuelazgo. Reconocido por su prolífica producción intelectual, un desempeño brillante como vocero de la demanda marítima boliviana en una inolvidable entrevista en la televisión chilena le sirvió como disparador de la popularidad que había perdido durante su corto y accidentado mandato, primero como vicepresidente y luego como presidente de Bolivia, entre los años 2002 y 2005. A Mesa le tocó entonces gobernar durante uno de los periodos más inestables de la historia de Bolivia, en el que una sangrienta revuelta popular por el gas llevó a la caída del exmandatario Gonzalo Sánchez de Lozada, el líder del viejo Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), que invitó a quien hasta antes de eso era el periodista más prestigioso de Bolivia a ser su dupla en las elecciones de 2002. El desempeño de Mesa en el poder fue corto y polémico. Los seguidores de Gonzalo Sánchez de Lozada se sintieron traicionados porque se desmarcó del gobierno durante la grave crisis que llevó a la caída del entonces Presidente. Fue Mesa quien lo reemplazó, de acuerdo a la Constitución, pero su mandato no duró más que 14 mese, agobiado por la presión de los llamados movimientos sociales que luego ayudaron a encumbrar en el poder a Evo Morales.


Tras su controvertido desempeño político, Mesa optó continuar en lo que siempre supo hacer mejor: la producción intelectual. Una invitación del propio gobierno de Evo Morales lo llevó a ocupar en nombre del Estado la inédita función de vocero de la importante demanda marítima de Bolivia contra Chile en La Haya. Fue ahí donde volvió a brillar con su extraordinaria habilidad comunicacional que elevó su popularidad ante la población. Las encuestas comenzaron a colocarlo alto, incluso encima de Evo Morales, en caso competir por la Presidencia. Ya hasta entonces había aparecido un escenario de roces e incomodidades del Gobierno con él. Ante la constatación de que podía ser uno de los rivales principales del mandatario boliviano, estallaron algunas demandas judiciales contra el expresidente.

Agobiado por juicios, el político, que a sus 67 años había anunciado que se dedicaría en este etapa de su vida a ejercer de abuelo, decidió oficializar en septiembre del año pasado su retorno a las lides para disputarle el poder a Evo Morales. Un año después, el expresidente tiene este domingo la posibilidad de amenazar por primera vez después de 14 años la continuidad de Morales en el poder, si lo vence o si obliga a una segunda vuelta. Las encuestas que se difundieron hasta fines de semana pasada hablan de esa opción, por lo que el candidato de Comunidad Ciudadana está optimista por su desempeño en la campaña electoral, en la que ha sido el centro de denuncias, tanto del que aparece arriba de él como de su seguidor en las encuestas.

Durante la campaña Mesa ha tenido altibajos, pero en la recta final su posición mejoró, según los sondeos, que lo muestran con chance de forzar un balotaje con Morales. Una de sus mayores dificultades ha sido el no responder con contundencia a una denuncia originada en el entorno de su ex aliado del MNR, el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, que lo ha acusado de haber recibido un depósito de alrededor de 1 millón de dólares para su ex canal de televisión, a cambio de aceptar la candidatura a la vicepresidencia de entonces. Mesa no lo niega ni lo confirma. Ha argumentado insistentemente que es parte de una guerra sucia y que responderá solo si lo llama la justicia.

En pleno intenso cierre de campaña, el candidato a la Presidencia por Comunidad Ciudadana, que tiene la mayor chance de vencer al Gobierno boliviano, accedió a responder en exclusiva a un cuestionario de Infobae, en el que la pimera pregunta abordó esta denuncia que ha marcado parte de la campaña boliviana, disparada por seguidores de Evo Morales e insistentemente repetida por los estrategas de campaña del también opositor Oscar Ortiz. Infobae le hizo llegar un cuestionario similar al Presidente Morales, para tener la palabra de los dos candidatos principales a la Presidencia, pero hasta ahora no ha sido respondido.

