El Milán de Pioli arranca con un decepcionante empate
El Lecce se llevó un punto de San Siro marcando el 2-2 en el descuento por medio de Calderoni. Calhanoglu, Babacar y Piatek, que comenzó en el banquillo, firmaron las otras dianas del partido. Los rossoneri marchan duodécimos.
Mirko Calemme
As
La era Stefano Pioli no ha comenzado con buen pie para el Milán, que no pasó del empate a dos ante el Lecce y siguió mostrando los problemas que llevaron al despido de Marco Giampaolo. Y eso que la primera mitad del partido fue positiva para los rossoneri, que se fueron al descanso con un gol de ventaja y, quizás, merecieron más. Los visitantes, que nunca fueron peligrosos, encajaron el primer tanto con un violento derechazo de Calhanoglu, y sufrieron el arranque propositivo de los milaneses, que con Leao (titular en lugar de Piatek) y Suso rozaron varias veces el 2-0.
Las buenas sensaciones milanistas se fueron cuando llegó la reanudación. Los de Liverani, poco a poco, comenzaron a salir al ataque y en un intento de Babacar, Conti desvió el balón con el brazo en plena área. El trencilla Pasqua, con la ayuda del VAR, concedió la pena máxima: Donnarumma neutralizó el primer intento del punta senegalés, que fue listo en el rechace y puso las tablas.
A partir de ahí, un Milán muy agobiado continuó dejando espacio a sus rivales (Mancosu rozó el 1-2 con una chilena), pero también tuvo fuerzas para buscar otro tanto. Tras un intento de gol olímpico de Calhanoglu que golpeó el poste, el recién entrado Piatek aprovechó otra buena jugada del turco firmando el 2-1 en el minuto 81’.
Quedaba tiempo para más sorpresas y el Lecce no pensó rendirse: en el 92’, cuando San Siro oteaba un triunfo sufrido y fundamental, Calderoni apagó su ilusión con un zurdazo que besó al palo antes de colarse en la portería de Donnarumma. Los rossoneri, con apenas diez puntos en ocho jornadas, siguen muy lejos de sus objetivos en la clasificación.
Mirko Calemme
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La era Stefano Pioli no ha comenzado con buen pie para el Milán, que no pasó del empate a dos ante el Lecce y siguió mostrando los problemas que llevaron al despido de Marco Giampaolo. Y eso que la primera mitad del partido fue positiva para los rossoneri, que se fueron al descanso con un gol de ventaja y, quizás, merecieron más. Los visitantes, que nunca fueron peligrosos, encajaron el primer tanto con un violento derechazo de Calhanoglu, y sufrieron el arranque propositivo de los milaneses, que con Leao (titular en lugar de Piatek) y Suso rozaron varias veces el 2-0.
Las buenas sensaciones milanistas se fueron cuando llegó la reanudación. Los de Liverani, poco a poco, comenzaron a salir al ataque y en un intento de Babacar, Conti desvió el balón con el brazo en plena área. El trencilla Pasqua, con la ayuda del VAR, concedió la pena máxima: Donnarumma neutralizó el primer intento del punta senegalés, que fue listo en el rechace y puso las tablas.
A partir de ahí, un Milán muy agobiado continuó dejando espacio a sus rivales (Mancosu rozó el 1-2 con una chilena), pero también tuvo fuerzas para buscar otro tanto. Tras un intento de gol olímpico de Calhanoglu que golpeó el poste, el recién entrado Piatek aprovechó otra buena jugada del turco firmando el 2-1 en el minuto 81’.
Quedaba tiempo para más sorpresas y el Lecce no pensó rendirse: en el 92’, cuando San Siro oteaba un triunfo sufrido y fundamental, Calderoni apagó su ilusión con un zurdazo que besó al palo antes de colarse en la portería de Donnarumma. Los rossoneri, con apenas diez puntos en ocho jornadas, siguen muy lejos de sus objetivos en la clasificación.