El mapa de calor que delata el 'problema Griezmann'

Sus zonas de influencia con Francia no tienen nada que ver con su encaje en el Barça. Con los bleus se mueve libremente. De azulgrana, está arrinconado en la izquierda.


Juan Jiménez
As
El paso de Griezmann con Francia para jugar contra Islandia y Turquía ha vuelto a confirmar lo distinto de sus roles en la selección y el Barça y, sobre todo, lo diferente que son sus ubicaciones en el campo. Una imagen mostrada en twitter hace dos días por el periodista Albert Ortega (@AlbertOrtegaES1) ilustraba (ver imagen) los mapas de calor de Griezmann jugando con la campeona del mundo y con el campeón de Liga.


El mapa de calor confirma la libertad de movimientos de la que goza con Deschamps y su encajonamiento en Barcelona. En Francia, Griezmann es uno de los líderes del equipo y se ganó con el paso de los años ( y los títulos) su condición de jugador de enganche que se mueve libremente en zonas de creación y marca el ritmo del partido. Sólo hace falta echar un vistazo al mapa de calor con los bleus para comprobar que su zona de influencia en Francia es la de Messi en el Barça. Es por eso que el mapa de calor en sus primeros partidos con el Barça le señala claramente arrinconado en la zona de falso extremo izquierdo con pocas opciones de acercarse al área. Pese a eso, ya ha sido capaz de hacer tres goles.

El encaje de Griezmann ya se debatió antes de que su fichaje por el Barça fuera una realidad. Entre otras cosas, porque estaba cantado. Nadie discute la trayectoria ni la categoría futbolística del francés, pero sí era previsible sospechar que un jugador que había actuado como segundo punta en el Atlético de Madrid y en Francia y que llevaba años con una posición mucho más centrada, no iba a tener una adaptación fácil en un equipo en el que ese trabajo ya tiene un especialista cualificado, nada menos que el mejor jugador del mundo.

Anticipándose al problema, Valverde ha decidido poner a Griezmann por la izquierda desde el principio de temporada. También cuando Messi no estaba. Todo, con la intención de no descentrar al futbolista y dejarle claro que su sitio en el Barça iba a estar en esa posición de extremo izquierdo en el 4-3-3 y sólo como delantero centro cuando Luis Suárez no esté. Sólo si Valverde 'escapa' al 4-2-3-1, podrá tener alguna opción de centrar más su posición.

Aunque está intentando poner buena cara y hacer el esfuerzo por calar bien en el equipo, la situación no le hace ninguna gracia a Griezmann. "Buena cuestión", contestó cuando un periodista le preguntó hace unas semanas si no estaría mejor partiendo de la banda derecha. Es una evidencia que le gustaría poder saltar a más zonas del campo y ampliar su radio de acción. En cierto sentido, liberarse. Sin embargo, el francés ha llegado con buena disposición. Es un jugador inteligente y está obligado a admitir que Messi y su posición en el campo son intocables porque todo gira alrededor del argentino. Adaptarse a este nuevo rol es todo un reto para él y le está poniendo voluntad, aunque en ocasiones le está resultando frustrante.

El asunto es que puede que ni siquiera Valverde lo vea ahí. En cuanto tuvo a Dembélé disponible el día del Sevilla, le dio un puesto en el once. Tal vez el regreso de Alba permita a Griezmann asegurar su puesto como titular dejándole el carril libre al de L'Hospitalet y metiéndose a zonas algo más interiores. Pero el debate está sobre la mesa y se impone una buena comunicación entre los agentes implicados (Valverde y Griezmann, pero también el mismo Messi) para que el asunto fluya. Si no el problema del encaje del Principito corre el riesgo de enquistarse.

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