-¿Porqué ha sido imposible durante toda la campaña tener una respuesta suya que descarte o confirme si recibió de parte del entorno del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada un depósito de dinero a su ex canal de televisión a cambio de que usted sea su compañero de binomio o candidato a la vicepresidencia por el MNR en las elecciones de 2002? ¿Le impide subir en las encuestas la decisión de no decir si recibió ese aporte hasta que la justicia lo convoque?

-Una de las características más lamentables de esta campaña ha sido el uso sistemático e intensivo de la guerra sucia en contra nuestra, que ha llevado a los más bajos niveles que no había en una contienda electoral,en toda la historia democrática del país. Lo dije muchas veces y lo sostengo: no vamos a responder a la guerra sucia.

-Evo Morales roza el triunfo en primera vuelta y usted roza el balotaje, según las encuestas. ¿Qué le queda hacer para conseguir su objetivo de ganar en primera o de forzar un balotaje?

-Nosotros apostamos por ganar en primera vuelta. Todas las encuestas muestran, que entre el MAS y Comunidad Ciudadana hay muy poca diferencia. Nuestra campaña, pero, sobre todo, nuestra propuesta, ha tenido mucha aceptación en todos los grupos, comunidades y departamentos del país; creo que hemos llevado adelante una campaña intensa y efectiva, pese a la guerra sucia, la parcialización del Organo Electoral con el MAS y las enormes diferencias de recursos entre Morales y nosotros.

-Si usted gana la elección volverá a tener posiblemente un Congreso opositor, según las encuestas. ¿Cómo conseguirá gobernabilidad?

-Bolivia está viviendo una etapa de cambio del sistema político. Durante 13 años hemos pasado por un modelo autoritario de partido único, caracterizado por la desinstitucionalización del Estado, que llegó al extremo de desconocer el voto popular y violar la propia Constitución, en un afán de prorroguismo que terminó agotando toda legitimidad del régimen. Es evidente que la mayoría de las fuerzas políticas que conseguiremos representación parlamentaria, tenemos en común la idea que ese modelo debe superarse y coincidimos en la necesidad de retomar los principios de la democracia y el estado de derecho. En ese escenario, la construcción de acuerdos y consensos entre las fuerzas democráticas, en la Asamblea Legislativa y en la sociedad, será el camino para construir gobernabilidad, que estamos seguros, se podrá alcanzar.

-Si usted es presidente tendrá a Evo Morales como opositor y posiblemente en las calles. Eso genera temor en los sectores ciudadanos que piden estabilidad. ¿Cómo encararía a Evo opositor?

-Una de las características del régimen de Morales fue precisamente la cooptación de los movimientos sociales a los que convirtió en brazos operativos de su partido a través de la imposición de dirigentes afines a su proyecto de poder; el mejor ejemplo de eso fue la Central Obrera Boliviana. Estoy persuadido que, una vez liberadas del control partidario, las fuerzas sociales recuperarán su autonomía y responderán a sus verdaderos fines y objetivos con los que tendremos que dialogar, consensuar y mantener relaciones de respeto mutuo, en el marco de la ley. Morales hace mucho dejó de interpretar y representar los intereses populares y creo que fuera del gobierno, su poder y capacidad de liderar las reivindicaciones de los grupos corporativos no será el mismo que tuvo en los primeros años de su gobierno. En relación a la estabilidad política y social, no hay ninguna razón por la que esto deba ser una preocupación; creo que no vamos hacia un estado de polarización sino más bien hacia un modelo de complementariedad, donde la principal contradicción no se define por la ideología o la lógica amigo-enemigo sino más bien por la búsqueda común de un desarrollo sostenible, la recuperación de la institucionalidad y el respeto a la ley y la eliminación de las barreras que impiden un crecimiento real de los sectores empresariales nacionales.

Una de las características del régimen de Morales fue precisamente la cooptación de los movimientos sociales a los que convirtió en brazos operativos de su partido

¿Tiene Evo el monopolio del apoyo empresarial de Santa Cruz, considerado clave para la estabilidad económica del país? ¿Puede asegurar usted que tiene apoyo de los empresarios de la primera región agroindustrial de Bolivia?

-Yo no creo que Morales tenga el monopolio de ningún sector y menos del empresarial. Aquí hablamos de un modelo de desarrollo que tiene el sello de una región, y que no le debe su éxito a ningún gobierno y menos a un gobernante. El empresariado cruceño siguió adelante, a pesar de las medidas fuertemente restrictivas que le impuso el gobierno del MAS, cuando le frenó la posibilidad de aumentar y mejorar la producción, acelerar la exportación y garantizar la seguridad jurídica. Sobre la segunda pregunta, yo me he reunido con empresarios y dirigentes de sectores empresariales de todo el país, para explicar mi plan de gobierno, pero también para escuchar sus preocupaciones y propuestas; hemos coincidido en varios aspectos y en otros tenemos que seguir avanzando en un proceso de diálogo y respeto mutuo. Creo que no se trata de tener un apoyo corporativo ni unánime de grupos, sino en responder adecuadamente a las necesidades, proyectos y objetivos que beneficien a todos. Los empresarios, cruceños o de cualquier lugar del país, coinciden en la necesidad de que se respete la ley y la Constitución; que se restablezca la institucionalidad, que no haya tanta corrupción e inseguridad; que se los trate con justicia e igualdad; que se den las condiciones para que la inversión privada esté garantizada; que el progreso no dependa del capricho del gobernante. Es lo que ofrecemos nosotros, en un equilibrio entre Estado e iniciativa privada, y creo que la coincidencia de visiones sobre lo que queremos para Bolivia es lo que finalmente definirá la decisión, no solo de los empresarios sino de todo el país.

-Evo asocia a usted al FMI, a EEUU, a la derecha. Dice que si usted vuelve al poder ocurrirá lo de Ecuador, Argentina, Brasil. ¿Es así?

-Es parte del discurso repetitivo y vacío que usa Morales para descalificar nuestra candidatura. Uno de los problemas de fondo es que el actual presidente mantiene una visión anacrónica que entiende una bipolaridad derecha-izquierda, que se ha superado en los hechos, pero que aún sirve para los discursos populistas. Con relación a la comparación con la situación de Argentina, Brasil y Ecuador, se trata de otra falacia porque es evidente que la situación de nuestro país, en términos económicos, difiere de la que se vive en esas naciones, pero sobre todo porque los contextos políticos son diferentes. Me parece irónico que Morales obvie por ejemplo hacer una referencia o una comparación con la situación de Venezuela, un régimen cuyas políticas son apoyadas ciegamente por el mandatario boliviano, y que se ha convertido en el mejor ejemplo de lo que sucede con un régimen con fuertes indicios de corrupción, que viola los derechos humanos y cuyo único afán parece ser mantenerse en el poder, aunque sea vulnerado su propia Constitución. Lo que busca Morales al hacer esas comparaciones hipotéticas, usando la situación de las economías de estos países, es generar miedo en el votante y tiene que ver únicamente con una estrategia de descalificación ante la falta de argumentos para sostener un debate franco y abierto.

Evo Morales no habla de Venezuela un régimen con fuertes indicios de corrupción, que viola los derechos humanos y cuyo único afán parece ser mantenerse en el poder

-¿Se equivocó Macri con el ajuste en Argentina?, ¿Se equivocó Lenin Moreno con el gasolinazo en Ecuador?, ¿Se equivoca Bolsonaro con los recortes a la educación?

-Cada gobierno enfrenta un contexto específico y distinto. Cada respuesta se hace en realidades nacionales específicas. Lo importante es que se trata de presidencias emergidas del voto popular y de incuestionable legitimidad. Sobre esa base, respeto sus iniciativas y no juzgo sus acciones.

-¿Usted no aplicará nunca en Bolivia un alza del precio de los combustibles?

-No vamos a recurrir al aumento del precio de los carburantes ni eliminaremos la subvención.

-¿Usted no eliminará nunca el beneficio del pago del doble aguinaldo a los trabajadores, creado por Evo Morales?

-El doble aguinaldo dejará de ser un medida electoralista y política como fue hasta ahora, ya que, además, se usó como argumento para ajustar de manera poco responsable, los índices de crecimiento en el país, según la conveniencia del gobierno. Vamos a pagar el doble aguinaldo, sobre cifras reales y no maquilladas del INE del crecimiento del PIB (que debe ser igual o superior al 4,5%) vinculándolo con la productividad y asegurándonos que este beneficio llegue a quienes verdaderamente lo necesitan, excluyendo a los sueldos elevados de la ecuación y evitando que se afecte a las pequeñas y medianas empresas.

No vamos a recurrir al aumento del precio de los combustibles ni eliminaremos la subvención.

-Si es presidente le tocará un país con un déficit fiscal de más de 5%. ¿Lo dejará así? ¿Recortará gastos, eliminará bonos, subvenciones, recortará inversiones? ¿Cuándo lo hará?

-Cuando asumí el gobierno en 2003 teníamos en déficit fiscal del 8% y al salir, en 2005, se había reducido al 2,3%. Ahora el déficit está muy cerca del 8% y aunque es evidente que una parte importante del gasto se destina a la inversión pública, es cierto que también está incluido el despilfarro y la corrupción. Tenemos que lograr que el gasto público deje de financiar la compra de aviones y la construcción de palacios para uso privado el presidente o que sirva para elefantes blancos como el edificio de UNASUR; no se puede aceptar que se dilapiden más de 500 millones de Bs al año solo para publicidad del régimen en un solo ministerio; es necesario frenar la corrupción en las obras públicas que encarecen su costo. No voy a eliminar ninguno de los bonos sociales ni vamos a asumir ninguna medida que afecte a la gente que lo necesita. En su lugar, vamos a disminuir el gasto suntuario e innecesario del gobierno, y seremos más eficientes en el gasto de los recursos públicos que no son del Presidente sino del pueblo. La inversión pública debe mantenerse, pero fortaleciendo paralelamente la inversión privada, especialmente la nacional; ambas deben ir juntas de modo que dejemos de entregar las grandes construcciones a empresas chinas que nos imponen condiciones y se llevan las utilidades. Vamos a disminuir las barreras que impiden que la inversión privada se desarrolle adecuadamente.

Vamos a disminuir el gasto suntuario e innecesario del gobierno y seremos más eficientes en el gasto de los recursos públicos que no son del Presidente sino del pueblo

-El vicepresidente Alvaro García Linera considera que usted y su equipo son liberales. ¿Puede decir quiénes lo acompañarán en las decisiones económicas?

-A estas alturas creo que es evidente que el MAS es el partido que aplicó con mayor fidelidad el liberalismo extractivista, depredador y despilfarrador. En relación al equipo que me acompañará en mi gobierno, es un tema que veré después de las elecciones ya que por ahora estamos concentrados en la campaña. Yo parto de la idea que no se debe crear un gobierno de compartimentos estanco separados por áreas. Lo económico sin lo social es incompleto y lo social sin lo económico es demagógico. Nuestras decisiones económicas las tomaremos los bolivianos y escucharemos a todos los sectores, incluyendo a los especialistas académicos y a los empresarios privados, tanto grandes como medianos y pequeños, que en este régimen han sido maltratados e ignorados porque se privilegió el diálogo con los afines al partido de gobierno. Vamos a ser muy responsables, eficientes y transparentes, pero también vamos a ser firmes y consistentes con las decisiones que se asuman en esta área.

-Hablando de las relaciones internacionales de Bolivia, ¿usted prefiere como aliados a China, Rusia, EEUU? ¿Será Cuba su aliado? ¿Será Chile su aliado? ¿Será Nicaragua su aliado? ¿Será Irán su aliado?

-En las relaciones internacionales, no debemos pensar en las alianzas por motivos ideológicos, sino en el mejor beneficio para Bolivia. El límite que marca nuestra propuesta está dado por los gobiernos que respetan la democracia y los derechos humanos, y en ese entendido pienso que debemos mantener relaciones de amistad y respeto mutuo con todos los países donde se respeten estos principios. Yo tengo una posición crítica sobre lo que pasa en Nicaragua y en Venezuela y espero que esos países retornen pronto a la vía democrática y de respeto a los derechos humanos. Creo que debemos normalizar las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y mejorar las relaciones económicas con los otros países como Rusia y China, que en la actual coyuntura mundial son actores importantes.

-¿Usted piensa bajar, mantener o subirlos impuestos?

-El tema de los impuestos es una preocupación que nos han hecho conocer varios sectores empresariales, especialmente en lo referido a la presión tributaria, la tendencia extorsiva de su cobro, la inequidad y la burocracia. Esta preocupación la sustentan en varios informes de organismos internacionales que alertan sobre esta situación. Creo que el tema es muy complejo, aunque dentro de nuestra propuesta está claro que no vamos a aumentar la carga tributaria, por el contrario, hemos considerado la pertinencia de disminuir algunos impuestos para dinamizar a sectores y sobre todo para impulsar la formalización y la creación de nuevas empresas. Esto deberá estar precedido de un análisis muy riguroso con todos los sectores involucrados y de una revisión muy minuciosa de los datos reales de nuestra economía.

-¿Prefiere a Macri en Argentina o a Alberto Fernández como Presidente?

-Yo siempre voy a respetar y vincularme con la mejor voluntad con el gobierno que sea elegido por el pueblo, en el ámbito del respeto a las reglas de la democracia, sin considerar su orientación ideológica. Respetaremos las decisiones del voto soberano y con el gobierno que emerja de las elecciones, vamos a construir relaciones de cordialidad como la hemos tenido hasta ahora.

-¿Prefiere a Guaidó o a Maduro en Venezuela? ¿Cómo sugiere sacar o no a Maduro?

-En el tema de Venezuela yo he sido muy claro incluso desde antes de mi postulación. No podemos comulgar con un gobierno que no respeta las reglas de la democracia, que tiene un origen ilegítimo, que tiene como único fin eternizarse en el poder, violando los derechos humanos y las leyes, persiguiendo a los opositores y llevando a su país a una debacle económica sin precedentes. Hemos expresado nuestro apoyo al señor Guaidó y lo sostenemos. Expresaremos claramente en los foros internacionales, nuestro desacuerdo con un régimen como el de Maduro.

-¿Trump o a algún demócrata es mejor en la presidencia de EEUU?

-Repito que mi respeto en todos los casos, estará siempre con el gobierno que sea elegido por el pueblo en el marco de la legalidad y las reglas de la democracia.

-Respecto a la histórica demanda marítima boliviana. ¿Prefiere diálogo o nueva demanda contra Chile?

-Hay un primer principio en nuestra relación con Chile que debe quedar clara: Bolivia nunca va a renunciar a la reivindicación marítima. En el actual escenario y tras la decisión de La Haya, es evidente que debemos encarar la relación bilateral con una política diferente y con nuevas personas, a través del diálogo y la generación de confianza. Tenemos que encarar los problemas pendientes, que no sólo están vinculados a la cuestión del mar; ambos países tienen que construir y formular un futuro distinto del que hemos tenido en un pasado inmediato y en el pasado largo; esto implica un cambio. Con Chile tenemos que establecer un relacionamiento sobre muchos temas bilaterales importantísimos, además de la cuestión marítima, como el portuario, energético y el intercambio comercial.

-Respecto al gas boliviano. ¿Apoya venderlo o no a Chile?

-Bolivia y Chile, como lo dijo el Presidente Paz Estenssoro, somos de entre nuestros vecinos las naciones con mayor complementariedad económica. En una nueva fase, no se puede cerrar la puerta a ningún escenario que beneficie los intereses de Bolivia.

Con Chile tenemos que establecer un relacionamiento sobre muchos temas bilaterales importantísimos, además de la cuestión marítima, como el portuario, energético y el intercambio comercial.

-En cuanto a los hidrocarburos de Bolivia. ¿Hay que mantener, bajar o subir impuestos a las petroleras?

-Creo que el problema de fondo no está en los impuestos sino en la situación general del sector, dados los problemas que enfrentamos con la disminución de la producción, los problemas medioambientales y la ineficiencia en las inversiones. Tenemos que hacer un análisis muy minucioso sobre la política en general, con datos y proyecciones creíbles y técnicas. Nosotros proponemos una transición sostenible del sector de hidrocarburos basados en los incentivos hacia una nueva política de extracción sostenible en base a una franja para diferentes tipos y tamaños de campos gasíferos; reorientar nuestra política de reservas hacia la exportación de gas a las áreas fronterizas de Brasil y Argentina e incentivar la producción de líquidos y reemplazar gradualmente el consumo interno de estos.

-¿Y qué opina del tamaño de Estado boliviano. Se lo debe mantener, reducir o aumentar?

-El tamaño del Estado debe tener relación con su eficiencia. Se deben mantener las instituciones que han sido creadas en el marco de la Constitución y aquellas que verdaderamente aportan al desarrollo, la equidad, la defensa de los derechos y la democracia. Creo que debemos seguir construyendo un Estado fuerte, lo que no significa ni totalitario ni obeso. Lo más importante es recuperar la institucionalidad y fortalecer sus verdaderos roles, entender que no puede haber un control del gobierno sobre los otros poderes porque eso ha conducido a la democracia a una situación de profunda debilidad. Tenemos que dar mayor participación a la sociedad civil, apoyar a nuestro sector privado, especialmente a las medianas y pequeñas empresas y hacer realidad la autonomía plena que está definida en la Constitución.

-Respecto a su posible bancada, ¿cómo la mantendrá cohesionada si pierde la elección considerando que CC es un movimiento nuevo? ¿Será un partido de largo plazo?

-No vamos a perder. Nuestra bancada está cohesionada porque la une la voluntad de recuperar la democracia y el Estado de derecho; porque responde a principios y valores y no a cuotas y porque esencialmente representa la renovación. Eso tiene más fuerza de integración que la militancia a un partido y el caudillismo. No tengo ninguna duda sobre la unidad y la coincidencia de objetivos de cada parlamentario que nos acompañará. Estoy seguro que la lista de nuestras primeras senadoras y la presencia del candidato a vicepresidente Gustavo Pedraza, un hombre de fuertes convicciones democráticas, de diálogo y de consenso, hará una gran diferencia que renovará definitivamente el sistema político boliviano. Sobre Comunidad Ciudadana, no solo es una alianza de largo plazo, estoy persuadido que es un proyecto político que iniciará este nuevo ciclo en la política nacional que está llamado a fortalecerla y recuperarla. Hemos firmado un acuerdo entre las fuerzas políticas que componen la Alianza para participar en las elecciones subnacionales, en las que estamos seguros que tendremos resultados positivos.

-Independientemente del resultado de este domingo, ¿tendremos después un país más difícil e intranquilo, un país más dividido?

-Tendremos un país nuevo. Yo creo que el 21F nos hizo reflexionar profundamente respecto al modelo de Estado que queremos construir, nos llevó a una revisión de la permisividad que tuvimos durante tantos años con los excesos del gobierno, y nos hizo repensar en la necesidad de sostener la democracia como forma de vida. El peligro de su debilitamiento y su colapso hizo que los bolivianos hayamos asumido que no queremos un gobierno que se eternice en el poder violando la Constitución, que no podemos aceptar que un partido tome decisiones por encima de la voluntad de la gente, que ya no queremos más corrupción, abuso y despilfarro. Tenemos un país diverso pero no un país dividido y en base a esa unidad vamos a construir el futuro.

-¿Se esperan revanchas políticas después del 20 de octubre?

Ninguna. No somos una propuesta de revancha, sino de justicia. Valoramos las cosas que se han hecho bien pero también tenemos la obligación de investigar y sancionar lo que se ha hecho mal. Dejo claro que ese proceso no será decisión ni acción del Presidente, sino de un sistema de justicia independiente y probo que vamos a implementar como primera medida de gobierno

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